Los cielos del sur de Nova Roma se extendían en tonos cálidos y anaranjados mientras el transporte aéreo de Alejandro y Daina descendía hacia el aeropuerto. Justo en el momento en que pusieron pie en tierras cálidas, sus miradas se cruzaron en un gesto de determinación compartida. Sabían que estaban a punto de enfrentar un desafío que podría cambiar el rumbo de sus imperios.
Sin embargo, sus planes fueron abruptamente interrumpidos por una explosión en el horizonte. Sus ojos se dirigieron hacia los ventanales del aeropuerto, donde pudieron ver cómo el Coliseo de las Llamas estallaba en una llamarada de fuego y escombros. El estruendo sacudió el suelo bajo sus pies y, antes de que pudieran reaccionar, las voces en el aeropuerto comenzaron a llenarse de pánico y confusión.
Desde lo alto del Palacio Imperial de Nova Roma, el Emperador Magno se dirigió al público en una transmisión en vivo. Su voz resonó con autoridad y calma a través de las pantallas de toda la ciudad, mientras sus palabras alcanzaban los oídos de millones de ciudadanos.
"Ciudadanos de Nova Roma, les hablo en un momento de incertidumbre y desafío. Hemos sido testigos de un suceso en nuestras tierras, el Coliseo de las Llamas ha sido blanco de una explosión devastadora. Las autoridades han confirmado que este acto de violencia no fue un accidente, sino un atentado deliberado."
El emperador pausó, sus ojos llenos de determinación y gravedad. "Es natural sentir ira y confusión ante un acto tan atroz. Sin embargo, en este momento crítico, es esencial que no cedamos a la división ni al odio. Nuestro imperio se ha enfrentado a desafíos en el pasado, y siempre hemos salido más fuertes. Pero para enfrentar esta amenaza, debemos mantener la calma y la cautela."
Magno se inclinó hacia adelante, mirando directamente a la cámara con una expresión seria. "Sé que la tentación de señalar con dedo acusador puede ser fuerte, pero debemos recordar que la paz y la cooperación entre los imperios son fundamentales para nuestro futuro. No podemos permitir que esta tragedia nos divida. La verdad debe ser desentrañada, y aquellos responsables deben rendir cuentas."
Una sombra de preocupación cruzó por los rostros de Alejandro y Daina mientras escuchaban las palabras del emperador. Sabían que esta situación solo aumentaría la tensión entre Nova Roma y Nova Tenochtitlán. Magno estaba aprovechando la situación para avivar el fuego del resentimiento y la desconfianza.
Después de la transmisión, Daina suspiró. "Esto solo empeorará las cosas. Magno está jugando sus cartas para crear aún más desigualdad y rencor entre nuestros reinos."
Alejandro asintió, su expresión seria. "Tenemos que ser cautelosos, Daina. Nuestra búsqueda de la verdad y la justicia podría verse afectada por la reacción de los líderes y la opinión pública."
Después de dejarse evacuar del área del caos por las autoridades del aeropuerto, Alejandro y Daina se sintieron aliviados de no haber llamado la atención, gracias a la ayuda de Adriana que junto a los viajes les había conseguido ropa típica de esa zona del imperio para pasar desapercibidos.
Luego de haber logrado evadir la atención de las autoridades del aeropuerto, Alejandro y Daina se adentraron en la bulliciosa ciudad que estaba cerca del Coliseo de las Llamas. Las calles estaban llenas de vendedores ambulantes que ofrecían mercancías exóticas, y la arquitectura de los edificios reflejaba una fusión única entre la grandeza de la cultura antigua antes de la conquista y la majestuosidad de nova romana. Los colores vivos y los patrones intricados adornaban cada estructura, como un tributo a la historia y la innovación de Nova Roma.
Mientras el sol se desvanecía en el horizonte, Daina y Alejandro observaban en silencio los movimientos de los investigadores de Nova Roma desde el cobijo de un comercio local cercano. La calle estaba iluminada por suaves farolas que destellaban un resplandor cálido en las calles adoquinadas. Sentados en una pequeña cafetería, observaban con atención mientras el bullicio de la actividad urbana continuaba a su alrededor.
En el aire, un holograma de noticias se materializó, atrayendo la atención de los presentes. La imagen mostraba al líder de Nova Roma, Magno, frente a lo que quedaba del Coliseo de las Llamas. El tono de su voz era aparentemente afligido mientras expresaba sus condolencias por la pérdida de vidas en la explosión. Sin embargo, bajo las palabras de pesar, había un matiz de manipulación sutil, una intención de sembrar una semilla de descontento y división.
"Es lamentable que este trágico evento haya costado la vida de los reclusos en el Coliseo de las Llamas," Magno comenzó, su voz impregnada de falsa tristeza. "Aunque estos hombres hayan cometido crímenes, merecían una oportunidad de reintegrarse a la sociedad. El coliseo tenía un propósito especial para aquellos con habilidades de control, y aunque fueran controlados, eran parte de nuestro pueblo y merecían más que los que deciden vivir fuera de la ley del alma."
El comentario dejó un eco de tensión en el aire. Mientras la gente escuchaba, algunos asentían en acuerdo, otros intercambiaban miradas inciertas. La forma en que Magno articulaba sus palabras tenía un tono sutil pero claro, insinuando que los controlados merecían un trato especial en comparación con los libres, exacerbando las divisiones entre las dos facciones de la sociedad.
Daina y Alejandro intercambiaron miradas preocupadas. Sabían que las palabras de Magno estaban diseñadas para avivar las llamas de la discordia y el resentimiento. Como observadores foráneos en esta tierra caliente y desgarrada por la política, podían ver cómo la manipulación de la información podría enredar aún más la intrincada trama de las tensiones entre los imperios.