CAPÍTULO 25

Después de desembarcar en las costas de Nova Tenochtitlan, Daina y Alejandro se dirigieron con cautela hacia el corazón de la ciudad. Su destino: el antiguo templo donde alguna vez tuvieron oficinas y donde esperaban encontrar respuestas sobre la resistencia y las acciones de Magno.

Mientras avanzaban por las calles, las sombras de los edificios ancestrales parecían cerrarse sobre ellos. Las luces tenues se filtraban entre las estrechas callejuelas, creando un ambiente de misterio y tensión.

Daina se volvió hacia Alejandro con una mirada decidida. "Tenemos que llegar al templo y comunicar todo lo que ha sucedido. La resistencia debe saber lo que Magno está planeando".

Alejandro asintió, compartiendo su determinación. "Esperemos que encontremos a alguien que pueda ayudarnos. Necesitamos exponer la verdad".

Mientras tanto, D.D. Hex y Fransisco fueron entrevistados por un periodista de Nova Tenochtitlan, quien buscaba obtener información sobre las condiciones en Nova Roma. Las revelaciones fueron impactantes.

D.D. Hex, manteniendo en secreto la existencia de controlados para proteger a Fransisco, describió los experimentos crueles y despiadados realizados en Nova Roma. Habló sobre la discriminación marcada, no solo como un descontento social, sino como una práctica sistemática que afectaba a los libres de manera tangible.

"La élite en Nova Roma busca control y poder", dijo D.D. Hex, eligiendo sus palabras con cuidado. "Experimentan con aquellos que consideran débiles, marginándolos y, en muchos casos, despojándolos de su humanidad".

Fransisco, compartiendo su experiencia desde dentro, añadió: "La discriminación es palpable en cada rincón. Los libres son tratados como ciudadanos de segunda clase, con pocas oportunidades y derechos limitados. Es un sistema que favorece a unos pocos a expensas de muchos".

El periodista, conmocionado por las revelaciones, prometió difundir la verdad sobre Nova Roma.

Mientras tanto, Alejandro se encontró con una figura conocida en las sombras de las estrechas calles. Adriana, la mujer que alguna vez fue su confidente, lo miró con sorpresa y un toque de desdén.

"¿Alejandro? ¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó Adriana, aparentando desinterés.

Alejandro la miró con seriedad. "He venido en busca de respuestas, Adriana. Nova Roma esconde secretos oscuros, y estoy decidido a exponerlos. ¿Conoces a alguien que pueda ayudarnos?"

Adriana se mostró dubitativa, pero en sus ojos destelló un atisbo de complicidad. "Podría saber de alguien. Pero, Alejandro, estás jugando con fuego. Nova Roma no perdona la traición".

Alejandro asintió. "Entiendo los riesgos, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Hay vidas en juego y una verdad que debe salir a la luz".

Adriana, después de un momento de reflexión, dijo: "Hay un hombre que puede ayudarte. Se llama Nahuatl, y es un líder de la resistencia. Vive en una casa en las afueras de la ciudad. Pero ten cuidado, Alejandro. Nahuatl es un hombre peligroso".

Alejandro agradeció a Adriana su ayuda y se despidió de ella. Luego, él y Daina continuaron su camino hacia el templo.

La ciudad de las sombras se cernía sobre ellos mientras avanzaban, y las revelaciones resonaban en sus oídos. El camino hacia la resistencia se extendía ante ellos, lleno de desafíos y secretos por descubrir.

El camino hacia la casa de Nahuatl estaba lleno de callejones oscuros y murmullos susurrantes que hacían eco en las antiguas paredes de la ciudad. Alejandro y Daina se reunieron con Fransisco y D.D. Hex en un lugar acordado, donde D.D. Hex finalmente compartió su información.

Mientras caminaban hacia la casa de Nahuatl, Fransisco aún procesaba las impactantes revelaciones de D.D. Hex sobre Nova Roma. Sentía un pequeño sentimiento de traición hacia su tierra natal, pero sabía que sus ideales de paz y justicia eran más fuertes que la fe ciega en Magno.

La casa de Nahuatl se alzaba en las afueras de la ciudad, rodeada de una vegetación tupida que la ocultaba discretamente. La puerta estaba entreabierta, como una invitación a los que buscaban respuestas.

Nahuatl, la líder de la resistencia no era como habían imaginado. En lugar del hombre robusto que habían esperado, se encontraron con una mujer musculosa, pero de fina figura. Llevaba el cabello corto y vestía ropas que mostraban la destreza física de alguien acostumbrado al combate.

D.D. Hex, fascinado por la tecnología de Nova Roma, notó algo sorprendente cuando Nahualt levantó el brazo. En lugar de un músculo ordinario, reveló un arma alma, una tecnología avanzada que fusionaba lo orgánico con lo mecánico. Era un recordatorio de que Nova Roma había llevado la experimentación a límites insospechados.

Nahuatl, al ver la expresión de asombro de D.D. Hex, sonrió con complicidad. "Sí, soy un producto de los experimentos de Nova Roma. Pero he decidido usar mis habilidades para luchar contra ellos y proteger a aquellos que no pueden protegerse por sí mismos".

Alejandro y Daina se mostraron sorprendidos por la revelación, pero también impresionados por la determinación de Nahuatl.

Nahuatl los invitó a pasar y los llevó a una sala de estar iluminada por velas.

"Siéntanse cómodos", dijo Nahuatl. "Tenemos mucho que hablar".