- Estas en serios problemas jovencita- dice mi madre histérica tirandome del brazo.
Veo a mis vecinos parados frente a nuesta casa, incluyendo a la madre de John y sus pelirrojas hermanas menores.
-señora Mayra, no sea tan dura con Alice, es adolescente, de seguro usted...-
-No sigas John- dice mi madre interrumpiéndolo- esto no es tu asunto y a ustedes viejas chismosas. Salgan de mi vista!- dice a la multitud.
-Debería hablar con su hija señora Mayra, todos sabemos que es lo que pasa aquí, sabemos por qué su hija se pierde en el bosque- dice una anciana de ojos negros que se me hacen familiares- Ella va allá porque sabe que tiene que...- mi madre se dirige hacia la anciana y le da una bofetada interrumpiéndola.
-sé muy bien que mi hija no es como los demás, si es eso lo que quiere decir. Además, ella no ha dicho que ha ido a tal lugar, le prohíbo que vuelva a hablar sobre esto delante de ella- mi madre lucía como pocas veces la vi, su mirada emitía miedo e ira, parecidos a los ojos que Tarek tenía en mis sueños
-vimos a su hija ir hacia el bosque, se lo dijimos a John, gracias a él su hija está de vuelta- se escuchaba desde el público.
- vámonos Alice- dice mi madre tirando de mi brazo y adentrándose a la casa- gracias John- dice dando un portazo.
- Mamá lo siento- digo al fin- solo quería caminar y se me pasó la hora-
-son casi las 11 de la noche Alice ¿es verdad que fuiste al bosque?- dice tratando de controlar sus nervios.
-es verdad- digo- como dije, me distraje y juro que no me di cuenta de la hora-
-sabes lo que te pasa, no es normal que... Que hables con personas que no.. están hija- lo dijo de la mejor manera posible, mi pulso se aceleró y sentí miedo- dime que pasa hija por favor, a veces te escucho hablar con... Con..-
-Tarek mamá- digo mirándola fijamente- es mi amigo, el siempre lo ha sido-.
-Lo sé pero debes entender que él..-
-Lo sé mamá. El no existe, es mi amigo imaginario desde los 5 años, no espero que se vaya de mi mente de un día para otro, y sé que todos piensan que estoy loca. Que no es normal, yo también lo sé-
- a tu habitación- El rostro de mi madre estaba pálido, como si no esperara aquella respuesta.
Me recuesto en mi cama, lo que no logro entender es como no pude medir el tiempo, ¿como pudo anochecer tan rápido?, me pesan los ojos y me rindo en los brazos de Morfeo..
Corro por el inmenso bosque, tengo 5 años y un enorme perro me persigue
-¡Auxilio!- grito asustada - ¡ayuda!- el perro ladra corriendo aún más rápido -¡rayos!- tropiezo con las gruesas raíces de los arboles, lastimando mi rodilla, apenas puedo correr y siento que ya no podré seguir.
-detente- escucho pero no logro ver a nadie, no sé por qué pero lo hago- mantente quieta- estoy temblando y cierro los ojos, al abrirlos, el perro ya no está y un niño sucio y de ojos hermosos esta frente a mi- soy Tarek- dice estrechándome la mano.
-Alice- digo haciendo lo mismo.
-que fea herida te hiciste, voy a tener cortarte la pierna- dice seriamente
-¿qué? ¡Estas loco!- digo exltada- muestra una amplia sonrisa, mostrando sus blancos y hermosos dientes, excepto por el que le falta.
- es una broma tonta- dice mostrando su pequeña y reptil lengua.
- ¿y el perro?- digo mirando a todos lados.
-¿cual perro?- dice
De pronto veo sangre en Tarek, me doy cuenta que su camisa y pierna destilan sangre, ya no somos niños pequeños y veo sus ojos de nuevo, llenos de miedo y rabia, esta oscuro en el terrorífico bosque y en su mano, la medalla que me había regalado.