Viernes 10 de marzo de 2017
Esa mañana me levanté como las demás, apresurado, corriendo contra el reloj, la verdad es que ya estaba cansado de eso, pero suponía que era necesario, además había esperado exactamente una semana para que llegara este maravilloso día, y no para salir a fiestas o estar con amigos bebiendo, no, para nada, sino para tomar nuevamente ese maldito autobús y poder volver a ver esa chica, ya había tratado algunos otros días pero no logré verla, así que si, ese sería el gran día.
―Adiós mamá― Solté con entusiasmo ―Que tengas un lindo día― Logré complementar antes de salir volando hacia la parada.
Cuando llegué, el autobús ya estaba ahí, subí y me acomodé calientito en mi asiento. A veces pensaba que tenía atuendos ñoños ya que llevaba puesto uno de esos suéteres con animales impresos en ellos, aunque realmente no me interesaba porque además de que lograba protegerme del frío estaba lindo a su manera.
Algunas veces reía en mi cabeza pensando en lo extraño que sonaría si dijera eso para mis amigos; Todo el tiempo me sorprendía de las cosas que calificamos como políticamente correctas, los hombres también tenemos necesidades de decirnos que tan bien nos vemos sin que suene tan incitador al final, es por ello que tenemos que especificar al final.
<<Me preguntaba si todo esto que pasa por mi cabeza le importaría a esa chica tan linda que vi aquella vez>>Al no encontrar una respuesta en mis adentros decidí dormirme.
Me desperté gracias al sonido del móvil, era mi padre.
La conversación fue corta pero eficaz, me explicó que al haber trabajado tanto la semana pasada me había ganado el día libre por lo tanto podría disfrutarlo a mí manera, a pesar de ello me sentí un poco desanimado, << ¡¿Por qué no me avisaste al despertar?!>> Pensé con fastidio.
Después de un rato el autobús se detuvo, así que decidí bajarme con todo el entusiasmo del mundo, mientras caminaba por la acera, me cuestionaba a mí mismo si ese día tendría suerte, no como los días anteriores. Caminé a ritmo, doblé varias esquinas, hasta que al final me quedé con la boca abierta y logré contemplar a la misma chica de hace días caminando por la banqueta de enfrente con un precioso suéter negro.
Sus mechones castaño-rojizos salían de un gorro color blanco que combinaba en ese clima totalmente húmedo y frío, llevaba los mismos lentes que el viernes pasado, quedé deslumbrado con la belleza que irradiaba.
Quería acelerar el paso, pero pensé que ella se asustaría al creer que yo sería una especie de acosador, así que me limité a mirar <<Aunque probablemente eso hubiera sido peor>>.
Caminé a paso normal tras de ella cuando mi celular comenzó a sonar, contesté para sonar como una persona normal, porque… << ¿Quién diablos no haría eso en una situación así?>> (Lo siento, estaba sumamente nervioso)
― ¿Como estas viejo? ―Soltó Mike del otro lado del teléfono ―Tanto tiempo sin vernos (Aunque solo había pasado un día), quería saber si querías ir a una fiesta con toda la “crew” el día de hoy, habrá chicas amigo, así que tienes que venir definitivamente es hora de que te conviertas en un hombre, señor solitario―Dicho esto colgó.
―Maldito loco― Me limité a decir; Enseguida como si de una broma se tratara mi celular volvió a sonar.
― ¡Hey! Ro, lamento molestarte llamando tan temprano, pero hoy nos reuniremos todos en casa de Mike, así que simplemente quería decirte que estás invitado, porque iremos a una de las fiestas más locas de nuestra maldita vida, así que no faltes porque ahí será el punto de reunión, nos vemos hombre, cuídate― Como lo hizo Mike, Robert también colgó al terminar.
Las llamadas me habían distraído tanto que perdí completamente de vista a la chica, me decepcioné, pero continué caminando por unos minutos mientras la brisa golpeaba mi rostro.
Mi estómago me recordó que no había desayunado nada así que mi nariz hizo lo suyo y me guio a la cafetería más cercana. Cuando entré observé una mesa en la esquina y me acomodé; Afuera empezaba a subir la temperatura, pero adentro de aquel pequeño restaurante aún seguía frio, ordené unos waffles con miel, crema batida y fresas, aunque realmente no me gustaba del todo la crema no quería sonar tan quisquilloso, para acompañar mi comida pedí un chocolate caliente y mientras esperaba mi celular volvió a timbrar.
― ¡Ro! ¿Como estás amigo?, solo quería saber si podrás ir hoy en la tarde, hace tiempo que no nos reunimos todos, sabes que eres completamente bienvenido y aceptado en nuestro grupo, te esperamos de acuerdo, a las 6:00pm no faltes amigo, no queremos que te pierdas esto― Ese había sido Craig, esperando que fuera, aunque por su entusiasta tono de voz, realmente me convenció.
Mi comida llegó y empecé a degustarla como debía ser, sin molestias, ya había enviado un mensaje a todos mis amigos cuando una última llamada resonó en aquella esquina solitaria donde me encontraba, sin más preámbulos contesté.