Prólogo.

La noche caía lenta sobre el pequeño pueblo de San Bartolomé,cubriendo con su manto oscuro la casa humilde en la que Marina había pasado toda su vida.Una vida marcada por la pobreza y la soledad,donde el sonido de las botellas vacías y los pasos cansados de su madre eran lo único que rompía el silencio.Allí,en esa casa llena de carencias,Marina había aprendido que la vida no siempre da segundas oportunidades.

Con solo 18 años,su mundo ya parecía estar en ruinas.Había soñado con escapar de la miseria,con construir un futuro distinto.

Quería ser enfermera,sanar a los demás,encontrar su lugar en el mundo.

Pero el destino,cruel y caprichoso,la llevó por un camino distinto cuando quedó embarazada.

El padre de su bebé,aquel chico de ojos oscuros y promesas fáciles,desapareció sin dejar rastro.Su madre,aunque agotada,intentaba apoyarla a su manera,mientras su padre,entregado al alcohol,no daba nada más que molestias.

En medio de toda esa soledad y miedo,Marina tomó una decisión que cambiaría sus vidas para siempre.

Dejando a su bebé en un lugar seguro,y con el corazón desgarrado y la culpa,salió con la esperanza de darle a su hija una oportunidad que ella nunca había tenido.

Aquella noche mientras caminaba bajo el frío de la madrugada,Marina sintió el peso de cada recuerdo,de cada promesa que le había hecho a su pequeña.

En el silencio de San Bartolomé,solo quedaba el eco de su llanto y la seguridad de que,aunque se había alejado,jamás podría dejar de amarla.

Así comienza Hija del silencio,una historia de amor y dolor,de una madre que,aún desde la distancia,seguirá luchando con todo su ser para encontrar el perdón y,tal vez,la esperanza.

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