Han pasado muchos días, ya perdí la cuenta.
No he tenido noticias de papá o mamá, él asegura que vendrán, cada vez creo menos en sus palabras.
Hace poco me presentó a una agradable señorita, dijo que ella me daría clases, para poder continuar con mis estudios. No sé por qué no he regresado al colegio, no me atrevo a preguntarlo.
Tampoco sé qué ha pasado en casa, o qué ha pasado con mamá, o por qué estoy aquí, o cuándo regresaré.
Extraño a mamá.
Él dice que esto es mejor, que ahora estoy a salvo. No me importa. Yo solo quiero que mamá esté a salvo.