Hoy papá…

Veintitrés

Él no se veía bien, así que quise ayudar. No debí hacerlo.

Le pregunté qué pasó y cómo podía ayudarlo. Me vio raro al principio, pero luego sonrió.

Me dijo que había una forma y me llevó a su habitación. Dijo que jugaríamos, que me divertiría, pero no lo hice. No fue divertido.

Duele, sigue doliendo, y duele más al recordarlo.

Me gustaría estar con mamá, me gustaría abrazarla, escuchar sus palabras de consuelo.

¿Mamá, dónde estás?

Te necesito.




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