Historia de una mujer

Palabras del personaje principal:

Palabras del personaje principal.👇

¡Aquí les dejo mis experiencias vividas!
Aprendí que en la vida no siempre se obtiene lo que deseas. Pero si puedes luchar por ser una mejor persona y mejorar la versión de ti misma cada día.

Cosechar lo bueno de tu trayectoria y deshacerte de todo lo que no te beneficia.
Yo no daré mi nombre, pero contaré mis experiencias. Vivida, perdidas y logros a lo largo de mi vida. Todo lo vivido, tanto los malos como los buenos momentos, me han hecho ser la persona que hoy soy. Una mejor versión de mí. Me he dado cuenta de que en el mundo hay muchas personas malas y también buenas personas. El caso es nunca dejarte influenciar por los errores de tus padres o por los malos tratos de los demás.
A una edad muy temprana fui madre.

Las circunstancias de mi niñez y los maltratos de mi padre me obligaron a tomar decisiones que cambiaron totalmente el rumbo de mi vida.
A mi edad de 35 años, soy madre de cuatro hijos: dos nenas y dos varones. Por cosas del destino, perdí uno de mis hijos varones. Aunque la vida ha sido dura conmigo desde mi niñez hasta ahora, nunca he dejado de tener esperanza y fe. No dejé que nada de mi pasado afectara a mis hijos. Aunque no tuvieron padre que los educara, yo siempre traté de estar presente en sus vidas.

Dándoles todo el amor que a mí me fue negado. Les enseñé amor, respeto y honestidad. No fue fácil para mí ser madre a temprana edad, no tener la libertad de vivir mi juventud, estudiar, graduarme y realizarme. Pero le agradezco a la vida por prestarme esos hijos, de los que hoy estoy orgullosa de haberlos educado y verlos progresar día a día en sus metas y estudios. No les di todo, pero sí lo necesario para llegar lejos: la educación, la oportunidad de estudiar, el respeto, la honestidad. Trabajo duro, lo más que puedo, para que ellos puedan llegar lo más lejos que yo no llegué.
Ser madre y padre a la vez requiere muchos sacrificios.

Hubo momentos en los cuales muchas veces quise sacarme la vida, quise desistir. Por no tener un empleo que cubra todas sus necesidades. Muchas veces desempleada, sin tener algo que servirles en la mesa a mis hijos, no dejé de luchar por ellos.
Aún sigo luchando hoy. Los miro en su adolescencia y me siento orgullosa de ser su madre. De poder verlos crecer y soñar con un futuro para ellos. Sé que van a lograr hacer todo lo que ellos se propongan.




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