Hechizo de venganza

Capítulo 7 ~ Día de chicas.

Me llevo las manos a mi rostro y las deslizo. —Ya me cambiare... ahorita busco algo y bajo—contesto mientras ella sale y yo me vuelvo acurrucar en las cobijas.

 

—No se porque carajo tengo demasiado sueño—murmuro en voz baja. Luego suspiro y me quito las cobijas de encima.

 

Me coloco mi bata al tiempo que meto mis pies en mis pantuflas. Me pongo de pie y camino hacia la ventana. —Hmm, lindo día...

 

—Vianey...—mi madre abre la puerta, nuevamente llamándome para que me levante. —Ah, ya estás despierta—ríe y se retira de la habitación.

 

—Ahorita bajo...—me aparto de la ventana y sonrió.

 

Tomo mi iPhone y veo las notificaciones, y como siempre. Muchas notificaciones de mensajes y demás.

 

Camino hacia el ropero, recorro las puertas y analizo que me pondré el día de hoy. Debo elegir rápido, puedo sentir la presión de mi madre, no se porque siempre me quedo dormida.

 

Muevo cada gancho y después de unos minutos elijo una chaqueta. Abro uno de los cajones y tomo un jean entubado de color negro. Antes de cerrar el ropero, también tomo unos botines para combinar. Si me hubiesen dicho que mi futuro sería así, jamás lo habría creído.

 

Pasada una media hora, bajo corriendo por las escaleras. —Estoy lista—sonrió mientras me coloco frente a mi madre, esta observando las noticias en su laptop. Viste una gabardina color rojo, también lleva un jean de color negro y unos tacones del mismo color.

 

Revisa el reloj que lleva en su muñeca. —Si quieres puedes tomarte más tiempo...—responde con sarcasmo. —Ya casi anochece y tú apenas estás lista...—se levanta del sofá y cierra su laptop.

 

—Es que el tiempo vuela—camino hacia el sofá.

 

—Ay, Vianey—camina para tomar las llaves del auto.

 

Ambas salimos de casa. Coloca el seguro en la puerta y camina hacia el auto.

 

—Bueno, vamos a conocer esa plaza... y claro que, a comprar algunas cosillas...—agrega mientras enciende el auto.

 

Yo río por su comentario. —¿Puedo poner a Taylor Swift?—preguntó mientras despierto la pantalla de mi iPhone.

 

Mi madre asiente y de inmediato enlazó el Bluetooth para transmitir música.

 

Escuchamos música mientras vamos camino a la plaza. Durante el recorrido veo el camino que alguna vez transite, pero con mi otra familia y siendo Luis.

 

—Tu padre no quería venir a esta cuidad, y ahora no quiere irse de aquí—ríe. —Yo le dije que era buena alternativa, y míranos ahora—agrega mientras conduce.

 

—Creo que sí noto lo emocionado y feliz que esta por habernos mudado aquí—respondo.

 

—¿Tú que opinas, cielo?—voltea a verme mientras estamos detrás de un semáforo en rojo.

 

Observó hacia el horizonte. —Me alegra esta nueva vida—contesto al tiempo que el semáforo pasa de rojo a verde.

 

—Me alegro que sea así, nena. Te ves muy feliz, más por tus nuevos amigos—agrega mi madre mientras acelera.

 

Yo asiento y sonrió.

 

Finalmente llegamos a la plaza. Mi madre está sorprendida por el tráfico, pero yo no, está cuidad siempre ha sido un asco en ese aspecto.

 

Estaciona el auto. Toma su bolsa y yo mi iPhone. Bajamos del auto y le espero que le ponga alarma, lo hace y camina hacia mí. Cruza su brazo por mi espalda y me atrae hacia ella, puedo sentir su calor y su aroma peculiar de perfume.

 

—Puras maravillas he escuchado de esta plaza—añade mientras caminamos por el estacionamiento hacia la plaza.

 

—Pues la plaza es elegante, eso es un hecho. Las tiendas qué hay dentro es lo interesante, eso me dijeron algunos amigos—agregó mientras observamos la plaza. Elegante y de 3 pisos. Las barandillas que rodean los pisos superiores son de cristal, la mayoría rodean con vista al primer piso y dejan algunas formas ovaladas entre cada piso. Recuerdo que una vez me recargue en una de esas barandillas y me andaba cayendo, la barandilla no estaba muy bien puesta.

 

Caminamos por dentro de la plaza, observando las tiendas. Muchas captan la atención de mi madre, yo las recuerdo en su mayoría. Aunque en el pasado no me llamaba la atención entrar a ninguna, ahora es diferente.

 

—No, no quiero ver ni entrar... no...—desvío la mirada hacia un puesto de churros. —Ah... da igual—giro sobre mis talones y alcanzo a mi madre a la tienda de tacones y zapatillas.

 

No quiero ceder a mis gustos, el hacerlo siento que es como doblegarme hacia la bruja. Pero no puedo negar que mis impulsos me llevan a esa tienda, y no solo a esa, estoy maravillada y ansiosa por entrar a las demás. Lo cual creo que es preocupante.

 

Empujó la puerta del cristal e ingresó a la tienda. Hay algunos vestidos que dan hacia el exterior, lo típico de demostración.

 

Camine un poco por los pasillos, esta un poco concurrido porque es sábado, es de esperarse. Mi madre estaba viendo un par de tacones mientras yo continuaba caminando observando las zapatillas y los tacones, cuando unos color rojo carmesí captaron por completo mi atención, resaltaban de entre los demás. Son hermosos.

 

Estoy observando los tacones. De reojo veo a una pareja, una chica de cabello castaño, su cabello llega hasta su cintura. Wow. A ella le acompaña un chico que... es atractivo. Para mí. Lo veo un poco y vuelvo a girar mi cabeza, no quiero parecer obvia. Intento resistirme a observar al chico, pero me rindo. Le veo de pies a cabeza, el chico es lindo. Es un chico de piel clara, su cabello es oscuro con alguna mechas rubias, eso capta mi atención. Sin duda es alto y parece que va al gimnasio, aunque no tiene los músculos tan marcados, se notan un poco.



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En el texto hay: cambiodevida, cambiodecuerpo, genderbender

Editado: 18.07.2024

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