Historias cortas

La obra

"Vacio"

He de extrañar lo que poseia, que era mio, me pertenecia. Ya no lo poseo, no le daba importancia, hasta ahora. Sus manos, blancas y frias, con tintes rojos son levemente divisables por una mirada vacia. La punzada inicia, el brillo me deja cegado, ya no hay vuelta atras, y, aunque lo desease, no puedo hacer nada, queda en decision de aquellos entes admirantes del conjunto de elementos vitales denominados "Organos" el si arrebatarmelos. Los elementos moviles de mi ser fisico se encuentran apagados, pero, la consciencia se encuentra impulsivamente activa, cada vez que sus manos frias, pero calientes a la vez, como el fuego levemente encendido mientras en las inmediaciones garúa durante una noche de invierno, se acercan a mi rojiza piel, vacias, clamando mis pertenencias, se retiran con algo. Retiran algo mas, no divizo bien, pero mi garganta pica, cada vez mas disminuye mi conciencia. Doy una exhalacion ultima, respiro nada, un vacio. Mis contenedores de oxigenos ya no se encontraban en mi. La ultima imagen que rescato, antes de ver el absoluto oscuro, es es mi corazon...

"Translado"

3:33 A.M. Aqui unidad quince. Se informa sobre un masculino accidentado, sus actividades vitales han cesado, se lo transladara al Hospital General Sturer Emil. Su nombre, Bogado Roberto Ezequiel. Su identificacion marca que es donante de organos. Se le informara a la familia. Preparen la sala de operaciones.

4:12 A.M. Unidad quince, los preparativos fueron finalizados.

"La obra"

La caliente infusion de cafe, me revitaliza nuevamente. No he dormido en bien ultimante. Me encuento en la sala de espera del hospital, tomando un descanzo, bebiendo "Agua Negra", ni sabor a cafe tenia. La forense Melany Patitucci se acerca, da aviso sobre que me estan esperando en la sala de operaciones para iniciar un nuevo proceso, la sangre se habia vuelto parte de mi rutina. Marchaba por el frio pasillo del hospital donde solamete se escuchaban ecos de la suela de mi zapato. Del otro lado, escucho una puerta rechinando. Alguien de la sala de descanzo volvia a la accion. Lo diviso. Se trataba de mi instrumentita quirurgico, Arevalos Danilo. Ecos de pasos aumentan a la sala. De fondo, el sonido de la ambulancia, la anunciada unidad quince habia llegado. El camillero, era el hermano de mi instrumentista. Comenzariamos una nueva "obra", los pintores estabamos, y nuestro lienzo, de piel blanca, era transladado hasta el escenario.

 

 




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