¿Su padre tenía sospechas respecto a su tío Efraín?
Mientras caminaba a toda prisa por el corredor de la casa con las cartas pegadas a su torso, Juliana no paraba de imaginarse que tipos de sospechas tendría su papá, y porque nunca se lo menciono a su madre o a ella.
Conforme se abría paso a las escaleras pudo divisar a su madre bajando pacientemente por la escalinata, antes de que pudiera mostrarle las cartas de su padre y preguntarle si sabia algo respecto a ellas descubrió que una voz se pronunciaba por entre la puerta de entrada.
—Buenos días Graciela, buenos días sobrina.
—Tío, me sorprende su visita –dijo mientras trataba de ocultar los sobres entre los pliegues de su falda–.
—Hija, tu tío viene a recogerme para ir juntos con el notario.
—¿Al notario? -dijo confundida.
—Tu madre y yo haremos oficial mi cargo como el nuevo administrador de La cueva de Plata.
—No creí que el cambio fuera a ser tan rápido.
—Ni yo lo tenia contemplado hija, pero ayer tome la decisión de que lo mejor sera que tu tío se haga cargo total del negoció.
Juliana creía saber en que momento su madre tomo la decisión, y no la culpaba ya que ella también se sentía culpable de mostrarse tan débil ante una simple discusión, y es que, ¿como pretendía manejar un negocio cuando no tenía el carácter para afrontar algo como una simple pelea?
Antes de que Doña Graciela tomara camino hacia el notario volteo para preguntarle a su hija:
—¿Ibas a decirme algo? Tuve la sensación de que querías decirme algo.
—No mamá- sonrió mientras trataba de que los sobres que llevaba en su mano no fueran vistos.
—Entonces nos vemos en la tarde.
Una vez que su madre salio, Juliana saco de su escondite las cartas y las observo.
Por un momento estuvo a punto de mostrárselas a su mamá y pedirle que pospusiera la visita al notario, pero desecho esa idea al darse cuenta que en realidad no tenia pruebas que mostraran que su tío ocultara algo a la familia, y hacer una acusación sin pruebas no era una opción viable.
Después de pensarlo por un momento recordó que en la última carta el amigo de su padre mencionaba a un investigador; rápidamente regreso al despacho y con pluma y papel en la mano empezó a redactar:
17 de Julio, 1951.
Estimado Fernando, por medio de la presente carta me gustaría presentarme como la hija de Don Manuel.
Desafortunadamente es mi pesar informar el deceso de mi padre el pasado 23 de Mayo del presente año.
Debido al reciente conocimiento de su amistad con mi padre y debido al contenido de ciertas cartas de usted con mi padre me gustaría pactar una reunión lo más pronto posible para resolver ciertas dudas.