How do you feel?

Capítulo 5 Estas Semanas Locas

4/Abril/17

Muy a pesar del calor tan abrasador que se cernía sobre de mí, logré controlarme; continué mi camino, necesitaba llegar cuanto antes a la parada de autobús.

Describir ese sentimiento era un tanto anormal, lo odiaba, era como si cargaras con una persona a tus espaldas, cada paso que dabas significaba un corte de aire por parte de tu organismo; ver cada gota de sudor resbalar por tu frente era simplemente estresante, el aire tan seco ardía como el mismísimo infierno en mis pulmones, el olor a polvo que arrojaban los autobuses al acercarme a la central simplemente añadía un tono grotesco a aquella escena de bochorno.

Al llegar a las puertas de la central, con una última onda de calor a mis espaldas caí rendido. A decir verdad, no recordaba demasiado de esas últimas escenas, todo estaba tan desordenado; era de ese tipo de cosas que no surgen con regularidad.

Cuando abrí mis ojos y observé hacia la habitación donde me encontraba era todo completamente blanco, ya no se sentía tan fuerte el calor, al mirar hacia mi ropa la cual estaba en una silla logré comprender por completo el escenario en el cual me encontraba; esto sumado al picor que existía en mis brazos, una intravenosa yacía en mi mano derecha (Lo cual suponía que me había desmayado) toqué el timbre que estaba justo al lado de la camilla donde me encontraba recostado. Sonó aquella chicharra y decidí esperar, justo como pensaba me encontraba en un hospital, la enfermera se acercó hacia mí con la intención de contarme mi estado físico y mental en ese momento.

 

―Hola chico, has tenido suerte de que hayan llamado a la ambulancia lo más rápido posible, si no, pudo haber sido peor; es demasiado riesgoso salir de casa sin haber tomado suficiente agua, claramente tuviste un problema de deshidratación.

 

―Lo sé señorita, simplemente tenía prisa para llegar a mi casa, eso es todo...

 

―No hay excusas pequeño, nada justifica un altercado como este, además manchaste de sangre tu playera, esas manchas tardaran demasiado en quitarse.

 

― ¿Cree que pueda retirarme? ― Mencioné consternado.

 

―Para hacerlo tienes que proporcionar tu cartilla a la salida, decidimos no buscar en tus cosas, ya sabes, para evitar un problema de cualquier tipo― Contestó con quietud.

 

―De acuerdo... comprendo, entonces muchas gracias.

 

―No hay de que chico, es un placer ayudar a personas como tú―Añadió con una sonrisa en su rostro.

 

La enfermera separó la intravenosa, enseguida me levanté de la cama y un poco mareado caminé hacia mi ropa. Después me dirigí hacia el baño particular de aquel hospital, me cambié y decidí salir de aquel lugar no sin antes haber revisado mi mochila para que todo estuviera en orden. Cuando salí de ahí observé que la enfermera aún seguía en la habitación, avancé hacia la puerta y antes de salir le dije:

 

―Gracias por su preocupación... ¿señorita...?

 

―Margo, llámame Margo, no te preocupes por ello, estoy para servir.

 

―Muy bien, en ese caso, me retiro señorita Margo, muchas gracias por todos sus cuidados, y seguiré el consejo del agua, cuídese, ¡nos vemos! ―Apunté con la misma cordialidad con la que ella había actuado.

 

Revisé mi teléfono móvil y no tenía más que algunas notificaciones, mis padres no había llamado, y según me dijeron los que recogieron mi cartilla me encontré solo 40 minutos inconsciente, así que probablemente debería retomar mi rutina, aunque pensándolo bien y como me dijo la enfermera sería mejor ir a recobrar fuerzas.

Aunque el sol hubiera bajado la sensación térmica no parecía querer irse, realmente tuve que tomar todas mis fuerzas. Me coloqué los audífonos y avancé a un ritmo acelerado hacia el restaurante con aire acondicionado más próximo, “Zoo” de Parker me hizo recobrar las fuerzas poco a poquito, esa animada melodía resonaba con esmero en mi cabeza mientras iba paso a paso hasta llegar a mi destino.

 

Al llegar a aquel restaurante mi nariz se llenó de preciosos olores, comenzó a hacerse agua mi boca y para ponerle la cereza al pastel mi piel poco a poco se comenzó a inundar de ese clima frío que reinaba dentro de aquel establecimiento. Como siempre decidí acomodarme en una esquina, y esperé a que alguien viniera a presentarme el menú de aquel lugar, aunque tal parecía que era uno de esos restaurantes de mariscos, al llegar la señorita, escogí la “Especialidad de la casa” haciendo énfasis en que la comida no llevará cierto tipo de mariscos (A lo cual la camarera simplemente me miro con cara rara como decir “Amigo, esté es un restaurante de mariscos) no sé si era por el mareo que aún tenía debido al desmayo que simplemente no presté atención.

A mi comida decidí acompañarla de una sangría para el tremendo calor que azotaba afuera del local, mientras comía lentamente, saque mi cuaderno de dibujo y empecé a trazar a una Kat un tanto extraña, probablemente era por mi estado de ánimo, últimamente, ella no se había conectado, no había podido encontrarla y aunque tratara de coincidir, simplemente no lo podía hacer.




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