Gemelos para el childfree

Capítulo 1

Hoy está haciendo un día repugnante…

— Dígame que esto es una broma, Yuri Konstantinovich, — miro con exigencia a mi jefe inmediato.

En secreto, espero que ahora salte, agite la mano y exclame con una sonrisa victoriosa: "¡Es una broma! ¡Broma! ¡Has sido víctima de una broma!"

Que saque un ramo de flores de debajo de la mesa, me lo entregue solemnemente, y luego me despida alegremente de su despacho.

Incluso gruño, imaginándome esto de manera muy clara.

— ¿De qué te ríes, Katerina?, — mi jefe inmediato me mira descontento. — ¡Me dan ganas de llorar, cuando me imagino lo que estos reformadores van a hacer aquí!

— Pero eso es ilegal, injusto y... — vacilo, escogiendo las palabras, — ¡y muy imprudente!

— ¿Y quién habla de legalidad cuando se trata de la buena voluntad del dueño del negocio? El que paga, manda, — gruñe Chistyakov sin ninguna alegría, — ¿no lo sabías? Por lo demás, de eso se trata, están convencidos del carácter visionario de esta política. Nuestro nuevo propietario está convencido de que el rendimiento de los empleados que no tienen hijos es mucho mayor que el de los que no tienen hijos, incluso realizaron una investigación.

— Yo considero que es todo lo contrario, cuando la persona tiene familia, valora más su puesto de trabajo y se esfuerza más, — objeto yo. Chistyakov asiente con la misma sonrisa triste:

— Yo también pienso así. Pero a ellos se les olvidó preguntarnos, Katerina. Pero me dieron la tarea de hacer una lista de los empleados con hijos, en orden decreciente. Al fina estarán los hombres, adivina quién estará al principio.

— Las madres solteras, —suspiro, no fue difícil de adivinar. — ¿Y qué, usted ya hizo la lista de los candidatos al "fusilamiento"?

 — Ya la hice, — suspiró Chistyakov penosamente, — no tenía otra salida. Y estoy muy contento de que tú no estés en ella. Por el momento. Mejor no te apures, Katerina. ¿Para qué apurarse? ¿Te das cuenta de que entonces encabezarás la lista por partida doble, por así decirlo?

Lo entiendo todo, ¿cómo no entenderlo? Y en algunas cosas incluso estoy de acuerdo con el nuevo propietario, desconocido para mí que compró nuestra empresa. Pero no puedo esperar, de ninguna manera.

Chistyakov, aparentemente, lee esto en mi cara y trata de persuadirme.

— ¿Por qué tienes tanto apuro? ¿Y por qué debes adoptarlos? Manténte como tutor, deja que el estado asuma todos los gastos, y no perderás tu trabajo. Te he estado promoviendo para jefe del Departamento, Katerina, espera un poco, ¿bien? Serás de las las primeras que despidan, y yo no puedo hacer nada.

— Vamos a esperar, — digo conciliadoramente, cruzando las manos sobre la mesa, — quizá estas tendencias se calmen, quiero decir, que son sandeces, ¿cómo influye el estatus de un empleado en su cerebro? Tal vez con el tiempo la dirección olvide esas locuras.

— No las van a olvidar, — Chistyakov niega con la cabeza. — Deberías haber visto esos diagramas y gráficos, literalmente me sepultaron en ellos. Los niños se enferman, los empleados con niños son inmóviles, inertes, no son ambiciosos, no tienen iniciativa... eh, — él hace un gesto de desesperanza con la mano, — allí se lo toman todo muy en serio. Hay todo un movimiento, no lo has oído, se me olvidó cómo se llama, bueno, las personas que voluntariamente deciden no procrear…

— Childfree, — le digo con una voz débil, sintiendo frío en el estómago.

— Sí, esos mismos, se alegra Chistyakov por el soplo — Resulta que nuestro nuevo propietario es de esos childfree.

Así que es un hombre de ideas. Otra vez. ¿Es que me persiguen o qué?

Mientras tanto, mi jefe me mira a la cara con preocupación.

— ¿Por qué te has puesto tan pálida? Llevo media hora explicándote que todo es muy serio ¿y tú solamente ahora has comenzado a comprender?

— Pero Yuri Konstantinovich, ¿es posible despedir a una persona basándose solamente en que tiene hijos?

— No te hagas la tonta, Katerina, por supuesto que no van a despedir a nadie con tal justificación. Pero por acuerdo de las partes es muy fácil hacerlo.

Si a la persona la despiden utilizando la fórmula "por acuerdo mutuo de las partes", eso le permite al despedido percibir una indemnización salarial durante un determinado periodo de tiempo. Naturalmente, cualquier empleado prefiere escribir tal declaración y no "por voluntad propia".

El problema es que no puedo permitirme que me despidan independientemente de como lo formulen. Tengo que aferrarme con manos y pies y, si es posible, con los dientes, a mi puesto. Mi salario es suficiente para pagar la hipoteca y confirmar la disponibilidad de ingresos estables y los metros cuadrados necesarios para la adopción de los niños.

No quiero ni pensar que algo pueda fallar. Ya hace tiempo que los considero como míos. Pero ahora resulta que, si adopto a los niños, perderé inmediatamente el ingreso estable y, con él, los metros cuadrados.

Tengo muy buen salario. Trata de encontrar después algo equivalente con dos niños de un año y medio, con el estatus de madre soltera. Me estremezco.

Chistyakov sigue perforándome con la mirada, y yo no tengo nada que decir.




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