Hice Algo Muy Malo

6.

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Cecilia se sienta en la mesa y me sonríe. —Sandy, escuché un rumor tan caliente de Claire, ¿Quieres escucharlo?

¡No! ¡Está muerta! ¡Déjala en paz!

Jessica contesta por mí. —Claro, dinos Ceci.

Ella sonríe. —Así que se mató pero en realidad fue por su papá. —Jessica abre sus ojos y yo me hundo en mi asiento. Ellas no saben nada—. Dicen que él la golpeaba y que incluso, pudo hacerle algo.

—De todas formas era una fácil. —Jessica murmura.

Levanto mi cabeza de golpe y cierro los puños para golpear la mesa con ellos. —Basta.

Ambas me miran con los ojos sorprendidos.

—Ella está muerta, ¿Bien? —Me levanto—. ¿A quién rayos le importa lo que le pasó? ¡Está muerta! ¿Por qué siguen hablando de ella? ¡Olvídenla!

Jessica me toma del brazo para regresarme a mi asiento pero tiro de él con fuerza.

— ¿Se han puesto a pensar que quizás fue por nuestra culpa? —Me inclino para que las personas que ya nos están viendo no escuchen—. ¿Qué quizás se mató por todo lo que le hicimos?

Jessica rueda los ojos. —Sandy, no es la primera vez que le pasa eso a un adolescente, además no éramos tan crueles.

Lo éramos.

—Disculpe —Caroline se acerca a la maestra de deportes y le confiesa en voz baja—. Hoy no puedo hacer deporte, estoy en, um, mi periodo.

Sonreí porque era mi oportunidad para burlarme de ella una vez más.

Cuando estábamos en la ducha, le dije a Ellie y a Jessica que podíamos hacer. Antes de salir, la tomamos y la metimos bajo una ducha abierta. Su ropa se empapó rápidamente. Ellie tomó una toalla sanitaria y la pegó en su rostro. Mientras tanto, Cecilia se estaba encargando de colocar algunos tampones con marcador rojo en su casillero. Las tres le pintamos su piel con nuestros labiales rojos y la sacamos, dejándola sola y rota.

Siempre hicimos eso.

Siempre hice eso.

—No, no lo fuimos. —Me siento de nuevo.

Cecilia se inclina y levanta su delgada ceja. — ¿No te estas culpando, Sandy?

Me encojo de hombros. —Da igual, ya no quiero hablar de eso.

Ambas asienten y se callan. Hablan de otras personas porque eso es lo único que parecen saber hacer. Hablar. Chismosear. Criticar. Ser malas.

~

Jessica se acera con una sonrisa amplia. —Hola, Sandy.

Suspiro. Particularmente hoy no estoy de humor. —Hola.

Toma mi brazo y comenzamos a caminar juntas. —Así que, Josh nos invitó a todos los de ultimo año a su fiesta, ya sabes, Josh el de la universidad.

¿Cómo olvidarlo? Es una de las conquistas de Jessica. Me encojo de hombros. —Bien por ti.

Jessica me mira cuestionando mi desinterés pero prosigue. —Así que, Ellie ya lo sabe y está de acuerdo en que las tres nos juntemos en tu casa o en la mía y nos arreglemos juntas. Como una tarde de chicas y luego podremos ir a una fiesta, ¿No suena genial?

Pasamos por el casillero donde están las amigas de Caroline, estaban en el entierro y lloraron. Ellas nos miran con odio. Jessica no lo nota pero yo sí.

Jessica tiene su brazo entre el mío justo como Caroline lo hacía.

Caroline era extrovertida e introvertida al mismo tiempo. Conmigo era una persona diferente. Era más alegre y alocada. Luego, se volvió así con el resto del mundo. Aun cuando éramos amigas. Y luego, ya no.

Solía sostener mi brazo y me llevaba hasta su habitación. Hablábamos de videos musicales, ropa y demás. Ella me llevaba así por el centro comercial. De un lugar a otro.

Siempre era Caroline llevando la delantera.

Si ella caía, yo también caía.

Todo eso antes de empujarla.

— ¿Qué dices? —Jessica se detiene frente a su casillero y levanta una ceja.

Me encojo de hombros. — ¿De qué?

Rueda los ojos. —De la fiesta, ¿La casa de Ellie o tuya?

Sé que esto es normal para nosotras tres. Hacer planes. Salir. Chismosear y burlarnos de la gente. Ya no quiero ser así. Ya  no se siente tan bien ser yo.

—Creo que paso. —respondo, deseando que me suelte.

Jessica ríe. No me cree, yo tampoco me creo completamente. Las fiestas son lo mío. Las fiestas son el lugar en donde bebemos y nos alocamos un poco. Las fiestas eran el lugar en donde Caroline Claire se sentaba en un rincón y bajaba la mirada cuando algunas veces llegaba. Creo que siempre lo intentó, mezclarse entre todos. Ser aceptada. Querida. Respetada.

No puedo creer que todo lo relacione con Caroline. Es ridículo y patético. Es como si su fantasma se hubiera metido en mi cabeza y no me dejara pensar en otra cosa más que en ella.

Jessica me da una mirada, como las que tiene cuando mira pasar a las chicas raras de la escuela. — ¿Enserio?




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