Fragmentos del ayer

Capítulo 002

Kassius

Dia del Accidente

En esta sociedad tan absurda en la que vivimos, ser un adolescente de 15 años era un caos, o eso es lo que pienso. Pero, si ser un adolescente con cambios emocionales no es suficiente o no bastaba, tengo que agregar a dos padres conflictivos que se pasaban el día discutiendo por idioteces, como si discutir fuera un deporte, que tontería. En mi humilde opinión, ellos solo se soportaban por el hecho de que yo existía.

Aunque, no todos los días eran grises, había días donde ambos reían a carcajadas por mis locuras, días donde pasábamos tardes enteras viendo series que mamá detestaba, pero que al final del día veía solo por el hecho de ver mi rostro feliz, esos días eran tan especiales que los mantenía conmigo y los rememoraba en momentos como hoy, donde mis padres discutían nuevamente.

Estábamos camino a la "Humilde casa" de mi abuelo, aunque de humilde no tenía nada. Es una mansión con miles de kilómetros cuadrados ¿se consideraría humilde entonces? Si es así no sé lo que será sofisticado. Habíamos decidido pasar dos semanas diferente y mis padres escogieron como destino la mansión que mi abuelo poseía en Italia, ya que él se encontraba residiendo temporalmente ahí. Sin embargo, mis padres no dejaban sus discusiones, y debía admitir que ya me estaba cansando de eso.

Detestaba estos días, días donde mi existencia para ellos era insignificante, odiaba el hecho de sentir que no era importante para ellos, de ver como lo que yo sentía no tenia tanta importancia como sus discusiones.

Llegue a pensar que peleaban por el hecho de mi existencia, así que me aleje de ellos, reprimí mis emociones, cambie por completo. Y todo ello porque no los lograba comprender, deseaba hacerlo, de verdad lo intentaba, lo hacía para tratar de sentirme mejor, para creer que lograba importarles, aunque sea solo un poco.

-Siempre es lo mismo contigo Dustin -Reclama mi madre, dirigiendo miradas de odios al susodicho, que, por cierto, es mi padre. Dustin Fischer, todo un hombre de negocios, un millonario de elite, y por supuesto el mantra de mi madre "Un hombre sin sentimientos" Aunque esto último no aplica a mí, mi padre me quiere y eso los tres lo tenemos claro. Aunque mi madre recalque continuamente que no entiende "¿Por qué se casó con él?", si textualmente esas palabras. Y luego estoy yo, el hijo que los mantiene viviendo en el mismo techo, la soga que aun los tiene unidos, el único motivo por el cual se soportan, o bueno, intentan hacerlo- Nuestra relación personal no tiene nada que ver con la laboral. Me parece ridículo que hicieses lo que hiciste, por el simple hecho de negarme a seguir viviendo en el mismo lugar que tú.

¡Observo! a mi padre sin pronunciar una palabra, ¿Mamá quería marcharse de casa? Si, las cosas estaban peor que antes, ella nunca menciono nada parecido a eso, pensé que nunca me dejaría, lo juro, juro que no me abandonaría pese a las circunstancias.

Papá aprieta la mandíbula y aferra fuertemente sus manos al timón del auto. Observa de reojo a mi madre antes de hablar.

-La decisión que tome en la empresa, la tome por algunos motivos, los cuales aun no te comentare -Menciona entre dientes mi padre, ejerce mas presión a su agarre en el timón cuando mi madre intenta refutar, pero antes de que lo haga él habla primero- Y no me interesa si no quieres continuar viviendo conmigo ¡A la basura con eso Carla! -Rugió mi padre- ¿Se te olvida que aun eres mi esposa? Porque lo eres, o acaso ¿Has olvidado el hecho de que tenemos un hijo? Si es así, déjame recordártelo, tiene 15 años y te necesita más que yo.

El rostro de mi madre adquirió un tono rojizo, no sé si se debía a alguna vergüenza o la molestia que de seguro sentía. No me interesaba en lo absoluto si las palabras de mi padre le molestaban, el que debería sentirse molesto y confundido era yo, y así me encontraba, estaba cansado, hastiado de toda esta situación, me sentía exhausto de tantas peleas sin sentido por parte de ambos, peleas en las cuales mi nombre no salía a colación, siempre era el trabajo, la herencia y otras cosas que para mí eran de relevancia.

¿En que lugar de sus vidas me encontraba yo? Porque si, sabia que me amaban, dios sabe que estaba consiente de eso, pero amar no siempre es suficiente ¿Cierto? Mi madre me amaba y sin embargo acababa de escuchar de sus propios labios que quería alejarse. Mi padre también amaba a mi madre, pero la lastimo.

- ¡No entiendes! ¡Nunca entiendes! -Escupió con rencor mi madre, cada una de sus palabras iban cargadas de dolor, un dolor con sabor a traición- ¡Siempre es lo que tú quieres! ¡Lo que el señor desea! ¿Cuándo has pensado en mí?

Mi padre iba a refutar, pero sin siquiera esperarlo mi voz los dejo sin palabras a ambos:

-¡¡CALLENSE!! -Grite fuerte y continue pronunciando lo que me obligue a callar, ambos voltearon a verme fijando su vista solo en mí, ignorando como yo lo hacía, el hecho de que mi padre aun conducía en una carretera solitaria- Siempre están discutiendo, nunca me notan cuando de sus discusiones se trata -Mientras hablaba me obligaba a no llorar, yo no lloraba, pero, mientras hablaba recordaba esos días donde me encerraba en mi habitación y escuchaba el eco de sus gritos- ¡SOY SU HIJO! ¡Y CONTINUAMENTE LO OLVIDAN! -Los mire con una rabia que aun burbujeaba en mi interior, los mire con dolor, un dolor que permanecía cada segundo junto a mí. Ya no deseaba mas discusiones, no deseaba tener que elegir con cual de mis padres tendría que vivir, no deseaba ver marchar de casa a mi madre, solo... Solo deseo ser feliz, ¿Acaso era algo que no merecía? No pedí nacer y, aun así, a veces siento que lo mejor hubiese sido no hacerlo. Mi madre intento tocar mi rostro, pero no lo permití, volteé mi rotro y detuve su mano, que estaba ya a centímetros de mi mejilla- No me toques -Murmure, aunque lo suficientemente alto para que ambos escucharan, en el rostro de mi madre se reflejo el dolor que le causo el que rechazara una caricia suya.




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