Hermosa Mentira

Capitulo 9.

Al llegar al departamento Lía logró que las dos chicas tomaran un baño, les preparó café y luego las tres fueron a dormir. Athalia tenía turno en la cafetería el sábado por la mañana, así que puso su alarma en el celular e intentó dormir, aunque sin mucho resultado, ya que sus pensamientos iban directamente al pelinegro que había huído de ella en medio de la fiesta, recordaba claramente las palabras de Alina, pero no sabía si creerlo, obviamente si se había tomado el trabajo de hablar con ella era porque el chico podía representar algún tipo de amenaza con respecto a su manía de hacer daño ella misma a las personas que odiaba.  Sin embargo, Kian no se veía como una amenaza, si tenía la fachada del típico chico que se mete en peleas y corre una moto, pero no se veía como delincuente, es más, la primera vez que lo vió Lía podría decir que vió algo de inocencia y curiosidad en su mirada mientras se presentaba. A demás pensó en la fotografía y la carta, las palabras grabadas allí no saldrían de un mal chico, al contrario. 
La chica no había podido encontrar la foto igual a la que se le cayó a Kian aquel día en Darg, pero estaba casi segura de que el chico que aparecía en ella acompañándolo era su hermano. Y si era así y tanto Nate como Lía conocían a Kian, entonces Stella también debería conocerlo, y estaba dispuesta a hablar con ella en cuanto se le diera la oportunidad. 
Los grandes ojos verdes de Lía se abrieron con pereza al escuchar la alarma con aquella conocida canción que estaba comenzando a odiar, la apagó y se sentó en su cama mientras repasaba mentalmente el cronograma del día. Procedió a levantarse lentamente dejando pasar un mareo bastante normal en sus mañanas desde que era pequeña y se dirigió al baño. 
Luego cuando estuvo ya pronta y hubo dejado el desayuno de Cala y Stella encima de la mesa emprendió camino hacia su trabajo, no hacía tanto frío como los últimos días, pero la brisa era bastante fría como para poder enfermarte si salías sin abrigo. Al llegar saludó a Rose y se sacó la gruesa chaqueta para sustituirla por el distintivo delantal que todos los empleados del lugar usaban. Iba bien la mañana, sin mucha gente y bastante silenciosa, hasta que unos estudiantes de su universidad llegaron, nadie sabía que Athalia trabajaba allí, y nadie de Darg solía frecuentar el lugar ya que no estaba muy cerca del establecimiento, pero tampoco podía dejar que la vieran, y tenía sus razones, claramente. La fortuna de sus padres debería ser suficiente para que ella no trabajara hasta estar más que graduada. Llamó con una seña a su única compañera del día y con una mirada suplicante señaló al grupo de chicos ubicados frente a la puerta, ella asintió y Lía fue directo a la cocina para que nadie la viera, allí estaba Rose, quien la miró con el ceño fruncido, lo único que hizo la pelirroja fue decir “Hay estudiantes de Darg afuera” y con esto Rose había entendido su comportamiento, ya le había explicado anteriormente en una de sus largas charlas, así que no hizo falta decir más nada. 
Cansada por no haber dormido más de un par de horas Lía se sentó en una silla cerca de la puerta trasera mientras sus ojos se cerraban. 
-¿Estas bien Lía?- Preguntó su jefa. 
-Si, si, solo una mala noche. 
-Está bien, toma un poco de agua que quizás te ayude a despejarte.- La única respuesta que recibió fue un asentamiento. 
Al terminar el turno pasó por el mercado de camino a casa y recordó que tenías que hablar con su hermana, asi que marcó su número y la llamó. Cuando escuchó el sonido de la llamada de teléfono de Stella dentro del departamento se dirigió a la habitación de su hermana, golpeó la puerta y al recibir un enérgico pase se adentró en ella. Stella se encontraba viendo fijamente su laptop mientras tecleaba rápidamente. 
-¿Estás ocupada? 
-No, tranquila- cerró la computadora y dirigió la vista a su hermana.- ¿Qué pasa? 
-Necesito información sobre alguien, sé que en algún momento lo conocí, y creo que Nate también, pero no recuerdo nada de él, lo poco que sé es algo que encontré en una carta vieja.- La mirada de su hermana era interesada ante su explicación, pero cambió drásticamente ante las palabras que le siguieron- Su nombre es Kian McAllister. 
Definitivamente lo que pasaba por la cabeza de Stella no era bueno, estaba seria, su ceño se frunció notoriamente y tuvo que aclarar su garganta antes de soltar una frase secamente. 
-No te metas en cosas del pasado que no sabes si puedes controlar. 
-¿De qué hablas Stella? ¿Lo conoces? ¿Qué sabes de él? 
-Sé más de lo que querría Athalia, no debes remover el pasado, mucho menos si se trata de Kian o Nate. Créeme, no te hará bien recordar, fue una época fea, y si tu mente bloqueó esos recuerdos, fue por una causa.  
-Me asustas. 
-Mejor. Vive del presente Lía, sabes que no todo es lindo en la vida, sé que no comprendes demasiado de tu infancia y las consecuencias que tuvo, pero sabes que si necesitas saber algo te lo voy a explicar. Pero hay cosas que no son necesarias en absoluto. 
Luego de esa conversación la mente de Lía quedó a mil. Si antes no entendía nada, ahora mucho menos, era tan extraño lo que su hermana había dicho. Generalmente ella ayudaba con información que la pudiera hacer recuperar recuerdos que no tenía de pequeña. Siempre pensó que era algún problema en su memoria, como si fuera a corto plazo o algo por el estilo, pero las palabras si tu mente bloqueó esos recuerdos quedaron resonando en su cabeza. De todas formas, su curiosidad se había incrementado, y ahora estaba más decidida a saber qué tenía que ver Kian con su pasado, con su memoria, y quizás con todo lo que había pasado con ella hasta ese momento. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.