Hecha para ser Suya

Capítulo 9

Una semana a transcurrido, desde que me mude con mi amiga Sharleen Francamente ignoro, si Jarhed siguio llamádome o no, puesto que preferí cambiar mi número de teléfono.

—Ven a desayunar, Daniela.

—No tengo hambre amiga—Respondo. 

—Necesitas alimentarte y también descansar. Has bajado mucho de peso y estas muy ojerosa.

—Pareces mi mamá, en lugar de mi amiga.

—Solo me preocupo, por tí Daniela.

—Y te lo agradezco mucho Sharleen, ya verás que poco a poco iré saliendo de esto y volveré a ser la chica alegre que conociste en la escuela, hace algunos años. 

—Eso espero amiga, no puede ser que le demos poder a un hombre para destruirnos, emocional y físicamente, ellos no son nuestros dueños—Termina diciendo mi amiga molesta—Te juro que cuando lo vea, lo castraré y le echaré sus pertenencias a os perros, para que se las desayunen, lo odio tanto que prefiero mejor no verlo.

Un amago de sonrisa, aparece en mis labios. Mientras tomo mi bolso, para salir junto a Sharleen rumbo al restaurante.

Afortunadamente, nuestro trabajo queda cerca, por lo que podemos ir caminando.

—¿Cuáles son tus planes Dani? —¿Piensas terminar la universidad?.

—Por supuesto, solo me faltan dos cuatrimestres y eso es prácticamente nada, una vez lo logre, haré mi trabajo de grado y conseguiré trabajo, en una empresa de prestigio, que me pague un salario decente—Respondo.

—Pues yo seguiré de mesera, nunca me decidí a iniciar la Universidad y ahora creo que es un poco tarde. 

—Nunca es tarde, Sharleen. Cuando quieras, te acompaño y averiguamos.

—Tal vez un dia de estos te pida que lo hagas.

 

Seguimos conversando hasta llegar al lugar. 

 

Empezamos la faena del trabajo y llegada la noche, nos ponemos  a limpiar una vez la atención a los clientes cesa, esta es mi vida, mi rutina, solo que ahora ya no tengo un hogar a donde llegar, ni una pareja que me espere. 

Regreso sola al apartamento de Sharleen, porque su novio vino, por ella. Me invitaron que los acompañará, pero no quise hacerle al mal tercio, por lo que preferí regresar a la casa, me apetece darme una ducha y acostarme a dormir, al menos cuando duermo no pienso en Jarhed, aunque si me he despertado con unas pesadillas horribles, en donde se repiten una y otra vez, todas las escenas que vi de la boda.

 

 Me pregunto, ¿si en algún dejará de doler,? ¿si en algún momento dejaré que amarlo?, ¿si algún día podré olvidarlo?. 

Dudo mucho que me vuelva a enamorar, no después de la espantosa traición de la que fuí objeto, pero quiero olvidarlo, quiero que no me duela, quiero que esto solo sea un mal recuerdo y no una dolorosa realidad. 

Subo las escaleras, cada vez que puedo evito el elevador, mucha gente no lo sabe pero sufro de claustrofobia, por lo que evito usar el elevador, si voy sola.

Un poco agitada por las escaleras, llego hasta el apartamento, abro la puerta y dejo mi bolso a un lado para, disponerme a cambiarme para luego acostarme.

Espero hoy si pueda dormir

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Me bajé del avión, corriendo literalmente, una semana estuvo mi madre hospitalizada, por lo que me fue imposible, regresar a New York antes. 

Esta manaña a mi madre le dieron el alta y solo nos permitieron viajar con ella, si la acompañaba en el vuelo una enfermera y un médico. Mi hermana y yo, luego de preguntar una y mil veces si no era contraproducente para su salud  el hecho de viajar, tomamos la decisión de regresar hoy mismo, ya que eran muchos dìas lejos de casa. Eso en cuanto a nosotros, porque mi amado padre, tomó un vuelo a casa el día siguiente, con la excusa de que tenía importantes, asuntos de negocios que atender y por su parte, Anaika, decidió regresar con èl, ya que nuestra supuesta luna de miel, no iba a llevarse a cabo. Así que en la isla de  San Andrés, solo permanecimos mi hermana y yo, para estar pendientes de mamá.

Daniela jamás, contestó mis llamadas y mucho menos mis mensajes. Estoy seguro que a estas alturas, está enterada de todo. No solo por lo que me contó Anaika que había hecho, sino porque el día posterior a la boda, empezaron a circular en los periódicos y en las redes sociales, decenas de fotos de la ceremonia, así que es prácticamente imposible, que no haya llegado a parar ninguna a manos de Daniela.

No sé con qué cara, voy a presentarme frente a ella, pero tengo que hacerlo, tengo que contarle mi versión de los hechos, darle mis razones y rogar al cielo, que mi mujer me perdone, porque de lo contrario, mi vida se volverá  más miserable aún. 

Bajamos del jet privado de la familia, me encargo de que mi madre, estè cómoda al bajar. Un vehículo a nuestro servicio, nos recoge en el aeropuerto, para llevarnos a casa, una vez llegamos a la mansión de la familia Hamilton, me aseguro de que el médico la revise y se cerciore de que todo esté bien,  cuando lo hace este se retira, dejando a mi mamá, instalada en su habitación.

—Cuida a mamá, necesito salir—Le digo, a Dayana. 

—¿A dónde vas?.

—Necesito verla—Respondo.

—Eres un hombre casado, no hagas estupideces, Jarhed.

—Cuida a mamá, regresaré en cuanto pueda. 

Tomo mi auto y me dirijo a nuestro departamento, la ansiedad va tomando el control de mi ser, tengo miedo, mucho miedo, miedo de lo que voy a encontrarme, sé que Daniela me ama, pero lo que hice fue un error garrafal y estoy consciente, que puedo perderlo todo.

Bajo del auto, al llegar a el edificio literalmente corriendo, ingreso a la recepción.

— Buenas noches, señor Hamilton—Me saluda el hombre, que desempeña el cargo de conserje. 

—Buenas noches—Respondo, sin detener la marcha.

—La señora no está—Dice el hombre, haciendo que me detenga de golpe.

—¿Dónde está? 

—No lo sé, pero se fue hace unos días señor,  y llevaba una maleta, también se veía triste y  como si hubiera llorado mucho.

Siento como la sangre de mi cuerpo se congela y un escalofrío comienza a recorrer todo mi ser.




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