Haré un desastre

Capítulo 2 - Parte 4

Me resultaba un poco molesto que entreguen así el periódico. Tome ese enorme rollo de hojas recicladas, y leí la nota que estaba adjuntada con mi foto:

“Este, es el estudiante Matthew Brann, un joven que, más allá de sus hazañas como la expulsión de tres alumnos del Instituto Daglar, se ha mostrado orgulloso de sus excéntricos gustos, que han sorprendido a todo el mundo. Este joven estudiante, que se ha mostrado como un chico problemático…”

Al lado, había un código QR, que llevaba al video “anónimo” en donde admitía que me gustaba el BL.

Y la nota seguía; “Ahora, solo es un enfoque en la literatura, pero quién sabe qué clases de depravaciones pasan por su cabeza, debido a que la mayoría de los libros o mangas de esta clase, se encuentra con contenido explícito y detallado, de encuentros sexuales. En la opinión de este periodista, si eres hombre, aléjate de él. Quién sabe lo que podrían realizar, un chico con gustos tan exóticos ¿Tal vez utilizarlos como ejemplos de comportamiento? No lo podría asegurar. A continuación dejaremos varios comentarios de los alumnos…”

Tome aire, y empecé a contar hasta cien, para calmarme y no asesinar a alguien, ni mucho menos hacer una escena, cosa que muchas personas querrían ver. Cuando sonó el timbre, decidí esperar a que pocos alumnos estuvieran en la escalera, no me convenía estar en multitudes por el momento. Cuando al fin llegué al salón de clases, mi mesa estaba llena de frases como: “No me mires el culo en educación física ¿Ok?” “Me das asco” “Estás enfermo” etc.

Me senté y saqué mis cosas para poder concentrarme en la clase de Física I, mientras recibía un golpe de alguna bola de papel, que seguramente tenían algún mensaje, o simplemente era para fastidiarme. Parece que durante todo el día, tendré la misma cara de cansado.

Podía escuchar cómo los alumnos pasaban el chisme, y se encargaban de agregar sus propios detalles. Así estuvieron durante todas las clases, hasta que llegó el descanso, me levanté y en todo el día, fue la primera vez que crucé miradas con Adriel, quien huyó como un cobarde, mientras buscaba paciencia para poder sobrevivir este día. No tardé en volver a sentarme, recosté mi cabeza en la mesa, y cerré los ojos. Supongo que me concentré tanto en mi miseria, que no me di cuenta de que estaba rodeado de chicas, que claramente no eran de mi salón.

—Así que tú eres el nuevo miembro del club —dijo una chica, con dos trenzas de color castaños rojizos— Dime, ¿Cuál es tu pareja favorita? O, mejor, tu libro favorito.

—Este —dije, mientras sacaba el libro. Todas chillaron emocionadas— ¿Qué mierda? —pregunté asustado.

—Perdón, es que eres el primer chico que le gusta ese género, o como quieras decirle, y nos encanta saber que tenemos tu mirada masculina —explicó otra chica, morena con los rizos atados en un enorme pompón.

—Si, además eres el nuevo miembro de nuestro club —dijo otra, con el cabello rubio y ondulado.

—Escucha atentamente, mi nombre es Alycia …., soy de tercer año y soy la secretaria del club de arte, seremos compañeros, así que, intentemos llevarnos bien.

Ellas me hicieron el día un poco más tolerable, Anna, Eliana, Alycia y Selene, fueron una gran compañía, nos quedamos hablando todo el receso. Ellas me explicaban los métodos de supervivencia en el club de arte. Resulta ser, que todas las chicas del club de arte, y algunos chicos, solían hacer grupos, para hablar y advertir a los nuevos miembros, sobre los profesores, para que no se llevaran una sorpresa desagradable y se alejaran, está era una práctica muy común, debido a que sobrevivir a ese club, era extremadamente difícil. Las amenazas principales eran los profesores.

Primero, estaba Madam Luci, una profesora extremadamente estricta, buscaba la excelencia en todas las obras, sin mencionar la originalidad y la técnica adecuada para poder llevar a cabo una pintura, o cualquier estilo de dibujo, sin mencionar su particular atención al detalle. Por otro lado, estaba su hermano gemelo, su contraparte, el profesor Erikson, era un profesor de arte abstracto, él disfrutaba de las piezas significativas, pero convencerlo era absurdamente difícil, cuando no se lograba explicar con claridad un trabajo, él considera la obra como falla. Ambos adultos, realmente eran conocidos como “Los aplasta sueños”, porque ellos seguían la idea de: “Un verdadero artista, debe acostumbrarse a la aplastante y macabra realidad”.

Las burlas y las miradas indiscretas, no se hicieron esperar en la cafetería, no quería estar ahí, pero debido a que se cancelaron los puestos de comida por un accidente y una explosión, el lugar estaba activo. No sabía exactamente, lo que iba a pasar con la información que Adriel había “revelado”, así que, no pude prever la hora del almuerzo, por ello me resigné y fui al peor lugar de la escuela. 

Me había convertido en un marginado desde que entré en la escuela, pero nunca había estado en boca de todos por tanto tiempo, me fastidiaba en gran medida el hecho de que podía sentir la felicidad en algunas personas, por mi situación.

La cafetería tenía almuerzos gratis, pero si querías una comida con más que las porciones recomendadas por los expertos, tenías que pagar un extra. Muchos alumnos preferían traer su comida, incluyéndome, ya que así tenían más libertad de elegir el menú, y evitar a “La bestia”. Ese era el apodo de la señora de la cafetería, que era una gorda y vieja amargada, porque solía gruñirle a los alumnos que intentaban hablar con ella, sin mencionar que daba la impresión de que si la mirabas fijamente, te convertía en comida. Cuando llegó mi turno, ella no dudó darme una mirada de asco, antes de servirme, pero no la culpaba, todos sus ayudantes eran igual de infelices, con un trabajo donde tenías que soportar a todo tipo alumnos, te absorberá la vida, tarde o temprano.




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