Hoja en blanco

Capitulo unico

Llevo mucho tiempo sentada aquí, en mi escritorio, con la lapicera en la mano, intentando escribir algo, cualquier cosa, que nos vuelva a unir. Las palabras siempre fueron mi fuerte, mi refugio, mi voz. Me fluian con facilidad, expresando mis pensamientos, mis deseos, mis necesidades. Pero ahora, justo en este momento crucial, cuando más las necesito, se me escapan.

La frustración me consume. Se que con una simple hoja de este cuaderno y las palabras justas, podria hacer que regresaras a mi. Pero mi mano se niega a moverse, como si estuviera paralizada por la duda. La página en blanco me mira, burlona, recordando mi impotencia.

Y una noche más me voy a la cama, dejando la misma página en blanco, una que me atormenta desde que te fuistes y me quede sola en este frío y desolado lugar al que alguna vez llamamos hogar.

La verdad es que se porque no puedo escribir esos bocablos, soy demasiado corbade. Un miedo visceral me atenaza el corazón, impidiendome dar un paso que podria cambiarlo todo. Reconozco que cuando esas palabras esten escritas y todo haya sido dicho, no habra vuelta atras. Estaremos juntos otra vez, pero no es lo que tu quieres, ¿verdad? La duda me asedia, como una sombra oscura que no me permite avanzar, que me mantiene prisionera en este laberinto de indecisión.

Él me advirtio, cuando me entrego la libreta que ahora yace en el cajón del escritorio, como un recuerdo doloroso que me quema la piel. El me lo dijo claramente, con una mirada penetrante que me transpaso el alma, que si regresabas no serias el mismo; tu cuerpo si, pero no tu ser, tu alma, tu esencia. Su voz resono en mi cabeza como un eco de advertencia, un recordatorio de que el precio de tu regreso por mi egoismo, podria ser alto.

Y aun asi, intento cada noche escribir en esa hoja porque no encuentro consuelo desde tu ausencia. Dejaste un vacio irreparable en mi vida. Pero no me atrevo a hacerte eso.

Recuerdo que en tu última noche a mi lado, con lágrimas en tus ojos, me dijiste —todo estará bien —cada palabra que salió de tu boca la oí como una verdad absoluta e irrefutable, como un juramento sagrado que me hacía sentir segura. Pero ahora, solo me quedan preguntas sin respuestas, y el dolor me consume.

Nunca imaginé que el ser humano pudiera soportar tanto dolor. Nuestro cuerpo es una máquina asombrosa, capaz de superar límites inimaginables, pero la mente…es un territorio desconocido. Y yo lo descubrí de primera mano cuando tu salud se quebró

La vida continuó, a pesar de mi paralisis emocional. Los años fueron pasando, y yo me sumí en una rutina vacía. Ahora, mientras me encuentro en el umbral de mi propia mortalidad, tengo esta libreta en mis ahora temblorosas manos pero ya no recuerdo que se supone debia hacer. Escucho algo a lo lejos, parecen voces que me llaman, pero no reconozco ninguna; veo algo brillante, es demasiado fuerte no me deja abrir los ojos para divisar que tengo frente a mi

Un pitido ensordecedor llena mis oidos, mientras una presion ritmica oprime mi pecho con una cadencia que parece sincronizarse con el latido de mi corazon. Siento un golpe seco y repentino en mi esternón, como si alguien intentara despertar mi corazon dormido, sacudiendolo de su letargo. El aire frio invade mis viejos pulmones, mi cuerpo se estremece con cada presion, como si la vida misma estuviera intentando retornar a mis venas.

Los gritos cesan y el silencio es absoluto, un vacio que me envuelve como un manto de serenidad. La luz que me rodea es cegadora, un abismo blanco que me atrae hacia su centro con una fuerza irrresistible. La libreta, ese simbolo de mi pasado, ha desaparecido. Alguien se la ha llevado, liberandome de su peso. Me doy cuenta de que nunca la necesite, que fue una ilucion que me mantuvo atrapada.

Él, esa cosa quiso engañarme, manipularme para que escribiera en sus paginas. No se porque razón, entonces me advirtio de las consecuencias que eso conllevaria, por esa razon ahora se que no fue corbardia lo que me impidio escribir, sino la certeza de que nuestro amor trascendia las palabras. Y ahora, en este momento, estando frente a ti, viendo tu mano extendida hacia mi como una invitacion a la eternidad, se que mi vida y felicidad acaban de comenzar.




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