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Capítulo 24 Happy Halloween

31/Oct/18
Sarah y yo nos preparamos desde en la mañana, había comprado un disfraz desde hace varias semanas, para mí fortuna Sarah me había seguido la corriente, yo sería un caballero y ella mi princesa (Tuve que planteárselo así para que accediera), tarde alrededor de una semana y media armando mi propia espada, recorrí media ciudad para encontrar alguien que aún labrara el acero como en los días de antaño, tardé cierto tiempo pero no más del esperado y con ayuda de aquel viejo herrero logré labrar una hermosa espada, un mango precioso y luminoso con incrustaciones de "Piedras preciosas", todo esto por una sola causa, ir bien presentables a la fiesta de disfraces en un salón de eventos, todo esto organizado por la amiga de Sarah, quien "nos" había invitado cordialmente; Mientras el sol se escondía me encontraba parado frente a la puerta como buen perro esperando a su amo, todo gracias a que mi disfraz aún no llegaba, esperé al redor de una hora, y ¡Bum!, La puerta sonó, aunque... Solo era Morgan el viejo encargado de la limpieza, continúe esperando mientras Sarah se maquillaba en su cuarto, para cuando esto sucedía yo ya tenía puesta la ropa interior que constaba de un bóxer negro de licra y una playera blanca, me gustaba llamarle... Mi "Atuendo de dominguero", y así estaba como un loco sentado, hasta que, por fin, el atuendo llegó, firmé de entregado y corrí hacia mi habitación, la armadura estaba hecha con plástico duro flexible, pero a la vez dura como el metal, con muy buena vista, por cierto, costo una fortuna, pero... Lo valía.

Me coloqué el traje la cota por encima, el peto, las hombreras y todo lo demás, en mi hombro derecho portaba el que consideraba mi "Emblema" algo hecho cuando tenía 8 años, ya que siempre jugaba a ser un caballero, era un águila preciosa en color rojo sobre un lienzo totalmente blanco, mi casco tenía puntas de coronas en la cima, y era muy duro, por suerte afuera hacía frío así que no estaría asándome con todo lo que tenía encima.

Para el final solo tenía que recoger mi espada, pero lamentablemente estaba en la guarida más peligrosa a la que puede entrar un hombre... El cuarto de una chica.
*Knock Knock*
—Sarah
*Knock Knock*
—Sarah
*Knock Knock*
—SARAH
—¡¿Qué diablos quieres Román?! —Gritó desde el otro extremo.
—Mi espada, por favor.
—Ni siquiera he terminado de vestirme, cuando acabe te la llevaré.
—Pero... La fiesta es hoy, no en 20 años.
—Ja,ja,ja qué gracioso, ahora por eso me tardaré más.
—No, ya no tardes, te esperaré abajo.
—De acuerdo no tardó tanto.
Tardó demasiado aunque eso es por exagerar, tal vez se deba a que el tiempo se alarga más cuando lo cuentas, aun así, me considero una persona impaciente, y más si tengo que ir algún lugar, de todos modos revise la mayor parte de las habitaciones, Bess había salido de viaje y nosotros ya teníamos que actuar "Como adultos" según sus palabras.
Sarah comenzó a bajar, llevaba unos mallones negros con un blusa parecida a una sudadera, había creado sus propias hombreras con ayuda de Bess y tenía un pequeño casco con alas, qué belleza, que figura simplemente mis ojos deslumbraban al verla... Era la espada más perfecta que podía haber hecho...

—Cárgala como a un bebé Sarah. Dije mientras ella bajaba del último escalón.
—Claro, claro ¿Y yo qué?.
—Te ves como una preciosa Lagertha.
—Ahora sólo me falta pelear como una.
—Pero no te pongas tan agresiva—Dije mientras tomaba mi espada.
—¿Qué tal quedaron mis hachas?.
—Se ve genial, aunque recuerda quien la hizo-Comenté mientras abría la puerta de la mansión y le guiñaba un ojo.
—Claro, claro, tú lo hiciste.
—El señor profesional en armas antiguas y el herrero por supuesto—Dicho esto ella soltó una carcajada.
—¿Qué te parece tan gracioso?.
—Nada, nada señor profesional en armas antiguas.
—Mejor sube al auto que ya vamos tarde gracias a Lagertha.
—Shhhh tú no puedes decirme nada, soy una mujer, y las mujeres necesitamos nuestro tiempo y espacio para vernos bien.
—Si, si lo que tú digas.
Encendí el motor, accione un botón para que el portón principal se abriera y Sarah lo volvió a presionar para que esté se cerrará (Obviamente), manejé con cuidado ya que de todos modos ya íbamos retrasados, y... Por lo general siempre se tarda un rato en que lleguen todas las personas.
—¿Podremos tomar esta noche?
—¿Qué? —Dije sorprendido por la pregunta.
—Si, ósea, quiero comprar algo de alcohol, ya soy mayor de edad Román, por favor.
—Sarah, no me parece que sea buena idea, aún hay varias cosas que tenemos que hacer y eso es sólo arriesgarse.
—De acuerdo…
Me sentí un poco mal por no haber accedido como acostumbraba a hacerlo, pero... De verdad no quería que ella tomará ese riesgo, ya que tomar (Vaya la redundancia), es algo que se debe tomar (aquí está otra vez) seriamente, no es simple controlar algo tan adictivo como el alcohol y aun siendo mayor de edad no lo valía.




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