Hice Algo Muy Malo

16.

16.

Ruido.

Es lo único que se sentía.

Y sí, puedes sentir ruido.

La gente me empuja mientras camino a cualquier lado. La gente se ríe de mí. La gente se burla de mí. Me escupen con sus ojos. Me arrepiento. Me arrepiento de todo. Quiero dejar de estar aquí.

Ya no lo oculto. Ya no me esfuerzo. Dejé de usar maquillaje hace varias semanas atrás. Dejé de estudiar. Dejé de usar internet. Dejé de sentir.

Para el jueves, me sentía nula. Vacía. Quemada hasta las cenizas.

Ellie se sentó a mi lado y me observaba todo el tiempo, quería vomitar pero traté de no hacerlo.

Traté, porque cuando la clase terminó, fui al baño y vomité. Me senté sobre el escusado cerrado y cerré los ojos. Ya no podía con todo esto. Era una basura. Yo era una porquería. La situación era una porquería.

Mi siguiente clase era matemáticas y no quería ir, sin embargo, lo hice. Teníamos una prueba y cuando la profesora pasó a mi lado, me miró de una manera horrible.

Y lo supe.

Supe que los profesores ya lo habían visto. Y me siento asqueada. Mi mundo da vueltas. Mi respiración se corta.

Cuando entrego la prueba, ella toma la hoja como si la hubiera insultado. Cierro los ojos y me hundo en mi asiento. Ya no puedo.

Ya no.

Antes de la hora de almuerzo, el director se asoma a la puerta y luego me llaman a mí. Mi cerebro ya no funciona como antes, funciona de manera absurda. Como esas cámaras de seguridad que capturan una imagen cada cierto tiempo. Así veo todo. Por segundos. Hay espacios, cortados y que jamás serán llenados.

Escucho mi nombre y me coloco de pie, sigo al director y lloro. Lloro en silencio y limpio mis inútiles lágrimas con la manga de mi sudadero.

Entro a la oficina y me pide que me siente frente a él.

Lo hago.

Se sienta.

Gira la pantalla de su computadora.

Caroline Claire me observa con sus ojos acusadores.

— ¿Qué es esto, Sandy?

Pregunta lo que ya sabe. —No sé.

Él suspira. —Esto… esto es algo serio, señorita Jones. —Pasa sus cansadas manos por su cabello—. Quisiera… yo quisiera saber cómo manejas todo esto, desde que yo…

Me quedo callada.

—Tengo veinte años. —Informa—. Veinte años de jamás ver algo como esto, yo… jamás he visto que en esta escuela una chica se mate y eso, de cierta manera, es normal pero… no… no que hubiera un grado de acoso tan severo para que alguien se mate.

Asiento, con los ojos ardiéndome. —Lo siento.

Bufa. —Eso no importa, todos tus compañeros lo han visto, los maestros me informaron de este video… ¿Tus padres lo saben?

Trago saliva seca. —No, aun… —Luego, como si me encendieran de nuevo, reacciono—. Por favor, no se lo digan, por favor… yo he tratado de cambiar, lo siento por favor, no le digan a mis padres.

Niega. —Tengo que hacerlo.

Me rompo en llanto. — ¡No! No por favor, ya no podría con eso.

Él tiene lastima en sus ojos, pero aun así se levanta y abre la puerta. —Tengo que hacerlo señorita Jones, tengo que discutir su futuro en esta escuela y sus consecuencias por sus acciones. —Hace un gesto para que salga—. Tengo que hablar con ellos, pero dejaré que usted les diga que tengo que hablar con ellos.

Me muerdo la mejilla para dejar de llorar. —No lo entiende… me odiaran.

Suspira. —Lo lamento, Sandy. —Baja la mirada—. El consejo de padres lo sabrán y querrán imponerte una fuerte sanción, quiero lidiar con todo esto lo más… ligero posible.

Niego mientras salgo de su oficina. La secretaria me observa con lastima. Mi reflejo se ríe de mi vergüenza.

Quiero regresar el tiempo. Quiero detener esto.

¿Por qué Caroline tenía que grabarse? ¿Por qué si tanto quería estar muerta solo lo hizo y ya? ¿Por qué hacer un show?

Salgo y me dejo caer en la pared.

Ya no quiero nada.

No puedo.

No saldré.

Estoy enterrada en mi miseria.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.