—Excelente actuación en la cirugía doctor.—Oscar recibía felicitaciones mientras lavaba sus manos y rostro.—Es un honor tenerlo como médico, ahora la joven solo necesita rehabilitarse.
—Ojalá fuera así de sencillo Lilian, pero esto solo fue para salvarla.—Suspiró sin dejar de lavarse.—El verdadero reto viene a partir de ahora para ella.
—Doctor pero ¿Usted nunca siente la necesidad de descansar?—Le preguntó con mucha sopresa.—Ese tipo de expresiones desprecian su enorme trabajo que ha hecho. Como ha dicho, la joven está viva.
—Creo que tienes razón, es una buena forma de verlo, la pude salvar y eso hay que agradecer.—Al decir esto sus ojos se pusieron muy brillantes, seguía inspirado por la hermosa mujer que había conocido aunque no lo hizo en las mejores condiciones.—Bueno, ahora me voy a descansar un poco, pero antes me gustaría saber cómo va la atención al resto de pacientes.
—En esta área está controlado, la mayoría de los ingresados están en traumatología.
Esta última palabra le recordó a una persona que había mantenido olvidada en sus recuerdos durante todo el tiempo de la cirugía; Su novia Amanda.
Se sintió un poco culpable por estar pensando en otra mujer y estar al pendiente de ella mientras que su novia se había quedado en el olvido.
—Creo que después de dar mi rondín iré con ella para ver cómo le está yendo.—Dijo una vez que se terminó de lavar y comenzaba a secarse.—Necesito descansar, esa operación me dejó muy exhausto pero hay muchos pacientes. Iré a la sala de descanso.
—Si doctor, se lo ha ganado, aunque no es necesario que vaya a la sala de descanso.—Lo miró a los ojos aún con sorpresa.—Su turno terminó, ¿Por qué no ir directamente a su casa? Lilian seguía muy insistente en premiar el labor del médico, lo motivaba a tener un mejor descanso.
—No, mi casa está muy lejos y quiero seguir al pendiente de este caso, cualquier cosa que suceda puedo reaccionar mejor estando aquí.
—Veo que se ha comprometido mucho con esa paciente.—Ahora en su tono había admiración.—Se que es el deber de un médico luchar hasta el final por la vida de las personas.
Lilian era una mujer morena, de ojos cafés, usaba lentes, su cabello era rizado de color café porque así lo decidió en su última cita con el estilista. Era una mujer muy vanidosa, le gustaba siempre mostrar la mejor parte de ella. Sus uñas siempre arregladas y pintadas, la mejor ropa y los mejores zapatos eran parte de su estilo. En cuanto a lo profesional, era médico en general con la tendencia de especializarse en los nervios, tomando como referencia a su ejemplo a seguir que era Óscar desde que comenzó a trabajar con él. Era una persona inteligente pero que no deseaba mucho la superación, lo hacía por un mejor sueldo y por la precisión de ser los mejores médicos en el país, filosofía que mantenía vigente el propio hospital. No lo hacía por convicción propia ni por amor al arte, era más como un efecto vanidoso de ser una médico bien preparada.
El hospital por fin había entrado en una calma por llamarlo de algún modo. Aunque varios de los doctores continuaban con sus rutinas y análisis a pacientes la peor parte ya había pasado. Afortunadamente de los casi 100 pacientes ingresados ya todos estaban fuera de peligro aunque dos habían fallecido sin poder hacer nada al respecto.
Aún con estos descesos se consideró una victoria por el gran resultado obtenido con los demás.
Solo había un caso pendiente en el cual ahora que todos estaban relajados se estaban fijando mucho. El caso de la joven que estaba siendo salvada por el médico Óscar, el cual evitó que esa mujer muriera. Aunque la cirugía fue todo un éxito ella aún tenía problemas muy fuertes y no estaba fuera de peligro. Había ganado una batalla pero la guerra continuaba. Los médicos y todo el personal hablaba de ese caso, del logro de Óscar y que no pudo haber llegado a un mejor médico, si alguien podía salvarla, era él.
El médico por su parte estaba aún descansando en la sala de juntas, ahí solo balbuceaba dormido con salvar a la joven y no soltar su mano.
De pronto, alguien intentaba despertarlo dándole un beso en la mejilla.
—Hola guapo, creo que deberías descansar en otro lugar, aquí es muy incómodo.—Su hermosa novia lo había ido a ver y se quería hacer cargo de él al verlo tan cansado.—Déjame ayudarte, siéntate bien.
Óscar aún dormitaba y al verla confundió el rostro de su paciente.
—No te preocupes bello ángel, yo te salvaré cueste lo que cueste.—Hablaba sin poder enfocar bien el rostro de la persona que estaba ahí.—No te preocupes haré que despiertes, y que esos lindos ojos vuelvan a disfrutar de otro día.
—Tranquilo mi amor, estás soñando despierto—Le dijo sin entender la situación, incluso sintió lástima por él. —Pobre, estás tan cansado.
No se imaginaba que su novio había quedado obsesionado con la mujer que había salvado en la cirugía, pensaba que estaba en una etapa en la que el cuerpo cae rendido por el trabajo pero la mente sigue haciendo de las suyas en un estado de doble sentido.
Lo agarró por los hombros y le ayudó a levantarse, de este modo caminaron hasta ponerlo en una silla más cómoda y ahí comenzó a besarlo para que despertara.
—Basta, no es necesario que me agradezcas de este modo.—Óscar dijo sus últimas palabras aparentemente sin sentido y justo a tiempo para que su novia no se diera cuenta que era una realidad escondida.—¿Qué sucede?, ¿Dónde estoy?
—Tranquilo mi amor. Estás en la sala de juntas.—Le respondió con un tono dulxe.—Te quedaste dormido después de la operación. En cuanto he podido vine para encontrarte aquí.
—¿La operación?—Abrió los ojos rápidamente para encontrarse con la realidad aunque no la supo trabajar. —¿Cómo está ella?, ¿Tuvo algún cambio?—Lo dijo de una manera tan espontánea que no supo distinguir a quién se lo preguntaba.
—Parece que el doctor héroe sigue muy preocupado por su paciente.—Dijo con un tono serio.—Creo que sentiré celos.