—Ciertamente me sorprendió tu mensaje el otro día, pero me encanta salir a caminar y pasar tiempo contigo. Eres una chica cool e interesante...—me dice mientras ambas caminamos hacia casa de su abuela.
—Tu también eres muy linda, disfruto tu compañía y estas caminatas por la cuidad. Además que me intriga conocer a tu abuela, me imagino que es igual de dulce que tú—respondo mientras en mi mini mochila guardo un gel antibacterial.
El rostro de ella se ilumina. —Ella es lo mejor, siempre alegre y linda... cuando la conozcas te darás cuenta—señala antes de que lleguemos a casa de su abuela.
Una casa grande, de 3 pisos, color blanca con una barandilla de color blanca que rodea la casa. El césped está muy bien cortado, hay un camino de piedras que conduce a la puerta principal, algunos artículos en el patio que asemejan y llevan a una época de los 50 y 60s o inclusive muchas décadas atrás. La lámpara y puerta principal del exterior, tienen un toque vintage, ciertamente está mujer tiene gustos de épocas pasadas, pero son interesantes y resaltan en la actualidad.
Hay varios árboles cubriendo el patio, me imagino que de noche y con una niebla densa, esta casa parecerá un bosque de terror, le queda bien, dentro vive una bruja que sí causa miedo.
Valeria toca la puerta multiples veces. Al cabo de un minuto se abre lentamente. —Hola, preciosa—exclama con alegría al ver a su nieta, en efecto es Arely, pero lleva puesta otro tipo de ropa más casual, aunque si perder su tono oscuro, ya que sus tacones, jean y suéter, son del mismo color; negro.
Yo me dejo ver, estaba apartada observando la ventana y las plantas cerca que conduce al jardín. Le sorprende verme ahí, lo puedo notar en su rostro.
—¿Por qué no has ido a verme? No sabía que sucedía contigo...—exclama su nieta con tristeza, aunque algo feliz por estar aquí.
—He estado ocupada con algunas cosillas... lamento auséntenme así—acaricia su cabello. —Veo que trajiste a una amiguita, es una chica dulce—sonríe.
~bruja... literalmente~pienso mientras sonrió y les observo a ambas.
Valeria asiente. —Ella es una amiga de mi bachillerato, es nueva en la escuela... es súper dulce, un amor de persona. Se llama Vianey—aclara la duda al mismo tiempo que me acerco a Arely y le saludo de mano, siento su mirada penetrante, es como sí me cruzara con una estaca. Realmente tiene una mirada pesada.
Nos invita a pasar. Al ingresar observó una casa con un tono vintage por doquier, muebles que hacen ver a la casa en otra época, algunas luces reemplazas por velas, aunque los focos allí están. Sofás de épocas anteriores, sin duda deben costar mucho dinero. Tomó asiento mientras observó que Valeria continúa charlando con su abuela.
Es como estar en casa del enemigo, aunque sin duda ese tono dulce de Arely me aterra, siempre tan misteriosa y un poco sadica, su nieta sin duda lo es todo para ella. Y de eso no me deben quedar duda, es la razón de mis últimas 8 semanas hayan sido las más locas de mi vida, y que terminase en el cuerpo de una chica...
Escucho que Andrea insiste mucho con el tema de su ausencia, sin duda ella no tiene conocimiento alguno sobre las prácticas de su abuela, y yo no quiero abrir la boca, no me quiero imaginar que podría pasar sí reveló el secreto, creo que callada me veo más bonita.
—Eres una nena de pocas palabras... ¿cierto? Tu mirada es tan dulce, me pregunto sí tu voz también lo es...—inquiere ella mientras ingresan a la sala. Valeria sonríe mientras me observa.
Yo río. —Perdón sí no he hablado mucho, es que estaba pensando en unas cosas... tiene una casa muy hermosa, con un toque elegante y antiguo... me encanta—contesto tierna mientras le observo y después vuelvo a rodar mis ojos por el resto de la sala.
Arely se sienta. —Tienes buenos gustos Vianey, y ya confirme tu voz tierna. Eres una chica agradable, me das ternura, nena—exclama con un tono meloso, como sí estuviese burlando, aunque es imposible que Valeria lo note.
Mi amiga está a punto de hacer una pregunta, cuando una llamada entrante interrumpe la conversación. Esto le desvía de la conversación y sale de la casa para contestar a su padre.
Al escuchar la puerta cerrarse y escuchar la voz de Valeria en el exterior, Arely me mira fijamente. —No tienes nada de paciencia, ¿cierto?—interroga con molestia.
—Arely... mi vida está de la mierda, y todavía haces cosas extrañas en mi casa, no me parece agradable que me espíes...—le grito y con abro la palma de mi mano.
Ella niega con la cabeza y se muestra sorprendida. —Espera, espera... yo no te he espiado, bueno; si lo he hecho. Pero en los días recientes no he ido a tu casa... mis energías se centran en Luis, o sea, después de la estupidez que hizo solo me queda protegerle... y aún me pregunto porqué... creo que solo porque me causo ternura tu discurso barato de amor—contesta sin permitirme hablar.
Niego con la cabeza y suspiro. —Te agradezco que lo hagas. Pero no me engañas... hay algo en mi casa, el otro día un estruendo se escuchó en toda la casa, fuimos a ver el cuarto de invitados y unas cajas estaban en el suelo. No es la primera vez que sucede algo así...
—¿Fuimos?...
Yo hago una mueca de incomodidad. —Edén estaba conmigo... y estábamos teniendo... bueno, eso no es tu incumbencia. Lo que importa es que me ayudes, me estoy volviendo loca... quieres que juegue bajo tus reglas, lo haré. Pero no quiero demonios en mi casa, ya tengo suficiente...—se me cristalizan los ojos y cruzo mis manos.