ANDREA SENTÍA QUE SU corazón latía a mil por hora, entre sus manos tenía la foto en donde se veía toda una familia feliz, pero no entendía que pasaba, veía la foto con un Marcos más joven, la bebé que supuso que era Mariana y… su mamá.
-¿Qué hace mi mamá aquí?- se preguntaba en voz alta mientras volteaba la foto para ver si tenía alguna fecha y para su sorpresa era un año antes de su nacimiento, entonces observó mejor la fotografía y no había ninguna duda, era su mamá, fue cuando se cuestionó si su madre le fue infiel a su papá con Marcos, ¿acaso era eso posible?
Desesperada continuó buscando en la caja, estaba segura de que encontraría el acta de nacimiento de Mariana y así terminaría con la duda de quien era la mamá de ella. Después de checar cada uno de los documentos, por fin dio con lo que buscaba y cuando empezó a leerlo, acabaron sus dudas, Mariana era su media hermana, ahora se explicaba el parecido físico que había entre ambas, la gran duda que tenía ahora es si ella estaba enterada y por eso se aprovechó y cambió los lugares.
Andrea estaba ya muy decidida a encontrar la verdad, pensó que lo ideal era ir con Marcos y tratar de preguntarle sobre Vanessa, pero tendría que hacerlo con demasiado tacto, aún no le convenía que se supiera que no era Mariana.
Recogió todo y lo guardó, trató de dormir, pero no podía, su mente no la dejaba descansar y eran tantas las dudas que tenía; de repente recordó cuando era una niña de seis años y le avisaron que su madre había muerto.
Andrea cerró los ojos y como si fuera una película, vino a su memoria esa fatal noche; se recordó acostada en su cama, abrazando a su pequeño oso, cuando repentinamente Vanessa entró toda nerviosa y con cara de preocupada.
-Princesita, levántate, nos vamos de aquí- le decía mientras le acariciaba su cara.
-¿A dónde mami?, ¿y papi va a venir?- le preguntaba Andrea sin entender que ocurría en esos momentos.
-No mi vida, papi se quedará aquí…Nosotras iremos a un mejor lugar te lo prometo, seremos una gran familia, después entenderás todo… Ahora tendremos que darnos prisa, antes de que llegue tu papá- le continuó mencionando mientras hacía las maletas de la niña.
Vanessa iba a empezar a vestirla, cuando repentinamente se escucharon gritos en la planta baja, una de las voces la identificó de inmediato, era la de su papá, pero la otra voz era la de un hombre que no reconocía, vio como su madre se puso pálida y nerviosa y sólo se limitó a decirle que no se moviera.
-Nena, quédate aquí por favor, no salgas para nada, ahorita regreso- le dijo mientras le daba un beso en la frente y salió rápidamente de la habitación.
Después de que se quedó sola en la recámara, lo único que recuerda fueron los gritos de sus papás y del hombre desconocido, después escuchó un estruendo fuerte que la asustó mucho y la hizo estremecerse, desobedeciendo a su madre, se acercó a la puerta y la abrió, se animó y se acercó a la escalera, desde ese lugar pudo ver bien todo lo que ocurría, vio a su mamá tirada en el suelo con mucha sangre y su papá de rodillas tratando de reanimarla, volteó y vio al otro hombre, pero estaba de espaldas no le alcanzó a verle el rostro; él era detenido por los guardaespaldas de su papá.
Andrea bajaba las escaleras poco a poco, lo único que deseaba era estar al lado de su mamá, ya en sus ojos se asomaban lágrimas, aunque a esa edad no sabía mucho de la muerte, presentía que no volvería a verla, seguía bajando y cuando ya casi llegaba al último escalón sintió que alguien la tomaba entre sus brazos y se la llevó nuevamente a la recámara, tardó mucho en darse cuenta que se trataba de su querido Chucho, el chofer de su casa; él se quedó con ella un buen rato en su habitación, abrazándola y consolando a la pequeña que lloraba pidiendo ver a su mamá.
Tenía muchos años que Andrea no recordaba ese día en que perdió a su madre, abrió los ojos y se encontró que estaba llorando, Gregorio nunca le habló sobre lo que había ocurrido, a partir de ese momento se volvió más frío que de costumbre, incluso tenía la sensación de que la odiaba por alguna razón, pese a ser su hija.
Durante los siguientes dos años se volvió una niña muy rebelde y en ese tiempo su papá se casó con Olivia, una mujer muy frívola que se decía en un principio amiga de su mamá, ella tenía una hija, Paola, era muy odiosa y ambas se hacían la vida imposible.
Como era muchos las discusiones entre las dos niñas y la rebeldía de Andrea ya era insoportable, Gregorio tomó la decisión de enviarla a ese internado, lejos de su hogar, sin dejarla volver por años.
Andrea llegó a la conclusión que tendría que llegar a la verdad, quería saber porque tenía una media hermana de la cual nunca supo y porque su mamá había engañado a su papá, sabía que eso significaba que tendría que estar más tiempo como Mariana para poder averiguar todo y la única manera que tenía para hacerlo era que Marcos le dijera que pasó en realidad.