El siguiente viernes me encontré con Charlie en el centro comercial. Íbamos a juntarnos un rato para platicar.
Últimamente he estado muy ocupada entregando mis últimas tareas y planificando todo muy bien de cierta idea que tengo, así que he estado ocupada.
Pero hay alguien que merece mi tiempo.
—Sandy. —Charlie levanta su brazo para llamar mi atención—. Aquí.
Veo que Charlie está sentado en una mesa del fondo. Camino hacia él y se levanta para abrazarme y darme un beso en la mejilla. —Listo, ¿Qué tal?
Me encojo de hombros. —Ya sabes, lo mismo de siempre.
Charlie sonríe.
Él supuestamente es un marginado. No es el más guapo de todos ni tampoco es el más amado entre las chicas. Pero eso no me importa. Para mí, es la persona más dulce y asombrosa que he conocido en toda mi vida. Me gusta demasiado como para no confesarle todo.
—Charlie… quiero decirte algo.
Asiente. —Dime.
Aclaro mi garganta. —Bueno, yo… sabes que desde que nos conocemos no ha sido fácil pero, sin ti, las cosas hubieran sido mucho peor.
Sonríe.
—Y bueno, sé que nos hemos besado y la cosa es que… —Aclaro mi garganta—. Yo, em… no merezco estar con alguien tan asombroso como tú pero quiero estar contigo.
Sus ojos se abren. — ¿Hablas enserio?
Rasco mi nuca y juego con la coleta de cabello que cuelga detrás de mí. —Sí, sé que no soy la mejor opción pero mis sentimientos son reales y quiero intentar algo nuevo contigo.
Charlie sonríe. —Te quiero, Sandy.
Mi corazón bombea con fuerza. —Yo también te quiero, Charlie.
Charlie toma mi mano sobre la mesa. —Creo que, bueno, no sé pero me gustas mucho y quiero que seas feliz, muy feliz y em, ya sabes, sería bueno que fueras feliz conmigo.
Charlie me hace reír.
Me levanto y me siento del mismo lado de la mesa que él. Lo envuelvo con mis brazos, y por un instante, somos normales de nuevo. Somos quienes somos.
Somos Sandy y Charlie, una pareja con un futuro prometedor o una ruptura dolorosa. No importa.
Lo que quiero está justo frente de mí.
Eso importa.
— ¿Quieres que seamos novios? —Charlie pregunta algo nervioso mientras acaricia mi cabello.
Me aprieto más a su cuerpo. —Si… bueno, si eso quieres.
Charlie y yo nos quedamos en silencio un segundo y luego estallamos en carcajadas.
—Si quiero, Sandy. —Besa mi frente.