Hecha para ser Suya

Capítulo 6

Capítulo

No sé cuanto tiempo he estado llorando, repetí el video de la boda, unas diez veces. Creo que quería ver si había algún error y no se trataba de Jarhed. Pero fue imposible, no había duda, el hombre en el video era él.

 

Creo que mis glándulas lagrimales se secaron, porque las lágrimas cesaron. Me duele la cabeza, emocional y físicamente me siento horrible, me levanto del piso, en donde me senté, cuando de manera descontrolada empecé a llorar. 

 

Camino hacía mi habitación, bueno hacía la habitación de Jarhed, me dirijo al armario, saco una maleta, la misma que traje cuando me mude aquí, la coloco sobre la cama y empiezo a colocar dentro de ella, todas mis pertenencias.  Cuando termino de recoger, cierro la maleta, por un segundo me distraigo viendo la foto, de Jarhed y yo juntos, que reposa sobre la mesita de noche. El punzazo en mi pecho se hace mucho más agudo, el dolor que siento me ahoga, la tristeza que experimento me inunda el alma, me siento rota, vacía y burlada. Yo no me merecía esto, lo menos que Jarhed pudo hacer fue decírmelo, darme la cara y hacerme saber lo de su boda, vivimos juntos por seis meses, como marido y mujer, no era una conquista cualquiera éramos pareja, o al menos eso creía yo.

 

Suelto el aire que tengo contenido, tomo la maleta y la ruedo hasta la salida del lugar. En ese preciso momento mi teléfono empieza a sonar, tomo el aparato solo para cerciorarme , que quien llama es Jarhed. Por razones obvias, decido no contestar, no estoy preparada y dudo que en algún momento lo esté. El teléfono empieza a sonar nuevamente y decido apagarlo, no me interesa ni siquiera escucharlo. 

 

Apresuro mis pasos hacia la salida, siento como si un pedazo de mi, se estuviera quedando en este lugar, aunque a decir verdad así es. 

 

Bajo hasta el lobby del lujoso edificio, donde he estado viviendo los últimos seis meses, el amable hombre de la recepción me mira con extrañeza. 

 

—¿Se va de viaje señora?— Pregunta, tomando mi maleta para ayudarme. 

 

—No, no señor Murray—No me voy de viaje, solo me marcho—Respondo, intentando reprimir el llanto. 

 

—Lo siento, niña—No quise hacerla sentir mal—Dice, el buen hombre. 

—No se preocupe, usted no es culpable de esto—Respondo—Me pide un taxi por favor, digo en un tono bajo.

—Sí señorita, enseguida lo hago.

Diez minutos después, mi taxi llega, subo al mismo y ya con el auto el marcha, el chofer me cuestiona sobre a dónde debe llevarme. 

 

—Yo… —No había pensado en eso la verdad, no tengo a donde ir—De un minuto—Digo, mientras tomo el teléfono, para llamar a la única persona que puede ayudarme. 

 

—¡Hola Nena! —Contesta, mi amiga del otro lado de la llamada. 

 

—¡Hola! —Respondo, sin nada de emoción—Sharleen, necesito tu ayuda. ¿Puedo quedarme en tu casa unos días?.

—¿Paso algo, nena? —Pregunta mi amiga. 

—Por favor, solo dime si es posible o no—Digo a punto de romper en llanto.

 

—Claro que puedes, por favor ven ya mismo para acá—Dice Sharleen, antrs de cerrar la llamada.

 

Siento un gran alivio, salí de la casa de Jarhed, sin pensar en que no tenía a donde ir, ya es un poco tarde, por lo que es peligroso andar deambulando por allí, de un lado a otro. 

 

Media hora después, el taxi que me transporta, llega frente al modesto edificio donde vive mi amiga, cancelo la carrera y bajo con mi pequeña maleta. Subo las escaleras, hasta el primer piso y toco la puert del apartamento de mi amiga. Segundos después la veo abrir y sin pensarlo dos veces, me echo a su brazos y empiezo a llorar como una niña pequeña, presa del miedo y del dolor. Los brazos de Sharleen me envuelven y puedo escuchar, que intenta consolarme y darme ánimo, pero no es posible estoy herida de muerte y este dolor me está acabando poco a poco. 

 

      ❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤❤

 

Esta maldita mujer, está loca si cree que voy a irme con ella de luna de miel, mientras Daniela debe estar odiándome creyendo que la engañé. Si al menos pudiera comunicarme con ella, pero su teléfono suena apagado. 

 

¿Cómo se atrevió la bruja de Anaika,  mandarle ese video  mi mujer? — No cuento con veinte millones de dólares, para pagarle la compensación y sé que las consecuencias, que mi decisión acarree para los negocios de mi familia, será nefasta, pero me vale un cuerno, ninguno de ellos se preocupó por mi, y por todo lo que podría perder con esto. 

 

Tomo mi maleta y salgo de la habitación, decidido a tomar ese avión y largarme a New York, a ver a mi mujer. 

—¿A donde demonios, crees que vas? —Dice mi padre, de pie frente a la puerta de mi habitación del hotel. 

 

—Me voy a New York, con mi mujer—Respondo.

 

—Tú no vas a ningún lado, dice agarrándome por el cuello de la camisa, mientras me remece violentamente. 

 

—Por favor, no hagan esto—Dice mi madre, intentando hacer, que papá  me suelte.

 

—No estás viendo que al idiota de tu hijo, no le importa dejarnos en la maldita ruina—Grita mi padre. 

 

—No sé de que hablas, pero me rompe el corazón verlos enfrentados—Dice mi mamá, con el llanto ahogado. 

 

—Pues haré lo que sea, para que este hijo tuyo, haga lo correcto—Dice mi padre enervado. 

 

Observo a mi madre, llevar ambas manos a su pecho y reflejar en su rostro, un gesto de dolor, acto seguido se desploma, cayendo al piso insconciente.

 

—¡Mamá! — Es todo lo que logro decir, antes de zafarme de mi padre, para correr a su lado. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.