*Capitulo 17*
Me encontraba en algo parecido a la nada, no sentía anda y me sentía en una burbuja de agua, sin poder hablar, ni respirar, tengo frió, y me siento…. Viva y muerta a la vez, un sentimiento curioso pero doloroso, extraño pero reconfortante
-¿Dónde estoy?- dije al querer abrir los ojos pero de igual manera solo pude ver oscuridad, empecé a tocar a mí alrededor y se sentía como plástico- pero que…, sentí un zipper y lo jale, desearía no haberlo hecho, estaba rodeada de un aroma nauseabundo y me encontraba como en una mesa, volteé a los lados y me encontré con varios cuerpos inertes y no ocupaba verlos mucho para saber que estaban muertos, me levanté de la cama me metal en la que me encontraba y caí, mis piernas estaban débiles, muy débiles, me arrastre hacía una puerta y era un tipo cuarto, como pude me levanté y me miré al espejo- pero que …- dije viéndome, yo… no era yo, estaba muy pálida más de lo que acostumbraba, tenía ojeras, yo me veía… muerta, me miré todo el cuerpo y como si un recuerdo brotará recordé a ese señor, me miré el cuello en busca de alguna marca pero no había nada, abrí el grifó con intención de lavarme la cara pero el chapoteó del agua me aturdió y lo cerré, algo estaba mal, muy mal, escuche detrás de la puerta un sonido… era como un latido de corazón, respiraciones y pisadas, no ocupaba ser genio para decir que alguien venía, apague la luz y deje un pequeño espació por la puerta y a los 5 minutos alguien entro.
-Giban- dijo un señor al abrir la puerta- tampoco está aquí, donde se metió ese niño… ¿Qué ocurrió aquí? - dijo y por el pequeño espació lo vi, era un señor con canas y calvicie al mismo tiempo, estaba viendo algo… la bolsa en la que acababa de salir…- Donde mierda está el cadáver, mierda, ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos?- dijo y empezó a tecla algo en su celular- ¿Nelson?, tenemos problemas, volvieron a robar un cadáver- ¿volvieron?, esto es serió, no sabía si salir y decir que estaba viva o seguir pretendiendo que estaba desaparecida, unas ruedas aturdieron mis oídos y se intensificaron cada vez más hasta que escuche voces – ¿lo mismo de siempre?- dijo el señor-
-Sí, no hay opción, es eso o una demanda y estamos yendo a la quiebra como para tener una demanda- dijo el señor delgado con canas entrando con una mesa con ruedas y una bolsa como de la que había salido-
-Ponla a cremar, que sea rápido, que nadie se entre-dijo viendo a todos lados abriendo la bolsa que estaba en la mesa de metal con ruedas-
-¿Seguro que no han reclamado este cuerpo?- dijo el señor al lado del delgado-
-sí, no hay quien la reclamé- dijo seguro el señor con canas delgado-Hazla cenizas rápido tenemos trabajo- dijo ya desesperado-
Pasaron unos minutos y solo me quede observando, tenía enojo mucho enojó y de repente vi a mi hermano con los ojos llorosos, ni cuenta me di que llegó hasta que escuche unas pisadas y un aroma que supe que era de él, los señores le entregaron la caja con las cenizas de alguien más, yo no sabía como reaccionar ni cómo salir de ese pequeño cuarto, me dio importancia el rostro de mi hermano, se veía su falta de sueño, su falta de alimento, tomó la caja y empezó a llorar y yo me le uní a los segundos, viéndolo de lejos sin saber qué hacer, ocupaba salir y decirle que estaba viva, pero ¿Cómo iba a reaccionar? ¿Por qué estaba viva?, dudo que sea algún milagro divino, ni siquiera soy creyente, algo esta mal muy mal y ocupaba salir de aquí, en un segundo en el que voltee al espejo, mis ojos brillaron en el , unos ojos de color rojos brillaban en la oscuridad, intenté parpadear pero no servía el color se hacía más intenso y caí al suelo, me sentía desorientada y sin fuerza, me empecé a arrastrar por el piso hasta llegar a la puerta y a lo lejos escuchaba la voz de mi hermano agradeciéndole a los señores por hacer su trabajo y darles mis cenizas poco sabía que no era mis cenizas, tenía miedo, enojo, no sabía controlar mis emociones y cuando mi hermano se fue por la puerta junto con los señores intenté salir poco a poco arrastrándome, estaba tan desorientada que no me di cuenta de cuando apareció el señor con canas y calvicie junto-
-¿pero qué?- dijo viéndome fijamente, estaba desnuda y no me había dado cuenta hasta que su asquerosa mirada me recorrió completa, mi enojo creció más y noté algo que no había notado, podía escuchar como su sangre pasaba por su vena, y lo que más me impresionaba es el hambre que tenía, era como si durara días sin comer un vació que sentía que no iba a saciar- Alto… tu eres… la chica que estaba muerta- dijo con horror palideciendo-
Sin pensarlo me levante de golpe y con una rapidez que no sabía que poseía me acerqué a él inmovilizándolo jalando su cuello ligeramente… olía el aroma de la sangre y era impresionante que no la olida a hierro como solía oler sino como algo dulce… algo que no podía describir- No… No por favor- decía entre sollozos, mi enojo creció de alguna manera, y lo mordí con fuerza, su sangre paso por mi garganta y yo la absorbía como si mi vida se fuera en ello, se sentía tan bien que no quería parar, seguí absorbiendo su sangre hasta que escuche un gritó y un suspiro ahogado, solté mi mordida y lo vi… sus ojos iban perdiendo color… lo había matado…
Solté su cuerpo y cayó inerte en el suelo, estaba en shook, me quede inmóvil en el lugar sin hacer nada viendo como el cuerpo no se movía, quede inmóvil hasta que escuche la puerta principal, tenía que salir ya de ese lugar, volteé a todos lados y encontré una sudadera lo bastante ambla para cubrir todo mi cuerpo, me la puse en un microsegundo y salí corriendo de ese lugar, en un abrir y cerrar de ojos había cruzado una cuadra entera, a lo lejos visualice un patío y encontré unos pantalones y los tomé, ocupaba tapar los lugares en los que entraba aire de más y así seguí caminando sin rumbo o eso creía hasta que llegue a mi casa o mi antigua casa, me subí a un árbol y de ahí pude ver a mi hermano y a su novia, el lloraba sin consolación mientras ella intentaba calmar su llanto, me les uní en el llanto a los segundos hasta que se hizo de noche y ambos se quedaron dormidos en el llanto, fui a la puerta principal y empecé a tocar los bordes de la puerta hasta que encontré una llave, la tomé en mis manos y abrí la puerta, estaba mi hermano en la misma posición en la que la que lo había visto desde la ventana y me acerque con cuidado y con mis ojos ardiendo de las lágrimas, me acerque a mi hermano y me agache, le di una mirada unos segundos y le di un beso de despedida en el cachete