Natalie Rivera
Era viernes por la tarde, me encontraba en la junta con los socios que promoverían cambios en una microempresa que Jessica había adquirido, el día de hoy ella se veía muy bien, su maquillaje usual había sido cambiado por el de un profesional, haciendo que sus ojos se vieran más llamativos, además estaba con un vestido rojo ceñido, quizás al terminar la empresa tendría algún evento por tan bien que se veía.
La veía hablando mientras explicaba los cambios que había tenido la microempresa desde su adquisición, recuerdo la primera vez que había visto los datos, el ingreso que ella comenzó a generar fue monstruoso, era una microempresa de un bazar, negocio que con la correcta distribución, precios y publicidad en unos cuantos meses pasó a ser un bazar lo bastante grande para tener varias sucursales a lo largo de Nueva York.
Observé a los socios que se encontraba evaluando el proyecto con mucha emoción y asintiendo a prácticamente todo lo que decía Jessica, sentía la constante y penetrante mirada que me dirigía Joan Ajax, no paraba de mirarme, haciéndome sentir incómoda, quizás tenía algo en el rostro y por ello me miraba de esa forma. Observé como cada uno de los líderes de la sección comenzaron a explicar sus partes, realmente interesándome en el manejo de cosas que la empresa de Cooper tenía, siendo la sede el lugar más importante y donde la misma Jessica se la pasaba metida trabajando.
Hasta que llegó el turno en donde yo tenía que explicar mi informe, simplemente respiré hondo y me levanté para poder explicar de forma profesional ante los socios que los sentía como unas arpías mirándome de arriba abajo mientras yo trataba de calmar los nervios que querían colarse en mi mente.
Decidí acercarme a la pizarra en donde estaban todos los informes y me dediqué a explicar cada uno, al leer la primera versión final del trabajo que iba a enviar el sector administrativo, me sorprendió que no sabían redactar, el trabajo en si era bueno, pero carecía de la visión final como lo habían encargado desde el inicio, por lo que decidí reescribirlo y entregarlo. Tal fue mi sorpresa que llegara el secretario Joan diciéndome que el informe estaba mal y que buscaba al responsable, pero que al final fui felicitado por la jefa lo cual me agradó.
Mientras explicaba me aseguraba en pasaba la vista a cada uno de los oyentes dentro de la sala de juntas, donde ya había estado, aquella gran y sofisticada pero cálida habitación en la que nos encontrábamos todos. Observé por un momento a Jessica la mirada que me dio fue una tranquila, no una lujuriosa como solía hacerlo estando en el club Inferus, era una mirada con añoranza, casi melancólica, no entendía el por qué. Pero por otro lado estaba su secretario, Joan Ajax, quién me miraba como si estuviese enojado, ¿por qué él me veía de esa forma?
Los hombres así como lo habían hecho con ella, asentían ante todo lo que decía dándome una respuesta favorable y ganas de continuar hablando, lo cual hice por al menos cinco minutos que fue lo que duró la presentación, al terminar mi parte que era la última de toda la reunión, hubieron aplausos lentos por parte de los socios que felicitaron a todos los que nos encontrábamos dentro del lugar, me sentía bien al haber sido elegida para exponer el trabajo de todo mi sector, incluso si lo único que hice fue reestructurar todo para que se viese más presentable.
—Creo que con esto ha quedado, Cooper, nos ha interesado tu proyecto—. Los socios se levantaron para apretar las manos con Cooper mientras ella sonreía con mucha emoción.
Se veía diferente, ya que siempre tenía una cara seria o con una sonrisa burlona, era la primera vez que le veía una sonrisa de pura felicidad. Ella les recibió con euforia la mano mientras salían al pasillo a hablar, comencé a ver como los demás jefes de los sectores se levantaron de sus asientos y salieron por la puerta trasera, varios de ellos me felicitaron y me recomendaron que siguiera así, que si seguía así podría obtener fácilmente un ascenso dentro de la empresa.
Simplemente me esperé dentro de la sala de juntas mientras veía como Joan guardaba todo así que decidí ayudarlo, aunque el ambiente se sentía tenso por alguna razón, pero él fue el primero en soltar una palabra con este silencio.
—Muy buena presentación—. Dijo Joan con un tono que me pareció burlesco—. Aunque apenas con unos pocos días ya te estás destacando, pero dime, ¿en dónde solías trabajar?
—Solía trabajar en el despacho de un abogado en Bronx —. Dije mientras guardaba todo el papelería e imágenes que estaban en la pizarra a una caja de cartón en donde estaba todo guardado—. Pero este trabajo sé que dejará buenas cosas.
—¿De dónde conoces a Jessica? —. Preguntó Joan con una mirada que no pude descifrar.
—La primera vez que la vi fue en la reunión de nuevos empleados—. Mentí pero traté de decirlo firmemente para que fuese tomado como un dato verdadero—. ¿A qué se debe la pregunta?
—Recuerde que ella es nuestra jefa Rivera—. Se incluyó Joan en una oración que me parecía más una advertencia—. Así que trate de mantener distancias.
No le respondí ya que entró Jessica muy emocionada, pero al verme trató de mantener un semblante serio incluso si yo ya había visto su pequeña celebración, así que carraspeó, me pidió que ya me podía ir, pero al salir, ella cerró la puerta y me tomó de la mano, me sorprendió nuevamente al verla con ese maquillaje muy bien hecho.