Capítulo 17: La verdad.

Aitana.

Miedo.

Siento una gran opresión en el pecho, la cual no me ha dejado dormir.

Así que para matar el tiempo y un poco mi angustia me encuentro en la habitación de mis hijos observandolos dormir plácidamente.

Acariel pelo de mi pequeña niña y sin pensarlo sonreí.

—Llegaste a mi vida reclamandome como tu madre, así por eso no dejare que nadie te aparte de mi lado. Me convertire en una leona si es necesario Daisha..

Daisha se removió en la cama y tras hacerlo murmuro un nombre.

—Dana.

¿Dana?

—¡Dana…! -exclamo a gran voz mientras se removia en la cama. —¡Dana……!

La abrace y surre varias palabras en su oído..

—Ya paso cariño. -sije mientras la abrazaba. —Mamá esta aquí para cuidarte.

Poco a poco Daisha se fue calmado.

Y cuando ella estaba calmada abrió sus ojos.

—Mami, quiero a Dana. -dijo mientras se estrujaba sus ojito. —Dile que venga.

—¿Quién es Dana cariño?

—Mi hermana.

Me mantuve en silencio por un par de minutos, pensando en lo que le diría a mi pequeña.

—¿Daisha cariño de donde conoces a Dana?

La niña sollozo antes de hablar.

—Tito me dijo que Dana pronto estaría con nosotros pero, el hombre malo no quiere que ella venga mamá. Él quiere quedarse con ella para siempre.

La niña me abrazó con fuerza para después ponserse a llorar.

¿Quién ratos es Dana? ¿Y porque mi hija dice que ella es su hermana?

—Te prometo cariño que el hombre malo no se llevara a Dana. Tú padre y yo la protegeremos, te lo prometo.

—¿Promesa mami?

—Te lo prometo cariño -dije y poco después le di un beso en la mejilla. —Ahora vuelve a dormir pequeña, para que crezca grande y fuerte y también para que saque de sus casillas a tu padre.

Daiha asintió.

—Te amo mamá. -acoto ella mientras se estrujaba los ojos.

—Mamá te ama con todo su corazón cariño. Yo por ustedes doy mi vida, por que ustedes esten bien me atrevo a hacer lo impensable.

Daisha cerro sus ojos y yo coloque su cabeza en la almohada.

Tras hacerlo la puerta de la habitación se abrió dejandome visualizar a mi madre.

—Por lo visto no has podido dormir.

—Como podría dormir mamá, si no se que ese loco esta tramando. Me aterra pensar que él quiera cumplir con lo que no pudo hacer ese día. -mamá coloco una de sus manos en mi hombro. —No quiero que a mis hijos le suceda nada, porque si les pasa algo yo no podre vivir en paz.

—Todo estara bien hija. Veras que él no se atreverá a tomar represaeias contra mis nietos o contigo. Además tu padre y Dustin estan como locos colocando seguridad en todo el racherog, ya esto no parece un rancho, más bien parece un pelotón de la arma.

Dustin, ese hombre tampoco a dormido por estar reforzando la seguridad de nosotros.

—¿Donde esta Dustin?

Mi madre suspiro.

—Fue a darse un baño.

Me levanté de la cama y mi madre como la picarona que es me guiño uno de sus ojos.

—Madre deja de imaginarte cosas sucias por Dios.

—Contigo no puedo dejar de pensar en que en cualquier momento te encontré violando al podre de Dustin.

¿Yo violando a mi hombre? Pues claro que sí.

—Te falto agregarle que lo violaba bajo una pequeña dosis de viagra, madre.

Ella se atrevió a negar con la cabeza.

—Desconozco lo que traje al mundo Aitana, porque tu eres capaz de todo. Miedo me da ser tu madre.

Oigan a esta mujer.

Dios mio que he hecho para merecer una madre tan dramática.

—Ire a ver si puedo obtener un pooc de los fluidos de mi hombre.

—Aitana nada de violar a ese pobre muchacho, ¿escuchaste?

¿Violarlo yo?

Ni que tuviera tanta suerte.

Gire sobre mis pies cuándo estuve en el umbral de la puerta.

Y con una sonrisa en los labios omití varías palabras.

—Si escuchas gritos de auxilio que no te quede duda de que estoy violando a ese sexi hombre.

—Mucho cuidado con traumar a ese pobre muchacho Aitana. Porque él es el único hombre que puede soportar vivir una vida completa contigo.

Que dulce mi madre.

Sin duda Susana Spencer es la mejor madre que Dios me ha podido dar.

—Gracias madre por oa confianza que me tienes.

—Esa es la verdad Aitana Marie Hewitt Spencer.

Odio que me llamen por nombre completo pero, al parecer mi madre no entiende eso.

—Me voy antes de perder la poca paciencia que me queda madre.

—Más vale que te vallas a coger porque si sigues sin que te lubriquen el coño todos corremos peligro de perder la vida a manos tuyas hija querida.

Mi madre si que me conoce.

Salí de la habitación con una pequeña sonrisa en los labios y skn perder tiempo camine hacia la habitación de mi hombre.

Mi hombre.

Que bonito se escucha esa palabra por Cristo.

Mío, solo mío.

»Que golosa. Dijo puteria mientras de limaba las garraa que ella llama uñas.

»La más golosa de todas hablando. Porque puteria déjame decirte que te comportas como una golosa cuando pides que te hagan gritar como la gran puta que eres.

Mi amiga la puteria se marchó sin omitir palabra alguna.

Y eso fue lo mejor que hizo.

Camine hasta quedar al frente de la puerta y antes de colocar mi mano en la manija suspiré.

Aquí voy.

Abrí la puerta y sonido del agua cayendo logro que me dirigiera directamente al baño.

Me coloque en el umbral de la puerta del baño y me fue imposible no mirar la puerta corrediza de la bañera.

A tan solo unos pocos mentros de mi esta mi hombre, el hombre por el cual estoy loquita. Quien logra que mis bragas se empapen, el hombre que amo.

Si. Amo a ese tonto con todo el corazón.

Me lleve las manos a los pequeños tirantes de mi bata para dormir, los retire y cuando estuve completamente desnuda con desición camine hacia en interior del baño.