No he salido de mi habitación en días, no quiero hacerlo.
No quiero salir y toparme con él.
Quiero quedarme aquí, a salvo, lejos de cualquiera que pueda hacerme daño.
Desearía tener un refugio, un lugar al cual huir cuando sienta que me van a lastimar, un lugar donde ocultarme de él y de papá. Un lugar donde mamá y yo estemos a salvo.
Pero no lo tengo, solo me queda esta habitación que ni siquiera me pertenece y las sábanas de la cama con las que me cubro como una manta protectora.