Hecha para ser Suya

Capítulo 10

Lo veo de pie frente a mí, al otro lado del umbral de la puerta, siento como mi corazón se agita e inmediatamente mis ojos empiezan a escocer. 

—¿Qué haces aquí?—Digo, intentando que mi voz no se quiebre.

—Tenemos que hablar, Daniela.

—Tú y yo, no tenemos nada de qué hablar.

Intentó cerrar la puerta, pero su pie se interpone entre esta y el marco, impidiendo que lo haga.

—Claro que debemos hablar, princesa.

—En tu puta vida, vuelvas a llamarme así— Replico molesta, al mismo tiempo, que con mi mano derecha planto una cachetada en su rostro—Mi acción le sorprende, pero se queda inmóvil. 

—Dani, por favor.

Me adentro al pequeño apartamento, seguida de Jarhed, lo sé porque  siento el calor de su cuerpo, justo detrás del mío. 

—Por favor, vete. Ya basta de todo esto, no quiero hablar contigo.

—Necesito explicarte, amor.

—Amor, ¿En serio tu acabas de llamarme amor, Jarhed? —Por lo visto,  tú eres más cínico de lo que yo pensaba. 

—Dani, yo sé que estas molesta; peto si hay una verdad más grande que este mundo, es que yo te amo,princesa.

—Vaya, que gran amor tan grande que no te fue problema casarte con otra, es más tan grande que ni siquiera te remordió la conciencia lo suficiente, como para decirme de frente, lo que ibas a hacer—Tal vez hubiese sido, menos doloroso para mí, enterarme por tí, que viendo tu boda en vivo y a todo color en un video, que tu esposa tuvo la gentileza de enviarme—Espeto furiosa.

—Tuve que hacerlo Daniela—Grita algo exaltado. 

—¿Tuviste? ¿Por qué? —Pregunto mirándolo.

—Porque era la única manera que mi padre, me diera mi herencia, su condición era esa, que debía casarme. Yo, no quería pero pensé que de esa forma, podía segurar un mejor futuro para nosotros, para nuestros hijos—Dice alterado.

—¿En serio? ¿Te estás escuchando Jarhed? —¿Asegurar un futuro para nosotros? —¿Cómo carajo, tendríamos un futuro, un nosotros, si te estabas casando con otra mujer ? —Explícame, porque lo que estas diciendo no tiene ni pies, ni cabeza—Hasta aquí, lo único que entiendo es que te casaste por dinero.

—Porque mis planes eran divorciarme, luego de que mi padre, me entregara lo que por derecho ne corresponde, Dani.

—¿Y què creíste, que durante ese tiempo,  yo iba a aceptar  ser tu amante?—Wao, me asombra tanta genialidad de tu parte, Jarhed.

—No tenía pensado estar casado,  por mucho tiempo, Dani.

—Eres un idiota Jarhed. 

—Lo sé, lo sé princesa — Me dí cuenta, unos minutos después de la boda, cuando mi padre me hizo ver que habia caído en su trampa. 

— Que patético eres, Jarhed Hamilton—Tu padre te manipuló, como le dió la gana, pero al final la decisión fue tuya, por tanto la responsabilidad tambièn lo es—De lo que si estoy segura, es de que no te será nada fácil salirte de esa trampa de ratas, porque hiciste justo lo que él quería, y te tiene donde planeó tenerte. 

—Si, eso también lo sé, Dani— Luego me enteré,  de que para poder divorciarme debo, pagar una compensación millonaria, una suma que no puedo cubrir ni siquiera recibiendo mi herencia—Dice Jarhed, con la frustración, reflejada en el rostro.

—Entonces, por lo que te escucho decir, lo que viniste a proponerme formalmente es  que sea que sea tu amante—Dice haciendo un gesto de burla.

—No, ni siquiera eso puedo ofrecerte Dani, porque no seria justo para tí e igual sería perjudicial para mí, si ella me descubre una infidelidad, también debo pagarle una compensación millonaria—Termina diciendo.

—¿Entonces a qué viniste Jarhed? 

—Pregunto más molesta, por toda esta ridícula situación.

—Vine a pedirte tiempo, Dani— a pedirte que por favor, me esperes mientras busco la manera de solucionar este lío, en el que yo solito me metí—Necesito buscar la manera de divorciarme, para entonces poder casarme con la mujer, que realmente amo, contigo princesa—Un año, Dani; un año es todo lo que te pido,  en un año ya debo estar listo para que podamos estar juntos como Dios manda—Dice Jarhed, con la mirada triste y con la voz quebrada.

Mirarlo de esa forma, me hace sentir aún más dolor, cosa no pensé que  sería posible. Su amor al dinero, lo llevo a destruir lo que teniamos y a destruirnos también a nosotros. 

—Lo siento mucho, Jarhed. Por tí, por mí y por lo que teníamos, pero no puedo prometerte un año, porque no soy dueña del tiempo, lo único que puedo ofrecerte es mi presente y ese no te sirve porque en este momento lo último que quiero es estar contigo, y  del futuro no soy dueña, ni siquiera sé si dentro de un año, estaré viva, o si para ese entonces aún quede algo de lo que sentí por tí, y para serte sincera tampoco pretendo sentarme a esperarte, porque eso es algo que tú, no te mereces. Tomaste tu decisión, no me lo informaste, no me preguntaste mi opinión, mucho menos te preocupaste por cómo me sentiría, con todo esto, me ignoraste, como tu pareja; no sé como tienes la cara para venir a pedirme algo, Jarhed. 

Para este momento, las lágrimas no cesan de correr por mis mejillas. 

—Te amé, de hecho aún te amo—Mentiría si dijera, que ya no lo hago—Estoy dolida, me siento engañada, defraudada, burlada y humillada, me rompiste el corazón en mil pedazos y me hiciste añicos el alma, volviste mis sueños nada, por tu estúpida ambición.  Esperé mas de tí, apostaba más por nosotros, pero me equivoqué, para tí no valimos lo suficiente, al menos no más que esa maldita herencia.

No solo yo estoy llorando, Jarhed también lo está haciendo. Lo veo acercarse a mí, pero doy dos pasos hacia atrás para evitar su toque, no se si pueda resistirme, si lo hace. 

Mi corazón sangra, esta deshecho, adolorido, devastado, pero no puedo, no puedo amarlo más a él que a mi, no puedo permitirle que me dañe más, porque seguramente lo hará, cuando te lastiman la primera vez, es culpa de la persona que lo hizo, pero si le permites que te lastime por segunda vez es culpa tuya, por haberle dado la oportunidad de volverlo a hacer. 




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