Los días han pasado lentos, o al menos así lo he sentido. Daniela ha estado escribiendo, pero solo le contesto con monosílabos o de forma escueta. Supongo que es el me a culpa, que me está carcomiendo.
Las palabras de Michael, me hicieron dudar en sí debí decirle o no a Daniela. Pero ni modo que me parara frente a mi mujer y le dijera: "oye, no te vayas a enojar pero me caso con otra" .Definitivamente que no tengo los pantalones para hacer eso, soy un cobarde y lo asumo.
No quiero perderla y no voy a hacerlo, pero primero, lo primero que es casarme con Anaika, para asegurar mi herencia y luego ya veré como logro que Daniela, acepté que esté casado por un tiempo con otra mujer, luego ver lo de divorcio y listo, casarme con mi princesa, así como ella tanto lo desea y entonces sí, que sea un matrimonio para toda la vida.
Ya había visto a Anaika un par de veces, es un mujer hermosa, no puedo negarlo, con un cuerpo digno de admirar, un rostro hermoso y una fortuna familiar que la hace aún mas apetecible, pero no es mi mujer, no es Daniela. Desde el día que nos conocimos, se me ha estado insinuando; pero no pude llegar a segunda base con ella, me sentía un miserable, engañando a mi mujer. Tanto o igua de miserable cómo me siento ahora, que estoy a punto de llegar al altar con Anaika, en lugar de hacerlo con Daniela.
Me miro en el espejo, el costoso smoking que traigo puesto, no me quita la cara de pocos amigos que tengo instalada. Usando mi poder de persuasión, logré que mis padres planearan la boda, en una isla del Caribe, lo bastante alejada de New York. Hasta el momento lo de la boda, se ha manejado con discreción, dándole ese aire de importancia que revisten las bodas de las familias de alta alcurnia, que solo se publican días después de llevadas a cabo, o bueno eso fue lo que le hice creer a mi madre y a Anaika, para convencerlas. Eso me dará tiempo, para hablar con Daniela. Confío que su amor por mí, sea más grande que el desencanto que le causará mi matrimonio.
Mi amigo Michael dice, que sobrevaloro el amor que Daniela siente por mí, que me siento demasiado confiado, pero no tengo nada más, prefiero aferrarme a eso y negarme a la posibilidad de que Daniela me mande a la fregada, porque soy consciente que no podría vivir sin ella.
Con Anaika, las cosas si serán claras. Seré su marido, solo en papeles porque no la pienso tocar, ni loco daría lugar a procrear un heredero que nos ate, para toda la vida. Conviviremos, pero Dani tendrá su tiempo, nos tocará ser discretos, pero se que lo lograremos, porque un amor como el nuestro, es capaz de superar cualquier cosa.
—Listo guapo—Dice Michael, entrando a la lujosa habitación del hotel, en el que mis padres decidieron se llevará a cabo la boda—Aun puedes arrepentirte, tú solo avisa y nos vamos de aquí, sería algo así como tu padrino de fuga, en lugar de tu padrino de boda.
—Si me fugo, me quedo pobre—respondo.
—Si sabes que hay algo que se llama trabajo, la gente normal, trabaja, devenga un salario y de eso vive—Responde Michael.
—Para pagar el estilo de vida, al que estoy acostumbrado, tendría que tener trabajo como dueño de una empresa millonaria o una transnacional—Respondo.
—En verdad amigo, piensalo bien. Vas a perder a Daniela por una herencia—Dice Michael, en tono molesto.
—Maldita sea Michael, no voy a perderla, ella hará lo que yo le pida, porque nos amamos, y todo esto será solo un sacrificio en pro de nuestro futuro.
—A veces creo que te caíste de cabeza, cuando eras niño, solo así se explica que sean tan animal—Responde mi amigo.
—Lo que pasa es que nunca te has enamorado, Michael. Cuando uno ama a alguien, es capaz de hacer cualquier cosa por amor, hasta casarse con otra—Digo convencido de que todo saldrá bien.
—Has lo que te dé la gana, no voy a seguir perdiendo mi tiempo contigo Jarhed—Espeta mi amigo furioso, mientras sale de la lujosa habitación.
Justo en ese momento, entra un nuevo mensaje de Daniela.
"Te amo y te extraño, tuya siempre"
Daniela.
Un nudo se me hace en la garganta, aflojo la pajarita de mi smoking y respiro profundo intentando calmarme. Ella lo entenderá, tiene que entenderlo, ella me ama, tanto como yo a ella. Repito esa frase en mi mente, una y otra vez, como un mantra, pero en realidad lo que estoy intentando es convencerme de que estoy haciendo lo correcto, es un pequeño sacrificio en pro de un futuro extraordinario.
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Ya hn pasado cinco días, desde que Jarhed se fue, no hemos podido hablar, solo nos hemos mensajeado y sus respuestas, han sido tan escuetas, que me tienen sumamente nerviosa.
Estoy sirviendo una mesa, cuando de repente la bandeja con las bebidas se me resbala de mis manos y cae al piso, causando un gran desastre.
—¡Eres tonta o qué! —Grita la clienta, cuyo pedido acabo de estropear.
—Lo siento, perdone; yo…—Intento decir al mismo tiempo, que me arrodillo, para intentar recoger el tiradero que yo misma acabo de provocar.
—Eres una estúpida—Espeta la mujer, molesta mientras toma su cartera y sale enojada del lugar.
Termino de recoger los vidrios del piso y me incorporo, para caminar hasta la barra.
—Sabes que voy a cobrarte, lo que tiraste—Dice mi jefa, de forma descortés
—Lo sé señora, no se preocupe—Respondo
Camino hacía el baño, porque siento como.si etuviera a punto de sufrir un ataque de ansiedad. Entro al inodoro y siento la voz de Sharleen detrás de mi. Me abrazo a mí misma y sin poder evitarlo, empiezo a llorar desconsoladamente.
—Calma nena, fue un accidente a cualquiera le pasa—Dice mi amiga, abrazándome por la espalda.
—No, no lloro por eso—Digo con la voz entrecortada.
—¿Entonces por qué lloras? —Pregunta preocupada, mientras me toma.por los hombros y me gira para poder mirarme a la cara.
—No lo sé Sharleen, he estado todo el día ansiosa, como cuando presientes que algo malo va a pasar, o que recibirás alguna mala noticia, es algo extraño, no se siquiera como explicarlo—Termino diciendo.