¡ Heredero a la vista! (#2 de la saga heredero)

Capítulo 8: Daisha.

Aitana

"Tú le gustas."

Lamentablemente no puedo sacarme esas palabras de la cabeza.

-¿Qué haces aquí, tan sola ladrona de esperma? -gire mi cabeza luego de escuchar la voz de mi mejor amiga. -¿Qué hiciste esta vez?

-¿Porqué tendría yo que hacer algo?

Amaia se sentó junto a mi en el columpio y yo suspiré.

-Por qué eres capaz de todo amiga. -rode mis ojos. -Ahora cuéntame la gran azaña que hiciste.

-Dustin me beso. -Amaia enarcó una ceja y sonrió. -Pero yo poco después le di un fuerte y doloroso rodillazo en sus parte noble. Asi que ahora estoy arrepentida por lo que hice. Eso es todo.

-¿Te gusto que él te volviera a besar?

-Me encanto sentir sus labios sobre los mios. Tenerlo cerca de mi despertó la gran pasión que siento por él Amaia. Deseo a ese hombre, quiero volver repetir esa noche de pasión.

Ante esta confesión mi amiga sonrió.

-Si tanto anhelas estar entre sus brazos, toma lo que es tuyo Aitana. Porque aunque él grite a gran voz que te detesta eso no es verdad. Sé que Dustin desea revivir esa noche tanto como tú. Así que no dejes que el miedo te venza y ve por él. Cazalo y sacia tus deseos.

Fuertes palabras viniendo de ella.

-¿Así que le estas diciendo que vuelva a drogarme Amaia Montero? No esperaba eso de tí.

Ambas giramos nuestra cabeza y para nuestra desgracia nos encontramos con Dustin.

-Tú sabes muy bien que deseas perderte en su cuerpo Dustin, no te hagas el ofendido porque yo se que mueres por penetrar esa vagina. ¿O es que me equivoco?

Dustin camino para quedar justo delante de nosotras. En cuanto estuvo al frente de nosotras trague saliva al verlo mirarme fijamente.

Mis ojos recorrieron su hermoso rostro y me fue inevitable no desearlo aún más.

Ese hombre me vuelve totalmente loca.

-No estas muy lejos de la realidad Amaia. Porque me muero por poseer el cuerpo de esa ladrona de esperma.

Fuerte confesión la de este hombre.

-Rompan el hielo de una vez por todas y follen, ¡maldición! Para ver si así dejan esa maldita contienda.

-Por mi no hay problema, Amaia. -Dustin emitió estas palabras mientras le extendía una flor a mi mejor amiga. -La guerra tienes que pelearla con tu amiga. Porque es ella quién no desea volver a repetir esa noche.

Quién le dijo a él que no quiero repetir esa noche.

He soñado infinitamente con esa noche, y son tantos los sueños mojados que he tendido que he perdido la cuenta.

-No me interesa repetir porque te probe y muy a tu pesar te descarte Dustin. -inquirí mientras me colocaba sobre mis pies. -Superalo.

-¿Piensas tú que yo superare tan fácil eso que me hiciste? Como olvidó que me drogaste y no conforme con eso me drenaste todo el esperma. -Dustin se coloco sobre sus pies, quedando frente a frente. Retrocedí porque tenerlo cerca significa peligro. -Solo a tí se te ocurre que olvidare eso.

-Deja el drama Salvatierra, ni que te hubiera desvirgando.

Mi amiga soltó una carcajada ante estas palabras. Y yo me encargue de girar sobre mis pies para alejarme de él.

-Oh, no cariño, tú no te marcharas y me dejaras otra vez con la palabra en la boca.

Todo paso tan rápido que a penas me dio tiempo de girar sobre mis pies.

El maldito de Dustin me había colocado un par de esposas en la muñeca.

Escuché el click de las esposas que Dustin había colocado en mi brazo y no me quedo más que mirarlo fijamente.

-¿Qué crees que haces?

-Esposarte. ¿Es que no vez?

-Quitame esa porquería antes de que te corte las manos.

Él muy tonto se atrevió a reirse.

-Esto sera para toda la vida cariño.

-¡Sueltame...! -demande pero él hizo caso omiso a mis palabras.

El muy cínico se atrevió a dejar un beso dn mi mejilla.

-Que me sueltes te digo. -verbalicé.

-Amiga creo que te espera un día bastante divertido al lado de este energúmeno.

-No te vallas Amaia, no me dejes sola con este señor.

-¿Señor yo? No tienes a la suerte ladrona porque te puedo comprobar que todavía no me queda la palabra señor.

-Vete a comprobar lo que te de la gana pero, suéltame de una maldita vez por todas.

Los dos nos enfrascamos en una guerra de miradas.

Y en momento en que iba a explotar escuché la voz de Diego, seguida de la de Daisha.

-¡Papá...!

-¡Mamá...!

Mis hijos.

Levante la cabeza y me fue inevitable no sonreí.

-Mi niña. -murmure mientras la observó correr hacia mí. -Daisha.

-Ella no es tuya, ella es mía.

-Es nuetra imbécil. Eso dicen los papeles.

-¿De que papeles hablas?

Deje en segundo plano la pregunta de Dustin y solo concentre mi atención en recibir a mis hijos.

Los cuales al llegar a nosotros no dudaron en abrazar nuestros pies.

-Mami, te extrañe mucho. -sonreí al escuchar estas palabras provenientes de Daisha.

-Yo también te extrañe corazón mío. Lo hice con todas mis fuerzas.

-¿Y a mi no me extrañaste cariño?

Pregunto el inoportuno del padre de mi hijo.

-Claro que si papi. Te extrañe un mundo.

La pequeña niña dejo de abrazarme para hacerlo con su padre.

-Y yo también te extrañe un mundo cariño.

Tras estas palabras Distin se agachó para tomar a Daisha en brazos.

-Te amo un mundo mi amor.

Juro que me derretí como si fuera un helado bajo el sol.

Si no me alejo de este hombre en este momento caeré en tentación y volveré a cometer una locura.

-Daisha cariño, no se exactamente lo que hare pero no te dejare marchar, te quedaras conmigo para toda la vida.

-¿Para siempre papi?

-Para siempre, hermosa.

-¿Y mamá y Diego?

Dustin coloco sus ojos en mi.

-Diego también.

-¿Y mamá?

Tomé fuerzas de donde no tenia y me atreví hablar.




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