Gritos Silenciosos.

Capítulo 16

Cuando la vida deja de tener sentido, el morir no aterra, representa una salida al caos que les rodea.

Isabel.

—Señorita Anderson —la voz del profesor Rojas, me hace dar un brinco en mi asiento, han pasado cinco días desde mi extraño encuentro con los gemelos, la confusión reina en mi loca cabecita, los Kuzmin me atraen, cada uno de una forma distinta.

—Como es evidente que mi clase no le interesa, por favor salga del salón en este instante. —me levanto sin protestar, tiene razón, no tengo idea de que ha estado hablando por más de media hora.

Los largos pasillos están desiertos, todos los alumnos están en sus respectivos salones, camino distraída pensando en ojos verdes y destellos color miel, soy halada por uno de mis brazos hasta el baño de hombres, mientras me cubren la boca.

—Hola Isa, —me relajo, al saber que es Jasha quien me tiene entre sus brazos, la breve calma pasa velozmente cuando veo abrirse uno de los cubículos y de este veo salir a Lukyan.

¿Cómo explicar esa sensación de que algo va a pasar y en vez de temer, una excitación invade tu cuerpo? Lukyan sonríe haciendo que mi corazón se acelere —¿Preparada para conocer un poco de nosotros Isabel? —la voz de Lukyam despierta cada terminación nerviosa de mi cuerpo. Asiento con mi cabeza, sin explicación lógica, de lo que estoy haciendo, camina con lentitud, incrementando la expectativa en mí, en sus manos trae un pañuelo blanco y otro negro.

—¿Cuál eliges, pequeña Isabel? —sonríe con malicia, señalo el blanco, ríe con perversión. —lo tomaré como algo simbólico, querida, porque desde hoy, arrebataré toda tu inocencia. 

—Me dejo guiar por los dos hombres que han rondado en mis pensamientos, entregando las llaves de mis emociones, sin poder ignorar en lo más profundo, que estaré arrepentida el resto de mi vida por esta decisión, sin embargo, no puedo detenerme, lo que siento me sobrepasa.

________000________

Hannibeth

Con los ojos cerrados, halo el gatillo, un cuerpo impacta junto al mio, llevándome con fuerza al piso, un ardor recorre mi sien, al abrir mis ojos tengo a Adam sobre mí, me sujeta las manos, el arma está a unos metros de nosotros, Evans se acerca a recogerla, vaciando las balas que aún quedan dentro de ella.

Quienes estaban hace minutos moliéndose a golpes, se han unido por un motivo, y ese motivo, soy yo, no logro comprender aun por qué intentan salvar a alguien que está dañado, Evans mejor que nadie debería entenderme.

—Estoy harta —grito con todo lo que da mi garganta —En mí hay algo malo, no puedo calmar mi mente, es como si corriera un maratón, me siento exhausta, tanto que quisiera simplemente flotar en la nada, olvidarme del mundo, desintegrarme y hacerme parte del aire e irme volando, uniéndome al todo pero a la vez a la nada. —hablo como demente.

—Me estoy matando lo sé, pero ¿cómo me detengo?, ¿cómo me ayudo?, estoy cansada con ganas de perder esta batalla, contra el más grande contrincante, que está aquí —me toco la cabeza —mi mente, es mi mayor enemigo, no los hermanos Kuzmin.

—Ya déjenme morir, déjenme ir con mi madre, —ahogo un sollozo, Evans nunca ha sido expresivo, guarda silencio en sus ojos, hay dolor, ese que compartimos, Adam me refugia en sus brazos acariciando mi cabeza, como si con esa acción intentara borrar cada horrible experiencia que me ha marcado para siempre. Hastiada por todo lo que he vivido, me suelto de los brazos de mi salvador, que en esta oportunidad siento que me asfixian, corro a la cocina, visualizando con rapidez lo que busco, un cuchillo que utilizo para picar el pollo, oigo los pasos a mi espalda y me apresuro alzarlo y llevarlo a mi muñeca izquierda, siento cuando la carne comienza abrirse, pero el dolor no me detiene estoy adaptada a él.

Las voces de Adam y Evans son lejanas, la sangre corre manchando el piso de madera, soy arropada por una presencia distinta —Hoy no será tu día, hoy no morirás, —un pinchazo en mi cuello, me hace soltar el cuchillo que cae de mi mano, mi cuerpo se tambalea, sin poder evitarlo, me desvanezco, antes de cerrar los ojos, ese gris me arropa. Exton me observa de forma inquebrantable.

 Ahora son más las dudas que las respuestas, ¿Qué hace él aquí? ¿Dónde está Adam y Evans? 

________000________

 

Hola, me gustaría leerlos.

¿Qué les pareció el capítulo?

Les mando besos imaginarios, Yat. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.