La puerta se abre lentamente, de su interior sale un hombre grande, de contextura musculosa y una mirada amenazante. Mira a Yeda y dice:
¿?: ¿Quién eres? ¿qué quieres?
Yeda: (Con una mirada serena) Mucho gusto, me llamo Ye.... Esteban, soy amigo de Sofía y vengo a recogerla.
El hombre lo observa sorprendido. Los antiguos pretendientes de Sofía solían atemorizarse con su apariencia y se marchaban enseguida.
¿?: Mucho gusto, me llamo Jorge. Soy el padre de Sofía.
Yeda: El gusto es mío.
Desde el fondo de la casa se oye una voz femenina que dice:
¿?: ¿Con quién hablas, querido? ¿ya llegó Esteban?
Jorge: Sí Tesorito, está aquí en la puerta.
Yeda intenta entrar en la casa pero Jorge lo detiene con su brazo.
Jorge: Alto ahí, ¿eres virgen?
Yeda: (Sonrojado) Sí señor.
Jorge: Mantente así, hoy no habrá diversión.
Mientras termina de decirle estas palabras a Yeda, se ve una luz en el fondo, un tono azul resplandece. Yeda se empina un poco para poder apreciar aquello que empezaba acelerar su pulso; es Sofía. Se acerca a su padre y dirige su mirada a Yeda.
Sofía: Estoy lista, Esteban.
Al escuchar estas palabras su padre se hace a un lado para permitirle el paso. En ese momento él puede apreciar lo hermosa y angélical que luce con un bello vestido azul.
Yeda: Ho... laso... fía. Estás Her... mosa.
Yeda mentalmente: Lidero guerras en mi mundo y no puedo pronunciar unas cuantas palabras. Patético.
Aparece una mujer mayor sonriente y dice:
¿?: Mucho gusto Esteban, me llamo Carmen. Soy la madre de Sofía.
Yeda: El gusto mío, señora.
Sofía sonrojada toma del brazo a Yeda mientras dice:
Sofía: Adiós papá, adiós mamá.
Ambos padres, nostálgicos, se quedan en la puerta observando cómo se aleja su pequeña.
Carmen: Recuerdo mi primera cita contigo, justamente tenía la edad de Sofía.
Jorge: Lo recuerdo como si fuera ayer.
Carmen: Y justamente terminé embarazada.
Al oír esto, Jorge corre a toda prisa para alcanzar a su pequeña, pero lamentablemente ya no estaban a la vista.
(3 horas después)
Sofía y Yeda van saliendo de la sala de cine, ella está abrazando fuertemente el brazo de Yeda. Al parecer las películas de miedo no son su fuerte.
Yeda: Ya se acabó, Sofía.
Yeda mentalmente: No puedo creer que esté tan cerca de mí.
Sofía: La próxima vez yo elijo la película.
Al decir esto, una cálida sensación atraviesa el cuerpo de ambos, entienden que esta será la primera cita de muchas más.
A continuación Yeda detiene un taxi y abre la puerta para que Sofía suba.
Sofía: ¿A dónde vamos?
Yeda: Te sorprenderá.
(Unos minutos después)
El taxi se detiene cerca de unas escaleras empinadas. Yeda le paga al taxista, baja rápidamente y abre la puerta para Sofía, se inclina y dice sonrientemente:
Yeda: Después de ti.
Sofía nuevamente toma del brazo a Yeda, mientras éste con una mano en su bolsillo empieza a subir las escaleras. Al subir el último escalón se encuentran con una manta en el suelo, una pequeña fogata, una canasta con comida y una vista cautivadora. Los ojos de Sofía brillan intensamente.
Yeda se sienta en la manta, estira su mano invitando a Sofía, ella delicadamente la toma y se sienta junto a él.
Sofía: Siempre soñé con este momento, pero nunca imaginé que se haría realidad en mi primera cita.
Yeda: Quería dejarte un bonito recuerdo.
Sofía: Lo dices como si no nos fuésemos a volver a ver.
Yeda alza su mirada al cielo, luego a los ojos de Sofía y dice:
Yeda: Te prometo que esto no es un adiós.
Se acerca lentamente a Sofía, con delicadeza pone su mano derecha en el mentón de ella y le da un beso que Sofía corresponde.
(Una hora después)
Se encuentran tomados de la mano enfrente de la casa de Sofía y sin pronunciar palabra alguna, Yeda la mira fijamente a los ojos, se inclina y le da un beso en la frente.
Sofía sonríe, toma el dije de planeta que tiene en su collar, lo dobla, le entrega una mitad y ella conserva la otra. Mira con ternura a Yeda antes de entrar a su casa.