"Riiing...", "riiing"
Abro un poco los ojos y apago ese sonido que tanto molesta por las mañanas. Me doy la media vuelta y veo al techo, aún no se ni siquiera donde estoy acostada, rápidamente vuelvo a la realidad cuando veo mis pechos y el color de la habitación.
Suspiro mientras me deslizo sobre la cama y me siento a un costado. Observó la habitación con detenimiento. Al mismo tiempo mi madre ingresa.
—Buenos días mi cielo—me besa la frente.
—Hola, mami—sonrió y después meto mis pies en mis pantuflas para ponerme de pie.
—¿Cómo dormiste?—me pregunta mientras abre las persianas y deja entrar toda la luz del exterior, me encandila un poco los rayos intensos del sol, aunque no queman ni un poco.
—Creo que bien, ¿tú qué tal?—regreso la pregunta mientras me preparo para acomodar mi cama.
—Excelente, ojalá que este fin de semana podamos ir juntas a la plaza. Para comenzar a conocer esta nueva cuidad, pasar un día de chicas—sonríe mientras camina hacia la puerta.
—Creo que estaría perfecto—contestó mientras me veo en el espejo.
—Te esperamos abajo para desayunar, nena—sale de la habitación y mientras yo termino de color la cobija.
Asiento y continuó mi camino al baño. Cierro con seguro la puerta de color blanca, tomó del mueble de 3 repisas color chocolate, dos toallas de color rosa claro.
Es extraño verme en el espejo y tener pechos, un cuerpo femenino. Aún no me acostumbro y comienzo a sentir odio por esa maldita bruja. Niego con la cabeza mientras estoy frente al espejo y después comienzo a desvestirme mientras abro la llave del agua, dejo caer mi bata, mi pijama y finalmente mi ropa interior. Aún no he puesto atención a mi entrepierna, aún no lo veo tan normal y no quiero que llegue el día de la "famosa regla", aunque en mi caja de recuerdos tenga ya memorias sobre ello. Me meto a la ducha, pero antes me regreso, tomo mi iPhone y recuerdo una canción que tarareó por inercia desde que desperté en mi nuevo cuerpo, reviso mi historial y biblioteca.
—No puedo creerlo—río cuando veo a una chica de la cual no me agradaba su música, hasta ahora. Ariana Grande y su canción "Side to Side".
Me rindo, comienzo a sentir esa sensación de ansiedad y culpa, rio y comienzo a reproducir la canción y la lista de reproducción que le sigue.
Transcurridos 20 minutos salgo de ducharme, me seco rápidamente con ayuda de las dos toallas, hace bastante frío y eso que son las 10:30 AM. Me envuelvo rápidamente en mi bata color celeste y salgo del baño. De inmediato camino a mi habitación por los pasillos fríos y la poca luz que ingresa por la única ventana que da al pasillo, cierro la puerta de mi habitación para comenzar a cambiarme.
A pesar de ser el segundo día en este nuevo cuerpo, sigue siendo extraño verme en el espejo, con el uniforme del sexo opuesto. Mientras estoy observándome en el espejo, veo en el mueble de maquillaje un listo rosa. Niego con la cabeza entre risas.
—No quiero ceder tan pronto...—niego con la cabeza y rio mientras salgo de la habitación.
Bajo por las escaleras, sonriendo y fingiendo que todo está normal.
—Justo a tiempo, princesa—mi padre saluda con una sonrisa de oreja a oreja y mientras hace un ademán para que me siente en la silla.
—Buenos días—contestó mientras veo a mi madre servir un plato con el desayuno. Huevo con jamón y pan tostado, acompañado de jugo de naranja.
—Se ve delicioso—agrego mientras sonrió.
—Siempre—mi madre guiña el ojo. —Al rato que pase por ti, tal vez vayamos a hacer algunas compras, aún no tengo todo para las comidas, y eso me estresa mucho—exclama ella mientras se sienta.
Yo asiento.
—Estaba leyendo en una publicación de un periódico de esta cuidad, que un chico desapareció hace 3 días...—comenta mi padre mientras le da un sorbo a su café y continúa leyendo.
Volteo inmediatamente con él, se siente raro escuchar algo así, y me pone un poco nerviosa. —Wow—atino a decir mientras comienzo a comer.
—Lo más extraño, es que su madre dice que volvió a casa y recuerda haberlo visto entrar a su habitación para dormir. Y ni la ventana, ni puertas habían señales de que escapara o algo así...—muestra la fotografía a mamá.
—Pobre chico, ojalá que vuelva a casa pronto—responde ella mientras ve la fotografía.
Mi padre gira conmigo y aprecio la imagen. Creo que mi expresión estupefacta se vuelve evidente. Y es que es obvio, al ver una foto mía con un mensaje de: "Desaparecido".
Me lleno de tristeza y solo niego con la cabeza para continuar desayunando con la mirada baja y en silencio.
—De hecho...—muestra una mueca de asombro. —Iba a tu escuela, ¿sabías de eso?—inquiere mientras baja la pantalla de su iPad.
Un poco perdida en mis pensamientos levanto mi cabeza. —Sí. De hecho los chicos me hablaron un poco de él, también me asombró el caso—atinó a responder mientras continuó comiendo.
—Pero no creo que haya motivo para preocuparse—agregó con un tono calmado mientras continuo comiendo. —Estoy segura que ese chico está bien, tal vez solo anda por ahí jugando o tomándose un tiempo, cosas raras de adolescentes—sentenció mientras cambio la conversación, y pregunto sobre el nuevo el trabajo de papá.