Narrador desconocido
Su piel tan blanca como la leche, sus ojos color marrón tan hipnotizantes y sus labios tan carnosos que me gustaría hacer muchas cosas con ella y juro que algún día lo hare. Solo tengo que esperar un poco más y la tendré conmigo, solo para mí.
Con un vaso de whisky en mi mano, observo a través de la ventana como los niños corren de un lado para otro, y solo me viene a la cabeza el recuerdo de la que una vez iba a ser mi esposa con su vientre abultado de cinco meses.
Su recuerdo me viene a la cabeza como si hubiese sido ayer que la tenía conmigo arreglando la ropa en la habitación de nuestro querido y deseado hijo. Su hermosa sonrisa y su mirada tan cálida, saber que ahora solo me queda ese recuerdo, me hierve la sangre al tal punto de quebrar el vaso que una vez tenía en la mano.
Soñé con ver a mi hijo jugar con los demás niños del reino, soñé que su madre lo regañara para yo después consentirlo, soñé estar leyéndole cuentos en las noches cuando no pudiera dormir, soñé ayudarlo con sus tareas, aun cuando yo tuviera cosas por hacer, solo soñaba tener a la mujer que ame y seguiré amando con locura, soñé con tener a mi hijo y futuro heredero de todo mi imperio. Pero al final fue solo eso, un sueño del cual tuve que despertar para ver la realidad frente a mis ojos.
De pequeño siempre desee tener una vida como los humanos, unos padres que jugaran conmigo y me llevaran al parque a comer helado, en cambio a eso recibí múltiples gritos, regaños, golpes y exigencias de ser el mejor en todo cada día por parte de mi padre. Y no digo que tratar de ser mejor cada día este mal, porque siempre vamos a querer avanzar y no retroceder. Por parte de mi madre nunca recibí nada, ya que me hubiera gustado tenerla conmigo.
A mis 6 años de edad recuerdo aquella noche de lluvia, ventiscas y truenos los tres al mismo tiempo. Ese día mi padre no estaba muy contento que digamos; bueno aunque realmente no lo estaba, había escuchado por los pasillos del castillo que una manada de lobos había estado merodeando por las fronteras que dividían al bosque Negro del reino, esas no eran buenas noticias para nadie, se podía notar la tensión de los sirvientes, aparte de la furia de mi padre, ese día ya había mandado a ejecutar a diez de los prisioneros lobos que tenían en los calabozos del catillo y solo lo mando hacer por rabia, ya que no encontraba solución para el problema de los lobos.
Trate de mantenerme lo más alejado posible de mi padre ese día, no quería ser el desafortunado con el cual descargara todo su furia contenida, porque sabía que esos lobos que había mandado a asesinar no habían sido suficientea para él.
Me encontraba en mi habitación cuando mi madre entro con mucho cuidado y sin hacer mucho ruido para avisarme que saldría con mi padre. Antes de salir por esa puerta, nunca olvidare lo último que me dijo.
― Serás feliz ese día hijo mío, nunca olvides cuanto te ama tu madre y ten presenta que ella será todo para ti. Cuídala hijo y nunca la abandones.
Esas fueron las últimas palabras que escuche salir de la boca de mi madre. Dos días después mi padre me da la noticia que mi madre falleció a manos de los lobos. No tuve permitido llorar su muerte a la hora de sepultarla en el cementerio de mis ancestros, un lugar muy especial para todos, ya que ahí se encuentran los que una vez fueron los más grandes en todo el reino. Solo me permití llorar una sola vez estando solo en mi habitación con un portar rretrato en las manos, donde estábamos mi madre y yo en el jardín del castillo, ese era su lugar favorito de todo el castillo y por ende el mío. Siempre la encontraba regando las flores y hablándole todo el tiempo, me decía que nos escuchaban cada que le habláramos, un tiempo también hice lo mismo pero claro solo estando con mi madre.
Al tercer día de sepultar a mi madre, mi padre ordeno que quemaran el jardín. Yo solo podía observar desde la ventana de habitación como lo que una vez mi madre y yo construimos con bastante amor, era consumido por las llamas del fuego.
Con el tiempo mi padre me fue criando a su imagen, para algún día ser como él; eso era lo que me decía siempre, no tuve más opción que siempre acatar todos sus órdenes. Lo único que no pudo evitar fue que me enamorara de aquella hermosa y deslumbrante humana.
Continuara…
Si quieren saber más sobre este narrador misterioso, déjenmelo saber en los comentarios.
Espero que les guste mucho este capítulo, besos y abrazos.
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― Chuli.