13/Junio/18
Las gotas de sudor resbalaban por mis mejillas, mi nariz pudo percatarse del ligero olor a sudor que mis prendas emanaban, su sabor salado al caer de la frente a mi boca, todo por haber caminado hacia la estación de tren más cercana.
Esperé al tren casi por 1 hora, al sentarme todo mi ser experimentó múltiples sentimientos, había logrado entablar una conversación con la encargada de bienes raíces, y durante casi media hora de extremo debate logré sacarle un poco de información sobre el paradero de Katherine y su madre, la ciudad hacía dónde se dirigía mi tren era demasiado conocida por sus cascadas de ahí el nombre del lugar "Falls Town", un precioso paradero turístico.
De todos modos, no llegaría para ver lo que atraía a todo el mundo, mi misión allí era tomar el próximo tren hacia Foxarc City lugar donde la chica de apellido Mitchell me había jurado y perjurado que se había mudado la antigua familia, era algo demasiado importante para mí, por eso había tomado completamente mis ahorros y sin dar explicación alguna a nadie me embarqué en esta búsqueda.
<<Solo por ti>> Resonaba en mi cabeza <<Y a pesar de no saber cuál sea el resultado de esta aventura, te prometo que lo volvería a hacer una vez tras otra, porque… el que decide si ir o quedarse soy yo… no tú y más vale que empieces a entenderlo o tal vez... tal vez sea al revés, tal vez si se alegre de verme, aunque, eso no es del todo probable, por algo no está conmigo y eso es lo que tengo que averiguar, cómo una chica tan genial como ella pudo simplemente resbalar así como así de mis manos>>
Todos esos pensamientos eran una tortura para mí, sin embargo, era imprescindible llegar al lugar, una enorme sonata invadía mis oídos mientras con fervor el tren avanzaba, estaría en mi primer destino alrededor de unos 20 minutos, llevaba una mochila ligera atrás con dos cambios de ropa, lo que más necesitaba era por supuesto mi dinero y mi celular, ya que así podría ubicar rápidamente el punto que me había marcado la señorita.
Al bajar del tren mi celular comenzó a vibrar era Maven, una desesperación invadió mis sentidos, el deseo de querer contestar y no hacerlo nublo mi mente, aunque al final cedí... como siempre.
—Hola Mavs—Dije mientras tragaba saliva.
—Hola Ro, ¿Dónde estás? —preguntó con ansiedad.
—Camino a Foxardcity—Solté.
—¡¿QUÉ?! —Gritó y el parlante chillo en mi extremo.
—Así es, tengo una "Ro-aventura"—Comenté.
—Oh, aventura en la cual no me incluiste... muchas gracias—Dijo con desdén.
—Perdóname, sabía que estabas estresada por motivos de estudio y decidí no molestarte, además sabes que se cuidarme bien solo.
—Oh vaya que eso lo sé Román, y creo que esta vez no lo vas a poder experimentar porque estoy afuera de tu casa, así qué o regresas hoy mismo... o me largo de tu vida.
*tut, tut, tut*
—Maldición.
Un enorme sentimiento de vacío se apodero de mi pecho, me entraron unas horribles ganas de vomitar y aun así mi boleto de regresó a casa ya estaba listo.
Es increíble lo que una mujer te es capaz de hacer, mi cabeza seguía confundida, pero... realmente sabía que este día llegaría, de todas maneras era mucho más profundo y poderoso el deseo de saber qué demonios había pasado con Katherine, mucho más que querer estar con Maven, además, ¿Qué sabía yo de ella?, solo era una mujer que me había encontrado en internet y... sin embargo, se había preocupado por mí, había estado conmigo en el hospital, y en sus brazos también encontré el calor que le faltaba a mi cuerpo... ah.. mi cabeza daba vueltas, me estaba haciendo dudar demasiado, pero ¡No!, ¡No puedo darme por vencido tan fácilmente!, así que mientras reflexionaba correctamente en el tren de regreso a casa llegué a la conclusión de que tarde o temprano tendría que contarle a Maven sobre mi plan, así que como buen hombre debía ser hoy... o.… mejor... encontraría la ocasión perfecta, si, así será.
El Tren arribó 30 minutos tarde, si de por si no tenía tiempo, y ahora con estos retrasos, subí a un taxi y ordené que me llevara rápidamente a mi casa, por fortuna Maven ya debería estar adentro, ya que le había contado sobre la posición de las llaves, mínimo para que pudiera entrar y dejar sus cosas, al restar unas cuantas cuadras mi mente se agrandó y supe cuán grande lo había arruinado, toda mi planificación de casi un mes estaba en un cuarto a lado de mi habitación y... conociéndola habría ya barrido completamente la casa y si... no hablo de limpiar, giré el picaporte y lentamente subí las escaleras una por una cuando una voz a mis espaldas me hizo voltear rápidamente.
—¡¿A DONDE CREES QUE VAS?! —Gritó una Maven furiosa con los brazos cruzados, podía notar a leguas lo furiosa que estaba, así que con total tranquilidad contesté.