Aitana
Después de que la súper dotación de viagra saliera del sistema de Distin, este se lanzó al suelo totalmente cansado.
-Juro que le pagare a un científico para que diseñé un artefacto para evitar que me vuelvan a drogar.
-Ni diseñando un artefacto te salvas de que yo te vuelva a drogar.
Dustin como es de costumbre me dio una mala mirada.
-De la única manera que te dejo poseer mi cuerpo es estando drogado Salvatierra.
-Yo... he. -coloque mis ojos en el capataz y sonreí al verlo rascarse la nuca. -Creo que es momento de que yo valla a ver si ya puso la marrana.
-¡Tú te quedas...! -grito Dustin y yo con una sonrisa en los labios hablé.
-¡Tú te quedas...!
El hombre rodó los ojos.
-Lo siento mucho pero yo me marcho. Arreglen su situación y de una vez por todas sean felices.
-Hugo... -dijo Dustin.
El capataz volvió a negar con la cabeza mientras empezaba a caminar.
-¿Me tienes miedo Dustin?
El mencionado se atrevió a suspirar, mientras intentaba levantarse del suelo.
-¿Por qué tendría que tenerte miedo?
-Porqué yo, si me da la gana puedo volver a tomar de tí lo prohibido.
-Intentalo... susurró mientras me desafiaba con la mirada.
Él no debió de desafiarme.
Como soy una mujer con las bragas bien puestas me encamine hacia él y sin pensarlo me sente en su regazo.
-Que te quede bien claro que si yo deseo algo, lo tomó sin pensar en lo que pueda pasar Salvatierra. -susurre contra sus labios. -Pero, eso tu deberías de saberlo.
-No estoy para juegos...
-¿Quién dice que estoy jugando?
El rachero se removió incómodo y trato de quitarme de su regazo.
-Deja ese juego de una vez por todas Aitana.
Luego de escuchar estas palabras me atreví a moverme sobre su regazo.
-Si para ti esto es un juego, ese es tu problema.
Dustin abrazo con fuerza mi cintura y cerró los ojos.
-¿Por qué estas haciendo esto?
Aumente el ritmo de mis movimientos ante de responder.
-Deseo que me cojas Dustin. Quiero que tomes de mi lo prohibido, hazme tuya.
Él abrió los ojos como platos.
-¿Estas bien Aitana?
»Bien estamos. Dijo puteria, totalmente anciosa.
-Me tienes caliente Salvatierra. -declare y Dustin trago saliva. -Verte exitado logro exitarme.
»Sexo, sexo, sexo. Puteria grito como la gran puta que es.
-¿Estas segura de que estas bien?
-Joder Salvatierra, ¿que parte de que quiero que me cojas no entiendes?
Me atreví a colocar mi mano en su cabello.
-Estoy caliente y quiero que tú me hagas gritar como ese día.
Me atreví a colocar mis labios sobre los de él y besarlo con frenesí.
Dustin respondió de la misma forma a mi beso. Y yo jadeé al sentir su miembro cada vez más duro.
Esta vez no me apartate de su lado hasta tener un par de orgasmos.
»Sexo, sexo, sexo. Gritó puteria mientras se preparaba para gritar a su máximo esplendor.
-Te tomaré Aitana pero si las personas te preguntan tu diras que yo te seduje para que hiciéramos el amor.
Hiciéramos el amor.
Maldición, esa palabra logró encenderme todavía más.
-¿Hacer el amor? Pense que tú solo tenías sexo.
-Contigo es hacer el amor Aitana, porque tú eres la mujer que...
Si llega de decir que me ama me casó mañana mismo. Y no me importa si tengo que traer al padre del pueblo a punta de pistola.
-¿Que......?
Dustin abrió la boca para responder pero una voz se antepuso a la de él.
-Dustin.
Suspire y le di una mala mirada a la mujer que acababa de frustrarme la que sería la cogida del año y quizas también mi boda.
-¿Es que están unidos para no dejar que Dustin me coja? ¡Justo en este momento tuviste que aparecer!
Dije y Estela se encogió de hombros.
-No me importa si te he frustrado los planes de coger.
Trate de levantarme del regazo de Dustin pero, este ejercio mucha fuerza sobre mi cintura.
Él sabe muy bien de lo que soy capaz de hacerle a esta mujer si le colocó las manos encima.
-¿Qué deseas Estela?
La chica coloco sus ojos en Dustin y como la gran zorra que es le sonrió con coquetería.
-Vine a buscar un par de sacos de café.
-Pense que tu madre no queria mi café.
-Eso fue algo momentaneo querido. Porque tu sabes muy bien que nosotras te necesitamos.
-Tú madre el café y tú fluidos, perra. -susurre para mi. Pero puedo decir que por la cara que puso la mujercita puedo decir que ella escucho estas palabras.
Que se joda. O más bien que la jodan para deje de estar como una perra en celo detras del semen de mi hombre.
»Tenemos que defender esos fluidos. Puteria se atrevió a decir mientras tomaba un cuchillo.
Que puteria más sanguinaria la que me ha tocado.
»Veo que yo sola tendré que defender el miembro de mi hombre, porque tú ni para eso sirves.
¿Defender puteria el miembro de mi hombre?
¡Ja! No creo.
-Puedes tomar el café que te de la gana mujercita pero, el miembro y fluidos de Dustin por nada del mundo dejo que lo toques. Ese pene es mío y solo yo tengo el derecho de tocarlo, besarlo y hacerlo venirse dentro de mi.
Estela abrió la boca tras escuchar estas palabras.
-Asi que, si paso la descabellada idea de que mi hombre te folle con su gran miembro, lamento decirte que tendrás que buscar a otro estúpido para que te lo meta, porque los fluidos y el miembro de Dustin no estan disponibles para tí, mujercita.
-¿Tú hombre?
¡Genial! Este hombre de todas las palabras que he dicho solo escucho cuando lo proclame mi hombre.
Es que él es genial. Notese el sarcasmo.
-¿Te gustaría que dijera mejor, mi mujer?
Dustin enarcó una ceja.