Inferus

Capítulo 2

Natalie Rivera

El sol irrumpía en mi habitación debido a que había dejado la cortina desacomodada y estos me dieron directo en el rostro haciéndome moverme al otro lado de la pequeña cama, haciendo que me cayera de ésta y levantándome por el impacto que me di en la frente, simplemente me sobé la frente y me dirigí a la cocina de mi humilde departamento mientras calentaba agua para prepararme un café, pero antes observé las maletas de dinero que había hecho el día anterior, me dispuse a contar los billetes para esperar a que el agua hirviera.

Mientras contaba recordé aquel encuentro que tuve con la empresaria Jessica Cooper, una hija de papi que había nacido en una cuna de oro sin ningún tipo de carencia parecía ser que no me reconocía, pero yo si logré hacerlo, me sorprendió que se había vuelto una mujer pedestre, me sorprendió el verla en aquel lugar, bebiendo sola mientras su mirada estaba fija en mí, parece que ella cambió así también como hice yo.

Había hecho solo de propinas cinco mil dólares en esa presentación, además de ver el sobre con el pago que me daban por baile por parte del club “Inferus” con quién estaba muy agradecida aunque la relación que teníamos era de beneficios, ellos obtenían mayores ingresos el sábado que era cuando bailaba y ellos aumentaban mi paga dependiendo cuanto ganasen en ese día. Pude observar una nota escrita con tienta negra en el sobre que decía:

 

“Felicidades por el baile intocable, tu paga está dentro y también vimos que atrapaste un pez gordo, cuidado”

 

Me dio risa pensar que el club veía como un pez gordo a Jessica, pero le tomaría la palabra, la tetera comenzó a silbar indicándome que el agua ya estaba, por lo que apagué la estufa para después tomarla con unas pañoletas para evitar quemarme, después coloqué unas cucharadas de café molido y esperé a que se enfriase un poco el café para poder tomarlo a gusto.

Comencé a revisar mi celular cuando vi muchas llamadas perdidas de uno de los empleadores por lo que decidí responderle y casi me gritó en la oreja.

—Señorita Rivera, la empresa Cooper me ha comunicado que eres apta para el puesto de ejecutiva de administración, pero sé que usted solicitó su empleo en el distrito de Bronx, pero debido a su gran CV y preparación se decidió que el mejor sitio era la sede en el distrito de Manhattan—. El hombre habló emocionado mientras yo pensaba acerca del trabajo que necesitaba por el dinero que daban y las grandes comodidades—. Espero que eso no sea algún motivo de desacuerdos y nos encantaría que entre a esta gran empresa.

—¿Puedo empezar desde el lunes? —. Pregunté recordando aquello que había leído que el mostrarse siempre disponible y listo era una buena característica para trabajar en una empresa.

—Por supuesto, se le esperará en la sede de Manhattan en dónde les explicarán su trabajo y lo que tendrá que hacer en su periodo de iniciación.

Sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo, pero la verdad es que necesitaba el dinero, tenía muchas deudas por diversas razones, por lo que tenía que obtener más dinero, ya que el bailar en “Inferus”, era bueno, pero necesitaba más dinero, el sueldo que me ofrecían en la empresa era bastante, incluso si era bailarina, tenía un título en administración, y cuando no me encontraba bailando, me encontraba trabajando.

Decidí tomar de un solo trago mi café y ya estaba lista para mi descanso del domingo, por lo que decidí meterme a bañar para salir a comprar cosas que necesitaba para uso doméstico, también haría un poco de investigación sobre la sede de Manhattan, no me gustaba estar desinformada y llegar a la zona de guerra sin saber nada.

Entré al baño para apurarme, la higiene es buena para comenzar bien el día, enjabonar mi cabello era una de mis actividades preferidas del día, el sonido y la sensación del champú en mi cabello, pero escuché que mi celular comenzó a sonar así que decidí responder a la llamada.

—Me acabo de enterar que cierta empresaria fue a visitar a “La intocable” —. El tono de voz de mi hermano venía con un toque de curiosidad.

—Parece ser que las noticias vuelan pequeño Rogelio, pero efectivamente es verdad—. Mi hermano se quedó un momento mientras apagaba la regadera para que no hubiese algún accidente en donde el celular estuviese implicado—. ¿Cómo es que vamos con el tema de la deuda?

—Pues posiblemente para finales del año la deuda esté saldada, por fin podremos salir de eso Nat—. Dijo melancólico mi hermano—. Escuché que andabas buscando trabajo. ¿Si lo conseguiste?

—Me dieron empleo en una de la sede principal de la empresa Cooper de administrativa—. Rogelio casi me revienta el tímpano con el grito que dio.

—¡Pero estarás trabajando en la empresa de esa mujer! —. Cuchicheó mi hermano al escuchar que alguien lo regañaba a lo lejos.

—Dudo mucho que la vea, mi trabajo es de los puestos más bajos y trataré de no destacar tanto—. Dije tratando de dejar de pensar en eso, que incluso a mi si me llegaba a preocupar—. ¿Y cómo vas en la escuela Rogelio?

—En unos cuantos días saldré de vacaciones e iré a verte—. Observe la fecha de mi celular, un 18 de junio—. Estoy recogiendo unos documentos y ya me toca pasar, te llamaré mañana Nat, te quiero.




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