Aitana.
Observe la fábrica abandonada por un momento, y antes de entrar en esta suspire.
-Deje a mi sexi hombre, semi desnudo con la promesa del mejor sexo mañanero que pudiera existir, solo por verle la cara de estúpido a este badulaque. Es que me queda como anillo al dedo la palabra idiota.
Dije para mi misma.
-Aitana.
Me detuve en seco luego de escuchar la voz de Ilario.
-Dime lo que quieres de una vez por todas, demente de mierda.
Él dió un corto paso hacia mi.
-Quiero todo de tí, quiero que me ames Aitana.
-Pues lamento tener que informarte que no puedo amarte porque mi corazón le pertenece a Dustin.
Vi claramente como él hizo una mueca.
-Puedes intentar amarme Aitana. Intentalo.
Me coloqué en alerta cuando él dió otro paso hacia mi. Así que no dude en sacar la pistola que había traído.
-Si das un paso más hacia mi te mueres.
Ilario sonrió.
-Ya estoy muerto en vida Aitana.
-Todavia no estas muerto así que más te vale que no te acerques a mi.
Ilario detuvo su andar luego de escuchar estas palabras.
-Creeme que si hubiera querida hacerte daño ya te lo hubiera hecho Aitana.
-Si no quieres hacerme daño, ¿entonces que quieres?
-Pasar mi último día a tu lado.
Enarque una ceja.
-Ilario por Dios, ¿para esa pendejada me hiciste venir?
-No es una pendejada Aitana. Mañana me voy a morir.
Si claro, y yo mañana saldré embarazada.
-Tengo cáncer de estómago Aitana, desde hace años he estado lidiando con el pero este no quiere ceder. He llegado al punto donde ha hecho metástasis con mis riñones, y ya no quiero vivir así. Prefiero morirme que seguir sufriendo. -baje el arma lentamente. -Y lo más terrible del caso es que no podré ver a mi hija crecer. No disfrutaré de ella.
-¿Como se que me estas diciendo la verdad?
-Si quieres puedes revisar cada prueba clinica que me he realizado, no tengo problema con ello. -entrecerré los ojos. -Se que piensas que estoy loco pero eso no es así Aitana.
-¿Por que yo Ilario?
Él me miro fijamente a los ojos.
-Porque tu fuiste la primera persona que mostró compasión por mi. Tú Aitana con solo diez años te acercaste a un muerto de hambre que pedía en la calle, ese día me regalaste tu peluche favorito y no conforme lograste que tus padre me ayudaran. Por ti tuve el privilegio de crecer bajo un techo, tu fuiste mi ángel Aitana. Por eso me empeñe en que me quisieras, por eso quería tenerte solo para mi.
-Pero tú...
-Se que por las acciones que he cometido me he visto como un demente delante de tí pero todo lo que te he dicho es la verdad y nada más que la verdad.
-¿Por que me enviaste la cabeza de Lucia Fernanda?
Él enarcó una ceja.
-No te voy a negar que la mande al infierno por querer contrapirar contra tí pero, no te envié su cabeza.
-Junto con la cabeza de esa mujer llego una nota firmada por tí, Ilario. Así que no me quieras ver la cara de estupida porque muy bien sabes lo que puede llegar a pasar.
-Aitana se muy bien que no te puedo ver la cara de estupida por más que quiera.
-¿Entonces como explicas esa nota Ilario?
-Al parecer tienes un enemigo oculto.
¿Quién rayos me había envió la cabeza de esa mujer?
Dijo con una media sonrisa en sus labios. La cuál se esfumó de su cara luego de escuchar la voz del enviado del diablo.
-¡Señora...!
Gire sobre mis pies para ver al enviado y no dude en sonreir al verlo con dos arma.
-Debi suponer que traerías refuerzos.
-Ya lo sabes Ilario.
-¿Señora, esta bien?
Pregunto el chico cuando estuvo a unos pocos pasos de mi.
-Tardaste mucho.
-Lo se. Pero su prometido es quien tiene la culpa de ello.
-¿Estas prometida?
-Eso no es asunto tuyo Ilario, así que no metas tus narices donde no te han llamado.
El mencionado hizo una mueca.
-¿Qué hizo Dustin?
Observé como el hombre rodó los ojos antes de responder.
-Ese hombre montó el escándalo de su vida cuando leyó la nota que usted le dejo y no conforme con eso el hermano de él se puso a armar un plan de rescate y no se cuantas cosas más.
Pobre de mi hombre.
-Vengo por usted señora.
Con todo el dolor en mi alma mire el rostro del enviando y negué.
-No me puedo ir contigo. Porque me quedare con Ilario esta noche.
Él enarcó una ceja y posteriormente miro a Ilario.
-Si este hombre se atrevió amenazarla para que se quede con él no dude en decirmelo mi señora.
-A mi nadie me amenaza y mucho menos me pone a seguir ordenes, que te quede bien claro enviado del diablo.
-Por lo que se Aitana es su propia jefa así que no sigue órdenes de nadie. Pero si las da.
-No tientes tu suerte Ilario porque con una sola bala te puedo mandar directo al infierno para que descanses en la suite que el diablo y su séquito de demonios tienen preparada para tí. -verbalicé estas palabras mientras le apuntaba directo a la cabeza.
-Pero que agresivo. No conocía se lado yo Aitana Marie Hewitt Spencer.
-Cierra el pico.
Dije e Ilario rodó los ojos.
Tengo tantas ganas de incrustarle una bala en el cuerpo, específicamente en la cabeza.
-Enviado del diablo, vete pero mañana muy temprano ven a buscarme.
-Esta bien señora.
El hombre se coloco las armas en cada lado de su cintura.
-Y por nada del mundo traigas a Dustin a este lugar.
-Entendido.
Tras estas palabras él giro sobre sus pies y empezo a caminar.
-¿Como moriras Ilario?
-Inyección letal.
Hice una mueca.
-¿Qué quieres que hagamos?
-Solo quedate a mi lado. Quedate hasta que deje de respirar.
Ilario se acercó a mi. Y sin yo verlo venir me abrazó.