Heart Tackled

6 | Locura

No sabía en qué cielo estaba subida, pero era claro que no quería bajarme nunca de allí, flotando entre las nubes y tocándolas con mis manos. Parecían estar hechas de algodón; eran tan suaves, esponjosas y, aunque se sentían ligeramente frías, tenían un contraste tan cálido que me calentaba el corazón.

Hablando del corazón… El mío se iba a salir de mi pecho, de eso no me quedaban dudas porque parecía un motor viejo de esos que traqueteaba con una fuerza demencial que asustaba.

En el estómago sentía como si un zoológico entero estuviera ahí metido: elefantes en una estampida, una manada de leones rugiendo a su enemigo, cocodrilos, serpientes, incluso hasta peces de un estanque. Sentía que todos esos animales se movían al tiempo y hacían que mis tripas se retorcieran con fuerza.

Incluso estaba apretando las pompis con todas mis fuerzas, porque si me relajaba tan solo un poco, toda la magia —sí, corazones, brillitos, fuegos artificiales y la música romántica de fondo—, se rompería, y debía admitir que el sueño estaba siendo demasiado real como para que un inoportuno gas lo arruinara.

Seguía durmiendo y por eso me sentía tan extraña, paralizada de pies a cabeza, escuchando solo zumbidos en mis oídos mientras el aire me faltaba. Lo que estaba pasando era de no creer, como uno de esos cuentos fantasiosos donde todo es imaginación de uno de los personajes.

Por eso, como buena soñadora que cree que está en las nubes y sueña con un amor tipo drama coreano, terminé pellizcando los brazos de Ethan con todas mis fuerzas, creyendo que seguiría en el sueño, pero lo que hizo fue morderme los labios antes de separarse de mí, agitado y con las mejillas sonrojadas.

—Joder, Maisie, córtate esas uñas —se quejó, sobando su brazo—. ¿Por qué tienes que atacarme siempre?

—Pensé que estaba soñando —musité, y me rasqué la cabeza—. L-lo siento.

—¿Quieres que te vuelva a besar para que veas que esto no es un sueño? —inquirió con tanta normalidad mientras yo quería desaparecer ahí mismo—. No puedes parar un beso justo en el mejor momento…

—¡Blake! —la atronadora voz del entrenador nos interrumpió, reventando la mágica burbuja en la que nos habíamos sumergido—. ¡Esto no es no reality de besos, es un entrenamiento serio donde tu culo está en juego! ¡Deja el espectáculo con tu noviecita para después que te quiero ver corriendo ahora mismo! —el hombre me miró a mí, rojo de rabia—. ¡Tú, señorita, largo de mi cancha! ¡Deja de distraer a mi jugador estrella! ¡Pero ¿qué parte no entienden que no los veo moviendo el culo?! ¡El espectáculo se acabó! ¡Todos a sus clases o haré que pasen toda la tarde en detención y me dejen todo este maldito campo impecable!

Di media vuelta con la intención de irme antes de que el entrenador empezara a escupir fuego e hiciera cumplir su palabra, pero Ethan aguantó mi muñeca, deteniendo mis pasos.

—Espera, Maisie.

—¿Q-Qué sucede? —soy incapaz de mirarlo a los ojos, aunque no sabía qué era peor, enfrentarme a él a todos los estudiantes que estaban en las gradas, mirándonos fijamente y tan perplejos como yo lo estaba—. Debo volver a clase y tú a tu entrenamiento.

—¿Viste la nota? Recuerda que tenemos una cita esta noche.

—¿C-cita? Dijiste que íbamos a leer juntos el libro…

—Perfecto, entonces sí viste la nota —dijo en un tono divertido, como si se estuviera burlando de mis desgracias y de todos los líos en los que me metía sin siquiera llamarlos—. A las seis en punto nos vemos, ya iré por ti a tu casa.

—¿Sabes dónde vivo?

—¡Blake! —gritó el hombre, perdiendo la paciencia—. ¡Trae el culo ahora mismo aquí!

—Bien, nos vemos en la noche. Recuerda, a las seis, ni un minuto más ni un minuto menos —dejó un beso en mi mejilla sin yo verlo venir y tuve que obligarme a caminar antes de que terminara desmayada frente a todos.

Subí las gradas sin levantar la cabeza del suelo que pisaba, más por nervios y miedo de caerme que de cualquier otra cosa. Aún sentía la cara caliente y mi corazón se encontraba muy acelerado.

¿Qué locura acababa de hacer? Dios mío, ¿por qué tenías que permitir que me metiera en un lío tras otro?

Pero todo esto era culpa de Ethan, por decir que dijera que teníamos algo y por obligarme —claro, de manera indirecta—, a demostrar con hechos que sí teníamos una relación. Ahora no sabía cómo iba a salir de esa situación, porque negarlo a muerte ya no era una opción o quedaría en ridículo.

—Entonces sí es cierto que tú y Ethan tienen algo —la chillona voz de Stacy me detuvo justo cuando pasaba por el lado de ellas.

—Insisto, ella tuvo que pagarle al capi. Dudo que Ethan se fije en ella —contradijo Rachel, dejando entrever en su voz un tinte de rabia y celos—. ¿Quién con dos ojos buenos se fijaría en Maisie?

Mi intención era seguir de largo hasta mi clase, pero, antes esos comentarios tan idiotas y cargados de ironía ya me tenían harta. La enfrenté, dándome la vuelta hacia ella y esbozando una sonrisa burlona.

—¿No fue suficiente para ti esos dos besos que nos dimos? ¿Necesitas más pruebas para que te quede claro que Ethan está loquito por mí?

Eso no era cierto, por supuesto que no. O sea, él sí estaba loco, pero no por mí. Solo me estaba aprovechando de todo este espectáculo que habíamos montado para que estas tres me dejaran en paz.

—No, eso no significa nada, en realidad. Pudiste pagarle, quién sabe, hasta quizá él solo te esté haciendo un favor.

Solté una risita, aunque por dentro esa posibilidad me punzó el pecho. Ethan y yo no teníamos nada, eso era una verdad, pero no entendía a qué jugaba y la sola idea de que se estuviera burlando de mí me hacía sentir como una idiota.

—Si no quieres creer, problema tuyo. Ustedes me desafiaron a darle un beso y cumplí con mi parte, que estés celosa y te muerda el orgullo porque no eres tú la que está en mi lugar, es diferente —sonreí falsa mientras ella me daba una mirada de muerte—. Ahora, me voy a mi clase. Fue tu un gusto hacer este tipo de desafíos, más cuando tu novio se presta para que ganes. ¡Nos vemos al rato!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.