Luna:
A pesar de que me sorprendió la noticia no es que me importe mi hermana quiero pensar que me impresiono por que hay mucha extensión territorial entre ambos reinos y todos esperábamos que fuera en nuestro reino.
Aparte que causa que tengamos más precauciones porque bien pueden traicionarnos y no habría ninguna boda eso también explicaría la actitud del príncipe Mateo hacia mi lo extraño en dado caso seria que le sale muy natural.
Se ven interrumpidos mis pensamientos al ver algunos puestos de joyas veo un hermoso collar azul cielo con un colgante de lo que parece ser de oro me gustaria comprarmelo combinaria con algún vestido azul cielo combinado con mi piel pálida.
Pero mi padre siempre ha dicho que son corrientes todas las cosas que se venden en las calles, que solo los pobres y de clase media compran eso y que yo como princesa de un nivel de vida exagerado debo solo comprar de joyeros reales que vengan a venderlos a mis habitaciones reales.
Así que resignada sigo caminando por la muchedumbre que se amonto alrededor del palacio con sus puestos de chucherías, joyas, comida, y muchas otras cosas subo por las escaleras que hay a ambos lados de la puerta principal mi familia del lado izquierdo y la familia del prometido de mi hermana a la derecha.
Abren la puerta dos guardias vestidos de verde oscuro y veo en interior de la primera sala del palacio era hermoso su interior con un piso de marmol color gris claro y casi nada esta debe de ser la sala principal la de acceso a todo público tiene una mesa al principio larga como para buffet con unas cuantas sillas estables de plata como las de las bancas de mi palacio nos guían a un pasillo de mármol color beige supongo que para nuestras alcobas temporales.
Cada alcoba cautelosamente separada primero se meten en sus habitaciones mis padres después sigo yo y después mi hermana quien no vi donde se metio me cierro las puertas y afortunadamente no hay ningún sirviente para mi privacidad.
Me aviento en mi nueva cama y sorprendentemente veo todos los libros que me encantan en un estante todos los que le mencione al príncipe Mateo supongo que fue una bonita atencion hacia mi.
Me pasó el resto de la mañana leyendo un libro que no termine de leer en mi palacio, es extremadamente interesante no se hasta que hora me quede leyendo pero cuando menos siento escucho golpes en la puerta que seguro anuncian la necesidad de mi presencia en el comedor real.
Camino arrastrando los pies hacia la puerta tomo el pomo de la puerta y lo giró la puerta se abre con un pequeño rechinar que hace que me enfurezca ¿una habitación con una puerta rechinante?que clase de persona mediocre se atreve a darme una habitación en este estado.
Sin darme cuenta por adentrarme en mis pensamientos que el príncipe Mateo estaba plantado en la entrada de mi nueva habitación esperando a que lo mire en algún momento veo que la comisura de sus labios se arrastra a un lado ¿por que estoy viendo a sus labios? Al darme cuenta quito mi mirada de sus labios y la dirijo a sus ojos.
Ojos del demonio porque no puedo quitar mi mirada de esos hermosos ojos verdes intentó hablar pero él me interrumpió hablando con una voz relajada y un pequeño brillo de diversión en su mirada.
-Me mandaron a buscarte para que vayas a comer en el comedor real- Dice mirándo me a los ojos.
-Te mandaron o viniste por gusto por que yo sepa para eso existen- No comprendo como me salen esas palabras de mi boca sarcásticas.
-Eso ya lo se pero queria ver que hacias ¿te gustaron los libros?-
-si como no me gustarian si son copias exactas de los mion ¿como los conseguiste si son de mi reino y no está permitida la comercialización? - Pregunto
-dos cosas uno: intentó librar ese tema de la falta de la comercialización y dos: lo compré antes de salir de tu reino- Dice divertido
-Ahh...ya sabías que la boda se haría aquí- Digo.
-Si y perdon por que no te dije pero no podía-Dice apenado
Después de eso nos vamos caminando hacia el comedor real en completo silencio.