—Recuerda que las pruebas pesan más que las palabras, sobre todo en un juicio público.
Ese fue un consejo que le había comentado a Adriel, una vez mientras hablábamos de presidentes del mundo. Y la realidad, es que fue el único buen consejo que le di, al menos el único que no convertía a Adriel en una mala persona.
Una vez corté lazos con Adriel, y me convencí de que jamás volveríamos a hablarnos, seguí con mi vida naturalmente estúpida. Katt y yo nos juntábamos algunas veces, hablábamos de las clases, y aunque la tutora se aseguraba de que tuviera una vida escolar más o menos normal, había algo que me seguía molestando.
Al principio no entendía qué era, pero tenía esa incomodidad de que algo me iba a pasar, como si estuviera esperando lo peor. Y lo peor paso, cuando escuche un estruendo en el segundo piso. Compartí miradas con Katt, quien me acompañaba a buscar comida, claramente estaba en desacuerdo conmigo, pero después de disculparme y corrí subiendo a la escuela.
Era septiembre, mes de los emprendimientos, los alumnos usaban y creaban mostradores para vender cosas o exponer sus talentos. La cafetería estaba inhabilitada, para dar paso a los puestos de comida, era como una enorme feria de ventas. Y, claramente, los más llamativos solo venden basura inútil. Los clubes tienen las mismas reglas, aunque ellos podían ayudar a alguien sé su equipo, pero también es completamente fácil atacar a otros, el mercado es muy competitivo y el instituto está lleno de malos perdedores.
Cuando llegué arriba, en uno de los innumerables pasillos, me encontré con Adriel intentando grabar algo, pero temblaba mucho para hacerlo, sin mencionar que estaba expuesto. Y sumando el hecho de que aún me agradaba, y no quería que lo lastimara como a mí, me acerque a ese pasillo, y lo empuje con todas mis fuerzas para estar lejos de la vista. Saqué mi teléfono, y activé la cámara.
—¡Oigan, los tengo en video, imbéciles! —con esas palabras, salieron corriendo, y yo me acerqué al desastre —¿Estás bien?
La situación era obvia para mí, un grupo de chicos, sin saber que querían, había empujado de la mesa y pisoteado todas las cosas que estaban en el puesto, y algunas las tomaron para romperlas en pedazos, esa era toda la situación.
La chica frente a mí, tenía un flequillo bastante largo, que casi llegaba a tapar sus ojos, fue lo primero que noté mientras la veía juntar sus cosas. Me acerqué a ayudarla, y cuando tomé uno de los libros, donde se veía a dos chicos a punto de besarse, y aunque no quería darle vueltas a una simple portada, uno de ellos me recordaba a Darian. Pero no pude verlo por mucho tiempo, ya que esa chica, con la cara roja me lo quitó de las manos, mientras se ponía de pie.
—Ya lo sé, es raro —dijo ella abrazando el libro.
—Me llamo Matt, soy de la clase M —dije estirando mi mano, y cuando ella se enderezó, me quedé sorprendido que era más alta que yo.
—Me llamo Elisa, soy de la clase R —dijo mientras tomaba mi mano—. Gracias por alejar a esos idiotas.
—De nada, no aguanto a los idiotas — expliqué con una sonrisa—. No quiero parecer raro, pero ¿Me puedes prestar ese libro? —pregunté apuntando al libro.
—El libro es un BL, ¿Entiendes eso? —me preguntó mientras abrazaba recelosa su libro.
—No me importa, me gustan este tipo de historias —comenté con un poco de vergüenza—. Por dentro, soy un romántico incomprendido — exageré mi explicación, y ella soltó una risa.
—BL, significa Boys Lovers, son historias de chicos gays —aclaró muy seria—. ¿Seguro que lo quieres?
—Si, a veces leo de estas historias, me gustan las historias románticas —aclaré mientras tomaba el libro, y me sonrojaba un poco— ¿Tiene final feliz? —pregunté mirándola con sospecha, cosa que hizo que volviera a soltar una risa.
—Claro, si tiene un buen final.
—Que bueno, tenía ganas de leer historias con un buen final, misteriosamente mis lecturas siempre terminan trágicamente —explique, y luego me percate de un cuadro— ¿Y esto?
—Es mi trabajo, soy del club de arte —explicó ella.
Cuando sonó el timbre, ella tomó todas sus cosas y se fue corriendo. Intenté parecer tranquilo, aun podía sentir una mirada, pero no quería darle importancia a Adriel. Llegué a mi clase e intenté prestar atención al profesor de Geología, aunque me aburría bastante, y no sabía que era importante en su explicación como para tomar notas. Luego de eso, los alumnos de otras clases y otros años, pasaban a exponer sus negocios y repartir volantes, no quería demostrar que me importaba, así que decidí salir y caminar, mientras recibía un montón de invitaciones para comprar estupideces.
—No sabía que te gustara el BL —dijo Katt acercándose a mí en el descanso.
—Tienen historias geniales, y también tiene “buena trama” —aclaré mientras levantaba la vista para verla—. ¿Qué haces aquí Katt? —pregunté. Debido a que ella, en el primer recreo, solía juntarse con otros chicos de su clase y buscaban lugares para comer en la cafetería.
—Vamos a uno de los puestos de comida —aclaró tomando asiento en la fuente, junto a mí—. Están decidiendo a dónde ir —explicó inclinando su cabeza al grupo de siete personas, que estaban discutiendo y apuntando a sitios— ¿Y bien?