El sol se levantó sobre el horizonte, iluminando la ciudad mientras ellos continuaban a las afueras, unos cuantos kilómetros lejos del Coliseo de las llamas destruido. Alejandro y D.D. Hex se despertaron temprano, ansiosos por comenzar su viaje a Nova Tenochtitlan.
D.D. Hex explicó que, según sus recuerdos, la conexión con la resistencia se encontraba en esa ciudad. Alejandro sabía que el viaje sería peligroso, pero estaba decidido a ayudar a D.D. Hex a encontrar a su familia.
Alejandro se puso en contacto con su compañera, que operaba en Nova Tenochtitlan. La agente le advirtió que la operación no sería segura, ya que utilizarían medios no oficiales.
"La posibilidad de que nos estén buscando es alta", dijo la agente. "Y la incertidumbre sobre si conocen la supervivencia de D.D. Hex y su posible colaboración con la resistencia añade un elemento de riesgo a la misión".
Alejandro asintió con la cabeza. Era consciente de los peligros, pero estaba decidido a seguir adelante.
"Estaremos listos", dijo. "No nos detendremos hasta que encontremos a la resistencia".
La agente le dio a Alejandro las instrucciones para el viaje. Alejandro y D.D. Hex se prepararon.
Después de organizar un viaje seguro hacia la parte norte del reino de Nova Roma. El viaje se realizó principalmente a través de animales de carga, como caballos y burros, para mantener un perfil bajo. Esto se debía a que utilizar cualquier vehículo mecánico podría representar un riesgo de filtración de información, comprometiendo la seguridad de la misión.
Alejandro, Fransisco, Daina y D.D. Hex se reunieron con Anya una embajadora de Nova Tenochtitlán en Nova Roma en un lugar secreto fuera de una ciudad del norte de la capitula Nova Roma. Anya les dio las instrucciones para el viaje.
"El trayecto será largo y peligroso", dijo Anya. "Debemos mantenernos ocultos en todo momento. Cualquier error podría costarnos la vida".
Los cuatro protagonistas asintieron con la cabeza. Estaban preparados para los peligros del viaje.
El grupo partió al amanecer. El paisaje era variado, desde bosques frondosos hasta llanuras abiertas. Alejandro, Fransisco, Daina y D.D. Hex se desplazaron cuidadosamente, siempre alerta ante cualquier señal de peligro. Anya lideraba el camino, asegurándose de que cada movimiento estuviera calculado para minimizar la posibilidad de ser rastreados o descubiertos.
El viaje fue lento y agotador. Los protagonistas se internaron más y más en territorio desconocido, ansiosos por llegar al templo que podría ser clave para sus vidas.
Una noche, el grupo se detuvo para descansar. Alejandro, Fransisco, Daina y D.D. Hex estaban exhaustos, pero no podían dormir. Estaban demasiado nerviosos por la misión.
"¿Crees que lo lograremos?", preguntó Alejandro.
"No lo sé", dijo D.D. Hex. "Pero tenemos que intentarlo".
Alejandro asintió con la cabeza. Tenía razón. Tenían que intentarlo, pase lo que pase.
Al día siguiente, el grupo continuó su viaje. Estaban cada vez más cerca del templo.
Alejandro recibió un mensaje de su contacto en Nova Tenochtitlan. El mensaje decía que el templo estaba siendo vigilado por las fuerzas de seguridad de Nova Roma.
Alejandro se alarmó. Esto complicaba las cosas.
"¿Qué hacemos?", preguntó Fransisco.
"Tenemos que encontrar una manera de infiltrarnos en el templo sin ser detectados", dijo Alejandro.
El grupo discutió sus opciones. Finalmente, decidieron dividirse en dos grupos. Alejandro y D.D. Hex se infiltrarían en el templo por la noche, mientras que Fransisco y Daina los cubrirían desde el exterior.
"¿Estás seguro de que esto es lo que queremos hacer?", preguntó Fransisco a Alejandro. "D.D. Hex es un desastre. Es probable que nos arruine todo".
Alejandro frunció el ceño. "D.D. Hex es un miembro valioso del equipo", dijo. "Es inteligente, ingenioso y tiene un buen corazón".
"¿Y también es un payaso”, dijo Fransisco?
"No lo haré", dijo D.D. Hex. "Tengo un plan".
D.D. Hex. "Puedo usar mi habilidad para crear ilusiones y cambiar el aspecto de las personas".
"¿Cómo nos ayudará eso?", preguntó Alejandro.
"Podemos usar las ilusiones para distraer a los guardias", dijo D.D. Hex. "Y podemos usar mis poderes para cambiar nuestro aspecto para que no nos reconozcan".
"Es un plan arriesgado", dijo Alejandro. "Pero es nuestra única oportunidad".
Los cuatro protagonistas acordaron el plan. Alejandro y D.D. Hex se prepararon para infiltrarse en el templo.
Alejandro y D.D. Hex esperaron hasta que oscureciera. Luego, se acercaron al templo sigilosamente.
Cuando estaban cerca, D.D. Hex creo un aro de luz azul envolvió a Alejandro y D.D. Hex.
De repente, Alejandro y D.D. Hex se transformaron. Alejandro se convirtió en un guardia de Nova Roma, y D.D. Hex se convirtió en una mujer hermosa.
Los dos protagonistas se acercaron al templo sin ser detectados. Entraron por una puerta trasera y se encontraron en un largo pasillo.