30.

Meses más tarde.

Mi castigo no fue retirado.

Yo no podía ir hoy al baile de graduación. Bueno, no podía ir como las demás chicas, hasta que Steve y yo comenzamos con el plan.

Lo primero que hicimos fue hablar con los antiguos amigos de Caroline. Ellos me mataban con la mirada, pero me disculpé. No precisamente  por lo que yo le hacía a Caroline, más bien por lo que en algún momento les hice.

Ellos suavizaron sus ojos cuando lo hice.

Necesitábamos tener un grupo grande de personas para poder hablar con los maestros y con el director. Teníamos una idea y esa idea debía suceder.

Ellos estuvieron de acuerdo.

Resulta que Caroline tenía más amigos de los que alguna vez pensé. Ella estaba en un club de lectura y ellos se unieron. También los de arte y los del club de matemáticas estaban dispuestos a apoyarnos.

Pero antes de todo, tenía que hablar con una persona.

Hablar con la madre de Caroline no fue fácil. Primero pensé que ella ya había visto el video, pero no lo había hecho. Luego, se lo mostré. Y le mostré la carta. Como era de esperar, lloró.

Pensé que me odiaría y  me echaría de su casa, pero en su lugar me abrazó. Ella dijo algo como que yo era el mayor recuerdo de su hija. Y por supuesto, me hizo llorar.

Le pedí perdón y le expliqué la idea que teníamos. Ella, con lágrimas derramándose, asintió. Estaba de acuerdo.

Al siguiente viernes, lo hicimos. Hablamos con el director y con algunos de los maestros. Éramos casi treinta chicos pidiéndolo.

El director me recordó que no podía ir al baile, le dije que estaba bien. Luego, lo aceptó. Habló con la madre de Caroline y estuvo de acuerdo también.

Y así llegamos a hoy.

El baile de graduación.

Estoy en la orilla, sentada con las chicas que no tienen cita pero que eso no las hace de menos. Definitivamente se los hice saber. Ellas comenzaron a platicar conmigo y nos divertimos mientras lo verdaderamente importante ocurría.

Desde el otro lado podía ver como Cecilia bailaba con un chico del equipo de baloncesto.

Tuve que hablar con ella. Al principio me insultaba e ignoraba, pero me disculpé. Lo hice y creo que vio que estaba siendo sincera porque aceptó mis disculpas. No somos amigas pero no me odia.

Jessica fue más fácil. Yo no le importaba realmente así que dijo algo como: Tranquila, estamos bien. Y desde ese día no hemos dicho nada.

Ellie si está embarazada y puedo ver su abdomen ahora mismo. Le pedí perdón el mismo día que ella me pidió perdón. Me sentí rara pero le deseé lo mejor en su vida. Y es cierto, lo hago. Le deseo lo mejor.

La verdad no creo que vuelva a ver a alguien de esta escuela. Estoy pensando en mudarme de la ciudad. No iré a la universidad aun. Necesito pensar bien que es lo que quiero en mi vida. Soy demasiado joven para tomar decisiones apresuradas y permanentes.

Pero como sea, realmente les deseo lo mejor a todos.

Incluso a Adam, quien me envió un mensaje hace dos noches. Me habla de cómo le está yendo ahora en su nueva escuela. Hablamos de muchas cosas, en realidad. Hablamos de todo y de nuevo, no creo volver a verle o hablarle pero espero que esté bien.

El director finalmente aparece y hace el anuncio.

—Buenas noches, estudiantes. Antes que sigamos y anunciemos a la reina y rey del baile, quiero presentarle a alguien. —Todos esperan—. Ella es la señora Longwood, madre de nuestra quería estudiante Caroline.

De pronto, un silencio abrupto. Ella sube al escenario y se queda en silencio. —Hace pocos pero demasiados meses, mi hija Caroline decidió quitarse la vida. —Las chicas con sus vestidos brillantes y los chicos con sus trajes planchados se han quedado en silencio—. Ella, tenía muchos problemas. Más de los que yo pude imaginarme. —Se le quiebra la voz—. Pero eso lo saben, ustedes saben que ella ya no está aquí. Quizás no sepan las razones pero yo sí, y por eso, quiero pedirles algo. —Toma aire—. Quiero pedirles que cuando salgan de la secundaria, sean buenas personas. No estoy culpando a nadie, ya verán porque pero… quiero que sean amigos de alguien que los necesita. Algún día saldrán al mundo real y se darán cuenta de todo el dolor y sufrimiento que existe allá afuera. Pero quiero que ustedes sean parte de los buenos, quiero que olviden las tonterías de los apodos y de juzgar a la gente por como se ve o sus gustos. Quiero que vean solo lo bueno de las personas. Hagan el esfuerzo, y ámense unos con los otros.

En ese momento, las luces se apagan y el video de Caroline comienza a reproducirse.

Pero no su último video, uno que filmó en algún momento. Lo encontramos con Steve en su blog y pensamos que era mejor que mostrar el último video. Al final, dice cosas que creo que no le gustaría que muchos se enteraran.

Caroline está frente a la cámara, con su habitación de fondo. —Hola, emm… bien. Estas son cinco cosas que no me gustan de mí. —Ríe nerviosa—. La verdad, no me gustan mis brazos. Tengo demasiada piel sobrante ahí y se balancean… tampoco mis cejas, jamás puedo encontrarles forma. —Aclara su garganta—. Pero lo que no me gusta de mí es que soy muy callada y no lo era, antes era la chica que llamaba la atención sin buscarla y ahora ya no brillo, tampoco me gusta que hago cosas que sé que están mal, pero las hago. No sé porque… y lo que menos me gusta de mí es el hecho que soy suicida. —Baja la mirada—. Lo soy y siempre pienso en suicidarme, no entiendo como nadie se ha dado cuenta de eso… tengo depresión y me corto por todo el cuerpo, luego lo oculto con maquillaje y cosas así. —Se queda unos segundos en silencio—. Creo que soy invisible todo el tiempo, soy… nadie. Pero a veces, alguien me dice que le gusta como dibujo y vuelvo a ser visible, o como esa vez que mis vecinos me agradecieron por no ser ruidosa… la verdad no sé si es un alago pero al menos notaron que no soy ruidosa. —Sonríe—. Y quizás no tienes que ser visible para todo el mundo, quizás solo tienen que verte las personas que te aman realmente… o quizás, tú tienes que comenzar a verte.