Inferus

Capítulo 1

Jessica Cooper

Por fin la reunión de aquel negocio había terminado, el estrechar manos mientras mostrábamos unas cálidas sonrisas a mis nuevos socios era un acto de mera formalidad, éste negocio de exportación de productos naturales era tan bueno, que pronto llegarían las ganancias, así que no había forma de que no celebrase.

Pero al llegar a mi solitario apartamento me di cuenta de que no había con quien festejarlo, aquel sitio al que siempre regresaba me hacía recordar que incluso si era una gran empresaria y poseía muchísimo dinero para comprar miles de propiedades, no había nadie con quién compartirlas. Incluso si los tacones me estaban matando, decidí ir a un bar a celebrar como es debido, el quedarme en casa mataría cualquier sentimiento de felicidad debido a la soledad que me causaba el sitio.

Pensé qué sería una buena idea marcarle a alguien sobre mi éxito con el trato con la empresa, pero al percatarme, en mi lista de contactos solo estaban los servicios de comida para llevar que solía comer cuando llegaba a casa o me encontraba en la sede trabajando, también se encontraba mi único amigo, Joan Ajax, pero el se encontraba de viaje de negocios en Europa, y mi padre quién por ser altas horas de la noche, ya se debía encontrar dormido.

Por eso, tomé el primer taxi que vi en la calle al salir de mi grisáceo Pent-house y le ordené que me dejase en el mejor bar de la cuidad, tan pronto di la orden el señor comenzó a manejar, mientras me recargaba en la ventana de aquel taxi, observando la vida nocturna que se veía durante aquel sábado durante la noche, Manhattan era una bella cuidad, en donde los humanos iluminaban aquellas calles mientras se divertían o salían a divertirse después de una larga semana laboral.

El hombre me informó de cuanto sería, así que simplemente saqué unos cuantos dólares arrugados que tenía en un bolso interior del largo pero colorido Blazer que traía puesto en esa noche, y le ofrecí el dinero con un poco de cambio, que le serviría como propina para que ya no molestase, al llegar me informó que habíamos llegado al destino, por lo que al salir, me llevé la gran sorpresa que me encontraba en un Club de Striptease donde el movimiento nocturno era muy impresionante.

Al acercarme un poco más a la entrada pude observar que el club con nombre: “Inferus”, también era un bar con una barra muy llamativa que era muy colorida y luminosa, el ruido de la música un poco alta me permitía hablar con el barman de quién podía ver un rostro sonrojado, quizás por el calor que podría haber pero el aire acondicionado permitía que el clima del sitio fuese un poco frío para que nadie sudara, o se había sonrojado por mí.

—Hola disculpa, ¿podrías darme un mojito? —. El empleado del lugar simplemente sintió mientras iba a preparar pero sentí como otro de ellos se acercaba.

—Creo que es la primera vez que te veo aquí—. El chico habló con un tono de informalidad que me hizo reír, lo miré bien, tenía un buen cuerpo llevando esa camisa tan ceñida a su cuerpo, al igual que sus pantalones, y su cara no estaba tan mal, pero no era mi deseo enrollarme con alguien esa noche—. Puedo terminar mi turno en este momento e irnos a otro lugar si deseas.

—Hoy quiero quedarme aquí para celebrar—. Dije tajante para aquel chico entendiese para que después lo viese nervioso y preocupado.

—Eso quiere decir que ¿viene a ver bailar a "La intocable"? —. Preguntó con cierto nerviosismo el chico por lo que asentí para quitármelo de encima incluso sin saber quién era aquella intocable y él se mostró derrotado—. Es ese caso me retiro, tengo que seguir trabajando.

Seguí observando como gente se acercaba más y más a la zona de baile en donde había múltiples tubos de baile, el bullicio de la gente era mayor, pero tenía curiosidad de saber quién era aquella a quién llamaban "La intocable", pedí otro mojito con el barman para tener algo fresco mientras esperaba la presentación de aquella mujer con el nombre más particular de la noche.

—Ella es la verdera joya de Inferus, por eso adoro venir los sábados aquí—. Exclamó uno de los hombres que se encontraban en las sillas a un lado mío.

Pude identificar a varios magnates dando vueltas en aquel bar mientras brindaban y se les veía observando a las demás bailarinas que daban varias vueltas alrededor del bar, el sitio tenía prestigio, había mucha gente importante de New York en el sitio. ¿Qué dirán de mí sí me llegan a ver?, pero yo simplemente venía a celebrar. Mientras me encontraba inmersa analizando todo a mi alrededor, las luces se apagaron dejando la pista luminosa visible mientras la música comenzaba a sonar.

Una canción que soltaba sensualidad mientras los reflectores hacían resaltar a una bella y curvilínea mujer con una piel brillante color cobre que tomaba el escenario como si fuese suyo y dejaba a todos hipnotizados, incluyéndome. Aquellos lentos movimientos mientras ella emanaba lujuria, haciendo que el sitio comenzara a sentirse caluroso, por lo que me quité mi Blazer dejándolo en mis piernas pero sin quitar mi mirada de aquella mujer.

La pista de baile se llenaba de billetes de diferentes denominaciones mientras ella seguía bailando eróticamente para todos los presentes del lugar que la miraban como si fuese un trozo de carne recién cocido y listo para ser comido por los presentes. Usaba aquel tubo como si fuese una extensión suya, simplemente se restregaba a el, en aquella corta y reveladora vestimenta que traía, un simple pero llamativo traje de dos piezas que cubría su voluptuoso cuerpo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.