Hijos de dioses ocultos

Capítulo I

DIARIO

Bueno, no sé cómo comenzar esto sinceramente, mi tío me aconsejo escribirlo para que no me sintiera tan sola y me desahogue cuando no tenga con quién hacerlo, luego de pensarlo varias veces, pues, decidí a hacer esto. Creo que no duraré ni 3 días haciendo esto, pero no pierdo nada con intentarlo. Empezaré presentándome.

Mi nombre es Skarleth y tengo 16 años, vivo en Vancouver, tengo 1 hermana menor y también están mis padres, no hay nada malo con mi familia o mi entorno en general, lo único que está mal... Soy yo... Y es que no me entiendo con nadie, ni con mis padres, ni con mi hermana, ni con mis compañeros, no me entiendo con absolutamente nadie, soy como un bicho raro y solo mi tío ha sido capaz de entenderme. Nací con unos ojos extraños y muy poco comunes haciendo que me trataran como niña rara toda mi vida hasta por mi propia familia, creo que esto es una maldición que el universo preparo para mí.

Cuando entre a la escuela por primera vez no sabía como comunicarme con nadie y a la final terminaron diciendo que soy un bicho raro, hasta ahora solo he tenido 3 amigos, 2 de ellos los conocí el año pasado, mi tío es mi amigo de toda la vida y él me presentó a Will y a Sebas los cuales son geniales, nos entendemos perfectamente, al parecer de pequeños tuvieron el mismo problema mío, pero con el tiempo lo supieron afrontar. Para ser sincera estoy superunida a Will, es como si nos conociéramos de toda la vida, es como si fuéramos unos superhermanos, aunque Sebas no se queda atrás, siento una conexión con ambos estupenda y sin mencionar, tienen unos ojos muy parecidos a los míos, bastante parecidos en realidad.

Mi tío es la persona más estupenda que puede haber en el mundo, más que mi tío es mi mejor amigo y mi confidente, puedo contarle cualquier cosa y siempre va a ayudarme, aconsejarme y a guardar mis secretos, me defiende cuando mis padres me tratan de manera injusta y me cuida de todo, siempre ha estado para mí y dice que siempre lo va a estar sin importar nada en el mundo.

Bueno, me gustaría seguir escribiendo, sinceramente esto se siente demasiado bien, pero debo ir a la escuela... Cosa que no es que me alegre mucho, pero es mi deber.

—Skarleth, llegaron tus amigos para ir a la escuela, baja, rápido que se les hace tarde. —grita mi madre desde la planta baja, guardo el diario debajo del colchón para que mis padres ni nadie se pusiera a chismear.

Bajo corriendo las escaleras y me despido de todos para luego salir corriendo de mi casa. Veo a Will y a Sebas y me acerco a abrazarlos felices para irnos a la escuela juntos, desde que les pedí a mis padres que me trasladaran a la escuela con ellos no me siento tan sola, ya que puedo estar con ellos todo momento y nunca me dejan sola.

—Escuche que va a haber una nueva materia en la institución y nos van a cambiar el horario, pero no saben exactamente cuando —dice Sebas mientras mira su celular tranquilamente y Will me tiene abrazada a él.

—Mientras no nos separen, supongo que no hay problemas. —dice Will con una sonrisa.

Will es divertido, relajado, bromista y bastante cariñoso. Sebas, por el contrario, era bastante tranquilo, un poco mandón y cariñoso de vez en cuando, en resumen, cuando le pica, aunque es bastante divertido cuando se trata de hacer locuras y bromas, se mide a lo que sea.

—Chicos —les llamo y ellos me prestan atención— ¿Cómo me definirían? ¿Cómo soy para ustedes? —ellos me miran y se ponen a pensar.

—Mandona. —dice Will y sigue pensando.

—Berrinchuda. —dice Sebas tranquilo.

—Enojadiza.

—Infantil.

—Llorona.

—Muy cariñosa.

—Mimada... —y así siguieron definiéndome casi todo el camino a la escuela.

(...)

—Bastante bipolar... —dice Will hasta que me enojo.

—Bueno, ya entendí. —me cruzo de brazos y ellos empiezan a reír— se la pasaron todo el camino en esas.

—¿Ves que eres bipolar? —dice Will de forma burlona— primero nos pides que te definamos y luego te enojas porque te definimos.

Entramos a nuestra aula y nos sentamos en el final de las filas sin separarnos como siempre, esperamos el momento en el que suene la campana y aprovechamos para reír y hablar un rato entra nosotros hasta que entra nuestra maestra de artes, justamente toca la campana.

—Buenas tardes, estudiantes. Hoy les quiero presentar a 2 nuevos estudiantes, preséntense con tranquilidad, chicos. —En ese momento entraron 2 chicos que llamaron bastante mi atención, se veían serios y entraron con la cabeza agachada, en el momento que se pararon al frente, lo único que me llamo la atención fueron sus ojos, los 2 tienen prácticamente los mismos ojos.

—En ese momento entraron 2 chicos que llamaron bastante mi atención, se veían serios y entraron con la cabeza agachada, en el momento que se pararon al frente, lo único que me llamo la atención fueron sus ojos, los 2 tienen prácticamente los mism...

—Mi nombre es Víctor —hablo el más grande de los 2 seriamente— vengo de Toronto y tengo 17 años.

—Mi nombre es Jhonatan —habla el otro más alegremente— también vengo de Toronto y tengo 16 años.

—¿Son familiares? —pregunta la profesora con una sonrisa, ambos chicos se miran y sonríen a medias.

—No señora, no tenemos ningún vínculo familiar —dice Jhonatan con una sonrisa.

—Aunque nos queremos como si fuéramos hermanos —dice Víctor con una sonrisa a medias aún, y en ese momento yo miro a Will.

—Oh, creí que eran hermanos. Bueno, pueden tomar asiento. —dice la profesora con una sonrisa.




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