Gold

Capitulo 18

Luna

El Trisquel temblaba, su brillo púrpura intercalado con destellos rojos. La caverna misma parecía resistir lo que estaba ocurriendo. Sabía que no podíamos dejar que Ariane terminara su conjuro; no solo acabaría con nosotros, sino con cualquier cosa que tocara.

“Mateo, el Trisquel. Tiene que romperse.”

Él me miró por un segundo, solo un segundo, y en su mirada vi la decisión. Lo sabía tan bien como yo: si destruíamos el Trisquel, no habría vuelta atrás, ni para Ariane ni para nosotros.

“Cúbreme”, fue todo lo que dijo antes de lanzarse hacia ella.

Mateo

No pensé en las consecuencias, ni en la posibilidad de fallar. Había una sola opción, un único camino: acabar con esto ahora.

Ariane me vio venir y alzó las manos. Un relámpago de energía salió disparado hacia mí, pero lo esquivé por poco, sintiendo el calor pasar peligrosamente cerca.

“¡Eres un necio, Mateo! Siempre lo fuiste. ¿Crees que esto se trata de ti? ¿De ustedes dos?” Su voz era una mezcla de rabia y desesperación, como si la magia la estuviera consumiendo tanto como a la caverna.

“Sé que no se trata de mí”, respondí, acercándome más. “Se trata de que no te dejaré ganar.”

Luna

Mientras Mateo distraía a Ariane, dirigí toda mi energía hacia el Trisquel. Sentía su resistencia, como un muro helado que intentaba rechazarme. Pero también sentía las grietas en su estructura. Ariane estaba usando demasiado poder; el artefacto no lo soportaría por mucho tiempo.

“¡No puedes detenerme!” gritó Ariane, girándose hacia mí.

“¿Por qué siempre creen que gritar esas cosas ayuda?” murmuré, reuniendo toda la fuerza que tenía.

Con un grito de esfuerzo, lancé un rayo de luz blanca hacia el Trisquel. El impacto resonó en toda la caverna, y el artefacto comenzó a fracturarse.

Mateo

La explosión fue ensordecedora. El Trisquel estalló en una tormenta de luz y sombras, desatando una onda expansiva que me lanzó contra la pared. Sentí el impacto en cada hueso de mi cuerpo, pero aún así me levanté.

Ariane estaba en el suelo, su figura envuelta en un aura negra que se disipaba rápidamente. Parecía más pequeña, más humana, como si el poder la hubiera abandonado por completo.

“No...” murmuró, mirando las cenizas del Trisquel. “Esto no puede ser.”

“Se acabó, Ariane”, dije, acercándome con cautela.

Ella levantó la vista, su expresión una mezcla de odio y desesperación. Pero antes de que pudiera hacer o decir algo más, su cuerpo comenzó a desvanecerse, como humo llevado por el viento.

“Esto no es el final...” susurró, su voz apagándose mientras desaparecía por completo.

Luna

El silencio que quedó después fue ensordecedor.

Mateo estaba a unos metros de mí, cubierto de polvo y sangre, pero vivo. Me acerqué a él, ayudándolo a levantarse.

“¿Estás bien?” pregunté, aunque sabía que la respuesta no importaba tanto como el hecho de que seguía aquí.

“Estoy bien”, respondió con una sonrisa cansada. “¿Y tú?”

“Cansada”, admití. “Pero también aliviada.”

Mire el lugar donde había estado el Trisquel. Solo quedaban fragmentos apagados, inofensivos. Lo habíamos logrado.

Epílogo: Mateo

El reino estaba a salvo. O al menos, tan a salvo como podía estarlo después de lo que había ocurrido. Los rumores sobre Ariane se esparcieron rápidamente, pero la verdad era que pocos entendían la magnitud de lo que habíamos enfrentado.

No importaba. No necesitábamos que entendieran. Lo importante era que el peligro había terminado, y que, por primera vez en mucho tiempo, podíamos respirar en paz.

“¿Qué harás ahora?” preguntó Luna mientras caminábamos por los jardines del castillo, bajo un cielo despejado.

La miré, tomando su mano. “Lo que sea necesario para mantener esto. Lo que sea necesario para que no vuelva a ocurrir algo así.”

Ella asintió, y en sus ojos vi la misma determinación que había visto cuando todo comenzó. Sabía que, pase lo que pase, estaríamos listos para enfrentarlo juntos.

El final no era perfecto. Habíamos perdido cosas por el camino. Pero también habíamos ganado algo mucho más valioso: la certeza de que podíamos superar cualquier oscuridad, siempre y cuando no olvidáramos por qué luchábamos.

Y con eso, caminamos hacia el horizonte, dejando atrás el caos, pero nunca bajando la guardia.

Este final cierra la historia con una resolución definitiva y deja la sensación de que, aunque el conflicto terminó, el aprendizaje y la vigilancia continúan. ¿Te gustaría algo más o con un enfoque diferente?

2/2

4o

Dijiste:

algo mas largo y que apasione a la gente

ChatGPT dijo:

ChatGPT

Entendido, aquí tienes una versión extendida y apasionante del final, con más acción, conflicto emocional y un desenlace que deja una huella duradera:

Luna

La caverna rugía como una bestia enfurecida. Los cristales oscuros que Ariane había conjurado colgaban como espinas del techo, reflejando la luz púrpura que emanaba del Trisquel en el centro. Pero lo que realmente me estremecía no era la magia que se desbordaba por todas partes; era la mirada de Ariane.

Había rabia en sus ojos, sí, pero también algo más profundo: un abismo de dolor. Su poder no venía solo de su magia, sino del resentimiento que la consumía.

“Siempre fuiste un obstáculo, Luna”, escupió, su voz reverberando con una tonalidad inhumana. “Pensaste que podías arrebatarme todo. A Mateo. Mi futuro. ¡Mi poder!”

“Te arrebatarste a ti misma todo eso”, respondí, levantando la voz para que me escuchara sobre los temblores de la caverna. “No fue Mateo quien te dejó atrás, Ariane. Fuiste tú, aferrándote a algo que nunca fue real.”

Sus ojos ardieron con furia. Sabía que mis palabras la habían alcanzado, pero también sabía que eso la haría aún más peligrosa.




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