Haré un desastre

Capítulo 7 - Parte 2

Glenn se despidió, aunque sabía que quería darme las gracias. Nos alejamos, y continué con mi camino, aunque estaba enojado. Me fastidiaba esta situación, pero no podía ignorar lo que Adriel me había dicho. Pero odiaba está situación, y quería que se terminara.

—Te ves irritado, la mueca no te queda bien —dijo una voz que conocía muy bien—. Te quedan las sonrisas malvadas, y las risas siniestras.

—Lamento interrumpirte Lyna.

—Tranquilo, estaba terminando —aseguró sin despegar la mirada de su pintura.

—¿Qué haces?

—Trabajo de campo, estoy intentando distraerme.

Me quedé callado, mientras me acercaba a su pintura, no pude evitar sorprenderme por la forma en la que todo parecía una fotografía, era increíble lo real que era todo. Me asustaba la habilidad que tenía para ver la realidad. Y luego, me acosté en el pasto, bajo la sombra de un árbol.

—Veo que algo te molesta —interrumpió, mientras se alejaba para ver en totalidad su obra.

—Crees que está mal…

—Sí, porque eres un metiche. Y no puedes hacerlo está vez.

—No dije nada.

—No lo necesitas —comentó acercándose a mí, y tomando asiento a mi lado—. Quieres ayudar al mundo, pero no puedes controlar al mundo, seguro que tiene que ver con tu nuevo amigo, Glenn.

—¿Desde cuándo eres tan pensativa?

—Digamos que tuve un crecimiento personal en las vacaciones, y hable con Katt sobre esto. Ambas vemos un futuro en que posiblemente no podríamos saber más de tus planes, y todo esto —comentó—. Sentimos que algo está cambiando.

—Aun así, está situación me frustra. No soy alguien pasivo que no hace nada, soy activo y necesito solucionarlo.

—Creo que te ahogas en un vaso con agua, que ni siquiera te pertenece —aseguró Lyna—. Y también sé, que no importa lo que te diga, seguirás con algún plan extraño, que no podremos detener —nuestras miradas conectaron, y supe que ella tenía razón.

—Me gusta tu pintura.

—Es un estilo hiperrealista —comentó ella con una sonrisa.

Nuestra charla pasó a ser una de concejos, a una de estilo de arte. Lyna era muy lista con el arte, sabía historia, tipos de estilo, enfoques, y un montón de otras cosas que no lograba entender. Llegó un punto en el que terminé confundido.

—Al final, ¿a qué club vas a ingresar?

—Podría ingresar al de arte de nuevo —comentó con una sonrisa, y Lyna no pudo evitar reírse.

—Solo serias un ejemplo de cómo no hacer las cosas, y eso sería un problema

—Supongo que tendré que ver algo que me sirva para mi propósito —murmuró. Lyna y yo nos quedamos un tiempo acostados, constantemente veía mi reloj para calcular bien mi horario, no quería perderme otra maravillosa clase de historia.

Ambos nos levantamos, y mientras caminábamos, me di cuenta de la presencia de alguien. Podrían llamarme paranoico, pero estaba muy pendiente de mi alrededor, y cuando escuche la voz de ese hombre horrible, supe que debía ocultarme. Lyna, supongo que al ver mi rostro, entendió lo que pasaba y no dudo en seguirme cuando fui a ocultarme detrás de un conjunto de árboles. Esperamos unos minutos, y frente a nosotros apareció el perfecto Darian y su detestable hermano mayor.

—¿No crees que ver todo como una guerra te dejará algo paranoico? —preguntó Darian serio con una mirada ciertamente indescifrable para mí, no es que siempre me centre en su mirada, pero está en específico nunca la había visto.

—Por eso tú eres el menor, no entiendes la visión que se debe tener para estar al mando —comentó con arrogancia, que tentaba a mis impulsos violentos de una manera casi imposible de detener—. El mundo necesita un sacrificio, y ni siquiera será de mis filas, lo que hace todo mucho más fácil.

—Pero…

—Mantén vigilado a tu “amigo”, y no hagas nada imprudente, toda esta historia amorosa que se está tejiendo va a destruirse en muy poco tiempo —aclaró con una sonrisa asquerosa.

—¿Por qué simplemente lo alejas? Él tampoco es del consejo.

—No tiene nada que ver con pertenecer al consejo o no.

Evans se acercó a su hermano, y como si fuera un juez murmurando su decisión, le susurró algo al oído de Darian. El rostro de Darian cambió, y esa era una advertencia de que algo malo iba a pasar. Lyna me tomó del hombro, y ambos atravesamos el pequeño bosquecito con cuidado de no ser descubiertos. Mientras caminábamos, no podía evitar pensar en dos cosas. La primera era que ese bosquecito serviría como un lugar secreto si lograba reconocer todo lo necesario del terreno, y lo segundo, Evan iba a sacrificar a alguien para que los rumores que rondaban alrededor del concejo, y en este caso, el sacrificio era convertir a alguien en el centro de los rumores bueno, malo y ridículos, no importa. Alguien tiene que cargar con la cruz. Y ese alguien no era parte del consejo…

—Maldita sea —murmuré sintiendo la rabia ingresar en mis huesos. Es que no podía ser un ser humano normal. Estúpida escuela.

—¿Tienes algún plan?

—Sí, pero antes de eso, tengo que consultarlo con alguien importante.




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